Desde muy corta edad, a los niños les inculcan la importancia de las frutas y los múltiples beneficios que estos alimentos aportan a la salud, una práctica que se prolonga con el paso de los años y que, en el mejor de los casos, se acentúa.
Los expertos recomiendan comer frutas en las diferentes comidas, sobre todo al desayuno, en las medias nueves –tipo nueve de la mañana– y en el almuerzo. De hecho, en la lonchera de los niños pocas veces falta una manzana, una pera o un banano y ni qué decir en las oficinas, donde suelen ubicarse dispensadores de comida, donde hay tarros plásticos con fruta.
El conocimiento a ciencia cierta sobre las bondades de cada uno de los frutos que se encuentran en las plazas de mercado quizá no sea completo para todas las personas, pero de seguro hay otros que sí se conocen a viva voz.
Tal es el ejemplo de los cítricos, ampliamente utilizados para combatir las gripes o para aportar mayores defensas al organismo, gracias a sus altos contenidos vitamínicos, o el limón que en el caso colombiano se consume con agua de panela para calmar los síntomas gripales.
Esta última fruta no falta en los hogares colombianos, por lo menos hay uno o dos en la nevera de cada hogar, donde además de ser utilizado para remedios caseros, también sirve de acompañamiento para almuerzos, bebidas refrescantes y hasta para brillar algunos elementos y hacer aseo general, mezclado con bicarbonato de sodio.
Pese a ser un fruto muy común en las alacenas, donde se aprovecha sobre todo el zumo, muchos desconocen de las bondades de la cáscara del limón. El envoltorio de esta fruta contiene entre cinco y diez vitaminas más que el mismo zumo.
Vitamina C, ácido cítrico, ácido málico, ácido fórmico, su aceite esencial, citronela, felandreno, hesperidina o pectinas, entre otras sustancias medicinales destacan entre las propiedades de la cáscara de limón, reseña el portal Mejor Con Salud. Además, se ha encontrado que la cáscara de limón es un potente eliminador de las toxinas del cuerpo, lo que conlleva a que tenga propiedades para proveer un efecto rejuvenecedor.
La cáscara de limón también combate la hinchazón abdominal, lo que permite reducir los gases intestinales; favorece la digestión y previene problemas de estreñimiento; y es buena para depurar el hígado gracias a sus efectos desintoxicantes, los cuales estimulan la eliminación de sustancias tóxicas y desechos del organismo.
Como es de amplio conocimiento, es fuente de vitamina C, lo que ayuda en el fortalecimiento del sistema inmunológico, ayudando a prevenir gripes, resfriados y problemas respiratorios. Ayuda a la alcalinidad de la sangre, a disminuir los niveles de presión arterial alta y combate el nerviosismo.
La cáscara de limón también puede ser usada como antiséptico y tiene usos cosméticos, pues gracias a sus propiedades astringentes, elimina el exceso de grasa en la piel y también ayuda a blanquear las manchas en la piel y los dientes.
¡No deseche la cáscara!
Las personas suelen tomar el limón, cortarlo, exprimirlo y desechar la cáscara, no lo haga y más bien aprovéchela. Es recomendable que tan pronto llegue del supermercado con el limón lo lave muy bien y posteriormente lo ubique en el congelador de la nevera hasta que quede bien congelado. Luego de que verifique que el fruto esté congelado, puede rallarlo para aprovechar la cáscara o licuarlo para incluirlo entre sus recetas.
La cáscara de limón va muy bien para espolvorear los postres, incluirla en las ensaladas, jugos, arroces, salsas, entre otros alimentos. Si le gusta tomar limonada con frecuencia, a la próxima licúe el limón con la cáscara, de este modo podrá aprovechar al 100 % los beneficios de este fruto. Es importante que tenga en cuenta que al preparar la limonada de este modo puede que el sabor se altere un poco, pero está aprovechando todas las propiedades del limón y su cáscara y será igual de refrescante.
Por último, la cáscara de limón también sirve para acompañar las bebidas alcohólicas como los cócteles, whisky, vino o vodka.