La circulación desempeña un papel fundamental en el transporte de nutrientes y minerales a todas las partes del cuerpo, lo cual promueve el crecimiento celular y el correcto funcionamiento de los órganos. Además, la sangre también se encarga de llevar el oxígeno que inhalamos desde los pulmones a todas las demás partes del organismo. En resumen, la circulación sanguínea es el medio mediante el cual se distribuyen los nutrientes esenciales y el oxígeno a todas las células y órganos del cuerpo.
Para mejorar la circulación y prevenir molestias y trastornos relacionados con una mala circulación sanguínea, existen diversas medidas que podemos tomar para estimular el flujo sanguíneo de manera natural. Sin embargo, uno de los aspectos clave es nuestra alimentación.
Si la persona desea seguir una dieta que beneficie la circulación, es importante evitar el consumo de azúcares y harinas refinadas, así como también reducir la ingesta de sustancias tóxicas y asegurarnos de mantener una adecuada hidratación, evitando las bebidas gaseosas. Es relevante destacar que los alimentos considerados “calientes” según la medicina oriental, como las carnes, el alcohol y el café, también pueden contribuir a la obstrucción del flujo sanguíneo.
Por otro lado, existen alimentos con propiedades antioxidantes, venotónicas (que fortalecen las venas) y antiinflamatorias que pueden ser de gran ayuda para prevenir problemas circulatorios.
Omega-3 y ácidos grasos saludables para la circulación
Los ácidos grasos omega-3 son conocidos por sus beneficios para la salud cardiovascular. Según informó el portal Cuerpo Mente, “consumir pescados grasos como el salmón, la caballa y las sardinas, así como nueces y semillas como las almendras y las semillas de chía, puede ayudar a mejorar la circulación en las manos y los pies”. Estos alimentos promueven la dilatación de los vasos sanguíneos y reducen la inflamación, favoreciendo una mejor circulación.
Potenciar la circulación con alimentos ricos en antioxidantes
Los antioxidantes ayudan a proteger las células de los daños causados por los radicales libres y a mejorar la circulación sanguínea. Frutas y verduras como las bayas (arándanos, fresas, frambuesas), las naranjas, los pimientos rojos y las espinacas son ricas en antioxidantes y pueden favorecer una mejor circulación en las extremidades.
Alimentos ricos en vitamina C y E para la circulación periférica
La vitamina C y la vitamina E son esenciales para la salud de los vasos sanguíneos y pueden contribuir a mejorar la circulación periférica. Los cítricos (naranjas, limones, pomelos), las fresas, los kiwis y los aguacates son ricos en vitamina C. Por otro lado, los alimentos como los frutos secos (almendras, avellanas) y las semillas (girasol, calabaza) son buenas fuentes de vitamina E.
Especias y hierbas para mejorar la circulación
Algunas especias y hierbas pueden tener propiedades que estimulan la circulación sanguínea. El jengibre, la cúrcuma, el ajo y el romero son ejemplos de ingredientes que pueden promover una mejor circulación en las extremidades. Puede incorporar estas especias en tus comidas o infusiones para aprovechar sus beneficios.
Hidratación adecuada y consumo moderado de cafeína
El portal Clínica Fuensalud señaló que “además de los alimentos mencionados anteriormente, es importante mantener una adecuada hidratación para favorecer la circulación en las manos y los pies”. Beber suficiente agua durante el día ayuda a mantener una viscosidad sanguínea adecuada y evita la formación de coágulos. Por otro lado, se recomienda moderar el consumo de cafeína, ya que en exceso puede tener un efecto vasoconstrictor y dificultar la circulación.
Es importante recordar que mejorar la circulación en las manos y los pies no depende únicamente de la alimentación, sino que también es importante llevar un estilo de vida saludable que incluya la práctica regular de ejercicio físico y evitar el tabaquismo.
Si la persona experimenta problemas de circulación persistentes o graves, es fundamental que consultes a un médico o a un especialista en nutrición para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado.