El acné es una enfermedad que afecta a millones de jóvenes alrededor del mundo, incluso a algunas personas que ya se encuentran en la edad adulta.
Mayo Clinic define esta enfermedad como “un trastorno de la piel que ocurre cuando los folículos pilosos se tapan con grasa y células cutáneas muertas, causando puntos blancos, puntos negros o granos. El acné es más común entre los adolescentes, aunque afecta a personas de todas las edades. Hay tratamientos eficaces para el acné, pero el acné puede ser persistente. Los granos y erupciones cicatrizan lentamente, y cuando uno empieza a desaparecer, otros parecen aflorar”.
La entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación e investigación (Mayo Clinic), destaca que el acné puede causar, además e cicatrices en la piel, sufrimientos emocionales para las personas, por lo que advierte que s tratamiento debe ser rápido.
Son diferentes los síntomas que se manifiestan con el acné y estos varían según la gravedad de la afección, según Mayo Clinic: puntos blancos –poros tapados cerrados–, espinillas –poros abiertos tapados–, irregularidades sensibles rojas y pequeñas –pápulas–, granos –pústulas– que son pápulas con pus en la punta, bultos grandes, sólidos y dolorosos debajo de la piel (nódulos) y bultos dolorosos llenos de pus debajo de la piel –lesiones quísticas–.
Hay cientos de remedios caseros que ayudan a combatir el acné, sin embargo, si no son efectivos, es prudente que consulte a un médico para iniciar un tratamiento más fuerte. Los expertos coinciden que en algunas mujeres la aparición del acné puede ser una constante durante décadas, con brotes que suelen presentarse antes de que llegue la menstruación. Entre tanto, advierten la aparición de acné severo en los adultos mayores, pues “puede indicar una enfermedad subyacente que requiere atención médica”, destaca Mayo Clinic.
La entidad sin ánimo de lucro destaca que hay cuatro factores principales que causan el acné: Exceso de producción de materia grasa (sebo), folículos pilosos obstruidos por materia grasa y células muertas de la piel, bacterias e inflamación.
Explica que el acné suele aparecer en la cara, la frente, el pecho, la parte superior de la espalda y los hombros porque esos lugares de la piel tienen la mayor cantidad de glándulas sebáceas y los folículos pilosos están conectados a estas glándulas.
“Es posible que la pared del folículo sobresalga y se forme un punto blanco. O puede que el tapón se abra a la superficie, se oscurezca y forme un punto negro. Un punto negro puede parecer suciedad incrustada en los poros. Pero, en realidad, el poro está lleno de bacterias y materia grasa, que se oscurece cuando se expone al aire”, señala Mayo Clinic.
Sobre los otros tipos de acné, agrega que “los granos son puntos rojos que sobresalen, con un centro blanco, que aparecen cuando los folículos pilosos bloqueados se inflaman o se infectan con las bacterias. La inflamación y las obstrucciones profundas dentro de los folículos pilosos producen protuberancias similares a quistes debajo de la superficie de la piel”.
Entre los factores que pueden producir acné están los cambios hormonales, algunos medicamentos, la alimentación y el estrés. Cabe aclarar que el estrés no es que produzca acné en las personas, pero si ya lo padece, puede empeorar el diagnóstico.
En torno al acné circulan varios mitos, como que el consumo de chocolate o de alimentos grasos lo puede ocasionar o que los cosméticos potencian la salida del acné. Ninguna de las dos afirmaciones anteriores es cierta del todo.
En lo que refiere al consumo de chocolate o de alimentos con alto contenido graso, Mayo Clinic señala que “tiene muy poca o ninguna incidencia sobre el acné”. Sobre el uso de cosméticos, describe que estos “no siempre empeoran el acné, especialmente si usas maquillaje sin aceite que no tapa los poros –no comedogénicos– y te quitas el maquillaje con regularidad. Los cosméticos que no contienen aceite no interfieren en la eficacia de los medicamentos contra el acné”.
Otro mito tiene que ver con la higiene, al respecto, la entidad sin ánimo de lucro destaca que la piel sucia “no provoca acné. De hecho, frotar la piel con demasiada fuerza o limpiarla con sustancias químicas o jabones fuertes irrita la piel y puede empeorar el acné”.