El cartílago articular es un tejido que tiene características elásticas, sin nervios, ni vasos sanguíneos. Cumple un papel fundamental debido a que recubre y protege articulaciones como la rodilla, el fémur y la tibia, al tiempo que ayuda a soportar las fuerzas que se generan con cada movimiento que realiza el cuerpo.

Una de sus funciones principales, según el portal Fisioterapia Online, es reducir la fricción entre los huesos, gracias a que ofrece una superficie lubricada, que permite que éstos se deslicen y giren unos sobre otros sin enfrentarse, evitando que se genere dolor.

Sin embargo, debido a su exposición a los movimientos, los cartílagos son muy susceptibles de sufrir rupturas y lesiones. En otros casos están expuestos a padecer enfermedades tales como la artritis, según información de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos. Uno de los más vulnerables a enfrentar molestias es el de la rodilla.

La rodilla es una de las articulaciones más susceptibles a sufrir daños. | Foto: Getty Images

La alimentación es determinante para cuidar estos cartílagos y en ella no pueden faltar la vitaminas y minerales. Una de las más importantes en este sentido es la C, que se encarga de activar la producción de colágeno; la D, que ayuda en la fijación del calcio en los huesos y, la E, que aumenta la protección de la matriz del cartílago.

Las vitaminas que no deben faltar

El portal de estilo de vida unCOMO asegura que la vitamina C es un nutriente con un gran poder antioxidante, que ayuda a mejorar tanto la circulación de la sangre como la actividad de los vasos sanguíneos, lo cual acelera el proceso de curación de las lesiones y también la regeneración del tejido fibroso del cartílago.

Para obtener esta vitamina se puede consumir piña, naranja, mandarina, melocotón, kiwi, cebolla, lechuga, coles y pimientos, entre otros alimentos.

En el caso de la vitamina D, contribuye para evitar que el cartílago pierda tejido fibroso, ya que mejora la movilidad de las articulaciones y favorece la recuperación de algunas lesiones aliviando síntomas como el dolor muscular y el de las rodillas.

La alimentación es clave para fortalecer el cartílago de la rodilla. | Foto: Semana

Minerales importantes

Hay minerales que son clave para fortalecer los cartílagos, además de que fortalecen los huesos. Aquí se incluyen el calcio, fósforo, magnesio, silicio y azufre. El calcio es determinante para que los músculos se muevan y para mantener una estructura ósea fuerte, precisan los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos.

El magnesio debe estar en equilibrio con el calcio, ya que la falta de este impide la producción de vitamina D, mientras que el silicio interviene en la síntesis de elastina y colágeno y favorece la formación y mineralización ósea y, por último, el azufre está presente en el colágeno, elemento que está muy relacionado con el desarrollo de tendones, cartílagos y ligamentos.

Alimentos que fortalecen el cartílago

La lista de alimentos que fortalecen el cartílago es larga y estas son algunas de las opciones.

  • Almendras: Estos frutos secos son ricos en ácidos grasos omega-3, vitamina E y manganeso. Estos ácidos ayudan a reducir la inflamación, mientras que la vitamina E es un antioxidante que protege a las células del daño de los radicales libres. El manganeso, por su parte, ayuda a fortalecer los huesos y las articulaciones, según los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos.
El salmón es uno de los pescados más saludables para fortalecer los cartílagos. | Foto: Getty Images
  • Pescado azul: Este tipo de pescado es rico en ácidos grasos omega-3, que es saludable para las articulaciones, además de que contiene colágeno que reduce el desgaste articular. Algunas de las opciones son el salmón, atún, trucha, anchoas y sardinas, entre otros.
  • Gelatina: Este es uno de los productos más ricos en colágeno que, como ya se ha mencionado, es una proteína muy importante para los tejidos, entre ellos los cartílagos, así como para los tendones y huesos. Lo ideal es consumirla sin sabor y sin aditivos.