El intrigante término de la “mala circulación” es algo que a menudo escuchamos, pero que realmente poco comprendemos su significado. Para arrojar luz sobre este asunto, nos dirigimos al portal Pacientes y Cuidadores, que nos brinda una visión esclarecedora de la problemática. Por un lado, las venas, como conductos vitales, transportan la sangre de regreso al corazón, permitiéndole adquirir oxígeno a través de los pulmones. Por otro lado, las arterias se convierten en los carreteros del sistema, llevando la sangre oxigenada y nutritiva desde el corazón hasta cada rincón de nuestro cuerpo, alimentando nuestras células.

De acuerdo con Medline Plus, las venas actúan como elevadores de sangre hacia el corazón, equipadas con compuertas, en forma de válvulas, que evitan que la sangre retroceda. Los músculos, en una especie de abrazo, cierran estas compuertas para evitar la acumulación de sangre. Las arterias asumen el papel de carreteras que guían la sangre hacia las células, nutriéndolas con oxígeno y alimento. En este caso, el impulso proviene del corazón, como un motor latente.

Las arterias asumen el papel de carreteras que guían la sangre hacia las células, nutriéndolas con oxígeno y alimento. En este caso, el impulso proviene del corazón, como un motor latente. | Foto: Getty Images

A lo largo del intrincado sistema circulatorio, se entrelaza el sistema linfático, una especie de guardián que recoge los fluidos que se extravían de las venas, salvaguardando los tejidos de daños. En resumen, el sistema linfático mantiene el equilibrio en nuestro organismo, depurándolo de residuos potencialmente tóxicos.

Cuando mencionamos piernas hinchadas, estamos insinuando que los fluidos han escapado de las venas, debido a su incapacidad o debilidad para devolverlos al corazón. Este líquido excedente se acumula, encontrando su refugio principal en las piernas.

De acuerdo con el portal Podoactiva, las causas o factores de riesgo que conducen a un flujo sanguíneo inadecuado, comparten similitudes con los desencadenantes de la aterosclerosis (endurecimiento de las arterias). El portal resalta estos cinco motivos:

  • Niveles elevados de colesterol y presión arterial.
  • Sobrepeso u obesidad.
  • Estrés.
  • Factores hereditarios, como los antecedentes familiares de aterosclerosis.
Cigarrillos electrónicos. | Foto: Getty Images

Aunque una dieta saludable, el ejercicio y el uso de prendas de compresión son prácticas útiles para evitar problemas relacionados con las varices, ciertas vitaminas pueden desempeñar un papel crucial en su prevención. El portal del Centro de enfermedades de Venas, asegura que las vitaminas B3, E, C y K, en particular, desempeñan un papel fundamental al favorecer la circulación sanguínea en el cuerpo, proteger los vasos sanguíneos y fortalecerlos, lo que puede prevenir problemas como la hinchazón y la inflamación de las venas.

Vitamina B3: refuerza los vasos sanguíneos y estimula el flujo sanguíneo. Alimentos como la remolacha, las lentejas y el pollo son fuentes de esta vitamina.

Vitamina C: además de impulsar el sistema inmunológico, la vitamina C previene la formación de coágulos sanguíneos. Frutas como naranjas, mandarinas, limones y kiwis son ricas en esta vitamina.

Alimentos como tomates y frutos secos, como almendras y nueces, contienen vitamina E que ayuda a prevenir la aparición de las venas várices. | Foto: Getty Images

Vitamina E: ensancha los vasos sanguíneos y evita la formación de coágulos. Alimentos como tomates y frutos secos, como almendras y nueces, contienen esta vitamina.

Vitamina K: es esencial para la asimilación de proteínas responsables de la coagulación sanguínea. Esto garantiza una mejor oxigenación de venas, órganos y arterias en el cuerpo humano, evitando no solo la aparición de venas varicosas, sino también otras afecciones circulatorias. Espinacas, lechuga, aceite de oliva, entre otros, son ricos en vitamina K.

Es importante recordar que las varices indican problemas en la circulación sanguínea y afectan no solo la apariencia, sino también la salud. Si tiene dudas, busque orientación de un especialista para recibir un tratamiento adecuado.