La presión arterial es la fuerza que la sangre ejerce contra las paredes de las arterias cuando el corazón la bombea, y cuando se eleva es porque la fuerza es mayor, de acuerdo con el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento de Estados Unidos.
Además, explicó que algunas personas tienen una mayor probabilidad de tener la presión arterial alta debido a ciertas cosas que no pueden cambiar, como:
- La edad. La probabilidad de tener presión arterial alta aumenta con la edad, especialmente la hipertensión sistólica aislada.
- El sexo. Antes de los 55 años, los hombres tienen una mayor probabilidad de tener presión arterial alta y las mujeres son más propensas a tener presión arterial alta después de la menopausia.
- El historial familiar. La presión arterial alta puede ser hereditaria en el caso de algunas familias.
- La raza. Las personas afroamericanas, o de raza negra, tienen un mayor riesgo de presión arterial alta.
Entre tanto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó que se estima que en el mundo hay 1.280 millones de adultos de 30 a 79 años con hipertensión, pero apenas uno de cada cinco adultos hipertensos (el 21 %) tiene controlado el problema.
De hecho, es importante señalar que la presión arterial alta no tiene síntomas y la única manera de averiguar si se tiene presión arterial alta es a través de chequeos regulares, y Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, señaló que las lecturas de la presión arterial generalmente se dan como dos números. El número superior se denomina presión arterial sistólica. El número inferior se llama presión arterial diastólica. Por ejemplo, 120 sobre 80 (escrito como 120/80 mm Hg) y los siguientes son los niveles:
- Una presión arterial normal es menor a 120/80 mm Hg la mayoría de las veces.
- Si el número superior de la presión arterial está entre 120 y 130 mm Hg y el número inferior es menor a 80 mm Hg, se denomina presión arterial elevada.
Ahora bien, si tras exámenes médicos se detecta presión arterial alta, hay que tener cambios en los hábitos, pero también existen remedios caseros que ayudan a bajar la presión arterial, y el portal portugués de salud, nutrición y bienestar, Tua Saúde, reveló que el té de valeriana es ideal, ya que “las raíces de valeriana tienen excelentes propiedades calmantes y relajantes musculares que ayudan a mejorar la circulación sanguínea”.
Además, explicó que “debido a que es muy calmante y actúa directamente sobre el neurotransmisor GABA, la valeriana puede ser utilizada especialmente por aquellas personas que tienen frecuentes ataques de ansiedad, que conducen a un aumento de la presión arterial”.
En consecuencia, para obtener los beneficios hay que hervir una taza de agua y agregar cinco gramos de raíz de valeriana. Después, hay que dejar reposar la bebida entre cinco y diez minutos, para finalmente colar y beber de dos a tres veces al día.
No obstante, es importante recalcar que la valeriana es una planta segura para la mayoría de los adultos, cuando se consume en las dosis recomendadas y durante un corto período, pero cuando se consume en cantidades excesivas puede causar algunos efectos secundarios, que incluyen dolor de cabeza, dolor de estómago, irritabilidad, agitación o insomnio.
De igual forma, el portal indicó que la valeriana no se debe utilizar en niños menores de 3 años, mujeres embarazadas o en periodo de lactancia.
Asimismo, la valeriana tampoco debe ser usada en personas que utilizan medicamentos para la ansiedad o la depresión o que toman analgésicos como codeína, morfina o tramadol; relajantes musculares, como ciclobenzaprina, o anticonvulsivos, como fenobarbital o pentobarbital, por ejemplo.
De todos modos, antes de consumir algún alimento, lo primero que hay que hacer es consultar al médico tratante o a un nutricionista para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona, pues las anteriores recomendaciones no son las indicadas para todas las personas, ya que la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica.