Mantener un peso saludable es muy importante para no tener problemas asociados al sobrepeso y la obesidad, por lo que para muchas personas conseguir adelgazar no es solo una cuestión estética, sino de salud.
Una acumulación anormal o excesiva de grasa puede ser perjudicial para el organismo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Quienes padecen sobrepeso u obesidad tiene un mayor riesgo de presentar una enfermedad cardiovascular y diabetes, entre otras afecciones.
Para bajar de peso se deben gastar más calorías de las que se consumen y quienes están inconformes buscan fórmulas mágicas para lograr disminuir tallas que pueden perjudicar su salud. Sin embargo, para mantenerse en el peso ideal, es importante tener en cuenta la contextura de cada persona.
Según los centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), aunque se baje una modesta cantidad, como entre un 5 al 10 % del total del peso corporal, es probable que haya resultados beneficiosos para la salud.
La clave está en cumplir el objetivo con paciencia, pues los resultados pueden tardar dependiendo el organismo de cada individuo. Además, es importante tener en cuenta que existen alimentos que se deben evitar más que otros.
Por ejemplo, la revista UnCOMO, publicada a través del portal Mundodeportivo, listó algunos productos que es mejor no comer en la noche si lo que se desea es adelgazar. Algunos de ellos son:
1. Legumbres: este tipo de alimentos tiene en la mitad de su composición carbohidratos, los cuales pueden ser pesados en la noche para el organismo. Es mejor ingerirlas en las horas del almuerzo, de este modo se corre menos riesgo de engordar.
2. Dulces y bollería: además de contener muchas calorías, son ricos en azúcar. Lo mejor es disminuirlos al máximo de la dieta, sobre todo, en la noche. De este modo, el cuerpo no acumulará grasas en su interior.
3. Alimentos fritos: son altamente calóricos y en la noche el cuerpo no requiere esta inyección de energía pues no le es posible quemarlas. Esto provoca que se queden en el cuerpo a modo reserva, lo que se convierte en grasas saturadas.
4. Carbohidratos: suelen ser los enemigos número uno de las dietas. Sin embargo, también son necesarios para el organismo, pues le aportan energía al cuerpo. En la noche, al no poder quemar la energía, se convierten en grasa que puede convertirse en kilos demás.
Consejos para una alimentación que ayuda a la pérdida de peso
Los CDC recomiendan que se debe consumir con menos frecuencia las comidas reconfortantes, es decir, aquellas que son apetitosas pero no se pueden ingerir todos los días por su alto valor calórico o por sus compuestos.
También sugiere servir porciones más pequeñas que tengan un contenido calórico menor al acostumbrado, por ejemplo, una barra de chocolate de menor tamaño. Así mismo, a la hora de llevar a cabo una preparación, se pueden reemplazar productos con menos calorías que otros, es decir, una leche entera por una sin grasa.
Dentro de sus múltiples consejos CDC señala que no todas las grasas son dañinas porque, por ejemplo, las poliinsaturadas y las monoinsaturadas son primordiales para la salud del corazón y el cerebro. Sin embargo, es importante aclarar que los alimentos con grasas trans pueden causar anomalías en las funciones del corazón. Entre las grasas saludables se encuentran: el aguacate, el pescado, el aceite de oliva y las nueces.
De igual manera, CDC señala que el consumo mínimo de sal es primordial en la salud no solo para las personas que tienen cardiopatías u otro tipo de problemas en la salud, sino también para aquellas que quieren mantener una alimentación saludable. Por esto, se debe llevar a cabo una dieta equilibrada con el menor contenido de sal, porque el sodio incrementa la presión arterial y aumenta el riesgo de un accidente cerebrovascular.