Cuando el cuerpo no puede expulsar las heces del organismo y estas se acumulan, por lo general suele aparecer el estreñimiento crónico que se caracteriza por las deposiciones poco frecuentes o la dificultad para evacuar, lo que se manifiesta durante varias semanas o más. Es un signo habitual de muchos problemas digestivos.
Según Mayo Clinic, a pesar de que el estreñimiento ocasional es muy común, algunas personas experimentan estreñimiento crónico, que puede interferir en su capacidad de realizar sus tareas diarias. Este también puede provocar que las personas hagan demasiada fuerza para defecar. De este modo, este padecimiento significa que una persona tiene tres o menos evacuaciones en una semana. Además, las heces pueden ser duras y secas y en algunos casos puede causar dolor.
Sin embargo, es fundamental que cada quien tenga claro sus síntomas y las causas de estos, debido a que si las molestias persisten podría tratarse de un problema de salud más delicado y es allí donde la persona debe recurrir al médico.
En algunas ocasiones, la mayoría de personas suelen aminorar los síntomas con remedios caseros a base de plantas o hierbas medicinales antioxidantes que ayudan a acelerar el tránsito intestinal y se convierten en un excelente laxante para combatir el estreñimiento. De hecho, la manzanilla, o como es conocida la Chamaemelum nobile, “es sin duda un milagro de la naturaleza. Se le atribuye la capacidad de proteger y reparar la membrana gástrica, ayudando a corregir problemas del sistema digestivo”, según indica el portal Nutrición y Farmacia.
Por lo general, se consumen en té o infusiones. Esta preparación es realmente sencilla, pues para ello solo es necesario contar con una cantidad determinada de agua y la hierba predilecta. Ciertas plantas medicinales se pueden ingerir en su propio estado y otras deben ser obligatoriamente cocidas.
Asimismo, un estudio reciente publicado por el portal web del National Center for Biotechnology Information (NCBI), las flores secas de manzanilla contienen terpenoides y flavonoides, que contribuyen a sus propiedades medicinales.
En concreto, el té de manzanilla es rico en luteina, quercetina y esculetina, antioxidantes que evitan la oxidación de las células de grasa, ayudando a equilibrar los niveles de colesterol total y colesterol llamado ‘malo’ en la sangre, previniendo así el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, como infarto de miocardio o derrame cerebrovascular, según el portal de salud Tua Saúde.
Asimismo, los flavonoides presentes en el té de manzanilla también promueven la elasticidad y salud de las arterias, mejorando la circulación en la sangre y previniendo la presión alta.
Por otra parte, de acuerdo a un estudio publicado en Journal of Endocrinological Investigation el consumo diario de esta hierba en forma de infusión puede ayudar a controlar el índice glucémico, es decir, la cantidad de azúcar en sangre.
Pero el Gobierno de Chile se refiere a otros usos como: “Trastornos digestivos (dolor de estómago, indigestión, digestiones difíciles de tipo crónico (dispepsia), cólicos, flatulencia, diarreas); afecciones de las vías urinarias (cistitis o inflamación de la vejiga); dolores menstruales; insomnio”.
Vale la pena destacar que existen varias maneras de utilizar la manzanilla para su consumo, sin embargo, la forma más habitual y común de prepararla para que se obtengan la mayoría de los beneficios mencionados anteriormente es la infusión.
¿Cómo preparar una infusión de manzanilla?
- Para hacer el té de manzanilla, basta con adicionar 0,5 g a 4 g de flores de manzanilla deshidratadas en una taza con 150 ml de agua hirviendo.
- Luego, tapar y dejar reposar por 4 a 5 minutos.
- Por último, colar y beber hasta 4 tazas de té de manzanilla por día.
Cabe recordar que la información suministrada en el contenido anterior no sustituye la asesoría médica y lo mejor que puede es hacer consultar a un experto de la salud.