Las hierbas o plantas medicinales son elementos de origen vegetal que, desde hace miles de años, los seres humanos han implementado para hacer remedios, esto con el fin de prevenir y combatir diferentes tipos de enfermedades y afecciones. Sus propiedades curativas son tan enormes que, por ejemplo, algunos medicamentos se elaboran con sus compuestos.
Son muchas las alternativas medicinales que existen. Una de las más conocidas en Colombia y en diferentes partes del mundo es el laurel, la cual tiene su origen en el este Mediterráneo y en Asia Menor. Su nombre científico es Laurus nobilis. Sus hojas tienen un color verde oscuro. Su consumo es de vital importancia.
“El laurel, llamado laurel europeo o de cocina, pertenece a la familia de las Lauráceas. Es un árbol perenne de entre 5-10 m de altura, que presenta tronco recto recubierto de corteza gris y una densa copa compuesta por ramas rectilíneas recubiertas por hojas de un verde muy oscuro”, explica el sitio web Reg Murcia.
También agregó la fuente citada que, “las hojas son aromáticas, simples, alternas, lanceoladas, muy correosas, puntiagudas y con el borde ondulado. La cara es de color verde oscuro, con un aspecto brillante, mientras el envés presenta un tono más pálido”.
Por lo general, el laurel, como muchas otras hierbas medicinales, se consumen en infusión o en té. Sus hojas, estando secas, también se pueden ingerir en su propio estado. Además, es posible comer sus hojas molidas.
Pero, si nos centramos en los efectos para las actividades digestivas, es importante mencionar que el té de laurel no contiene calorías ni cafeína y tiene vitaminas B y C, minerales como hierro, magnesio y zinc, además posee compuestos como el cineol, y el eugenol, los cuales permiten aliviar afectaciones directas como la acumulación de gases, dolor estomacal, flatulencias o la inflamación abdominal.
Por otro lado, según la fuente ya mencionada, esta bebida también posee propiedades antiinflamatorias, las cuales estimulan la secreción digestiva y la producción de elementos como, la saliva o los jugos gástricos, claves para descomponer los alimentos.
Esto puede ser de gran ayuda luego de ingerir un alimento que puede ser pesado para el sistema, de manera que su digestión resulte más sencilla para el organismo, evitando que este presente dificultades en el resto de sus funciones.
Es fundamental tener en cuenta estos elementos, no solo para aprovechar sus beneficios, sino para considerar los distintos impactos que tienen en la salud, distintos consumos, los cuales pueden pasar por alto, pero acaban marcando de cierta forma el funcionamiento del organismo.
“Los aceites concentrados de las hojas del laurel tienen acción antimicrobiana, actuando contra algunas bacterias Gram positivas (Staphylococcus aureus, Enterococcus hirae) y Gram negativas (Escherichia coli, Pseudomonas aeruginosa), causantes de infecciones en la piel, el tubo digestivo y de las vías urinarias, por ejemplo. Además de eso, el extracto de las hojas del laurel tiene acción antifúngica contra las especies de hongos (Penicilium digitatum y Alternaria sp)”, indica el portal Tua Saúde.
De igual manera, el laurel es uno de los elementos de origen vegetal más recomendados para combatir una enfermedad como la artritis, esto porque tiene propiedades antiinflamatorias, lo cual es clave para aliviar los dolores que causa el trastorno en cuestión. También cura esguinces y hematomas.
Finalmente, también se debe mencionar que en caso de presentar efectos adversos, o que puedan generar mayores afectaciones a la salud en su desarrollo, se recomienda interrumpir este u otros consumos, con el fin de evitar mayores dificultades, o hasta incluso visitar a un médico, en caso de que estas ya escalen a niveles que pueden afectar el bienestar general.