La artrosis es una enfermedad degenerativa que afecta las articulaciones y es consecuencia de un proceso degenerativo del cartílago que recubre los huesos y que en condiciones normales evita que estos entren en contacto con el movimiento o absorbe el impacto de los golpes que recibe la articulación.
Si el cartílago pierde sus propiedades y el tejido que lo conforma se degenera, a veces hasta el punto de desaparecer, los huesos pueden llegar a rozar entre sí produciendo dolor.
También es posible que el líquido sinovial que nutre el cartílago reduzca su viscosidad, que es lo que permite que el cartílago se mantenga hidratado y elástico, lo que también puede generar dolor. Este líquido lubrica la articulación para que realice sus movimientos sin problemas.
Según el portal Sanitas.es, este proceso degenerativo hace que en ocasiones el hueso responda a la nueva situación creciendo en su parte lateral (osteofito), apareciendo nódulos claramente perceptibles que inducen la deformación característica de la articulación, reduciendo su movilidad.
De acuerdo con la Unidad Ortopédica de Colombia, no se ha podido establecer una causa única para el desarrollo de la artrosis y por eso algunas de las razones son: edad avanzada, obesidad, o sobrepeso, antecedente de lesiones o traumas, antecedentes de displasia de cadera, fracturas en las articulaciones, entre otras.
Por su parte, dentro de los síntomas más comunes está el dolor articular, la dificultad para movilizarse, crujidos en las articulaciones y en algunos casos también rigidez o deformidad de las mismas.
Estos varían en función del paciente, y se intensifican de forma progresiva. El dolor articular, síntoma más común, aparece al principio con el movimiento y cesa con el reposo, pero el agravamiento de la enfermedad genera que el dolor permanezca en reposo.
Se trata de un padecimiento que normalmente requiere de medicamentos formulados para ayudar a mitigar los impactos del dolor y retrasar un poco el proceso; sin embargo, existen antiinflamatorios naturales que pueden ayudar a aliviar el dolor.
1. El romero: Esta hierba aromática que es muy usada en la dieta mediterránea, también tiene propiedades que ayudan a reducir todo tipo de dolores articulares. Esto obedece a que en su composición dispone de ácido ursólico, el cual combate de forma muy efectiva este tipo de afecciones que se producen alrededor de los cartílagos o en las articulaciones de manos y rodillas, y sin provocar ningún efecto secundario.
Se puede preparar una infusión con 200 gramos de romero y dos vasos de agua, se deja reposar y se puede consumir dos veces al día.
2. Cola de caballo: Es una planta antiinflamatoria que aporta minerales y vitaminas al cuerpo. La recomendación es consumirla en infusión.
3. La cúrcuma. Esta especia, originaria de Asia y que aporta un atractivo color a nuestras comidas, ayuda a tratar el dolor articular. Gracias a sus propiedades antiinflamatorias, analgésicas y antioxidantes, combate adecuadamente los procesos infecciosos en que nuestro cuerpo debe reparar, y desintoxica cualquier tejido herido. Se puede preparar una infusión con una cucharada de cúrcuma, tres tazas de agua y tres cucharadas de miel. Para prepararla se pone a hervir el agua, se agrega la cúrcuma, se deja reposar, se cuela y se añade la miel.
4. Jengibre: Es un gran antiinflamatorio natural, adecuado también para tratar los procesos relacionados con el dolor articular. También se puede preparar en infusión y agregar miel.
5. Linaza: Estas semillas con antiinflamatorios naturales para tratar el dolor articular por varias razones. Su composición a base de Omega-3 ayuda a reforzar el sistema inmune y ayuda al cuerpo a combatir esas infecciones que se crean alrededor de las articulaciones. Las semillas de linaza se pueden consumir de forma natural o añadiéndolas en las ensaladas. No se deben cocinar porque pierden gran parte del Omega 3.
6. Aceite de pescado. Los ácidos grasos Omega-3 están presentes en el aceite de pescado. Los estudios sugieren que alivian la hinchazón dolorosa al reducir la inflamación. Las posibles fuentes incluyen suplementos de omega-3, pescado graso como el atún y otros peces de agua fría, según una publicación de Medical News Today.
Como siempre, la indicación de los especialistas es consultar al médico y utilizar los remedios caseros y naturales solo como complemento de un tratamiento formulado. También recomiendan, en la medida de lo posible, realizar ejercicio físico.