Las personas que padecieron coronavirus pero que fueron asintomáticas también pueden tener secuelas de la enfermedad sin haber permanecido en un estado grave, concluyó el estudio “Síntomas, grupos de síntomas y predicciones de la covid para convertirse en una enfermedad de larga duración: buscando claridad en la bruma de la pandemia”.
En el marco del informe, publicado el 5 de marzo por un grupo interdisciplinario de la Universidad de California, citado por el doctor Elmer Huerta, se realizó un seguimiento a un grupo de 1.407 personas después de 60 días de haber tenido la enfermedad, pero sin haber necesitado hospitalización, y cuyos historiales médicos se podían consultar de forma electrónica sin necesidad de un encuentro físico.
En los primeros 10 días, el 68,9% de las personas tuvieron algunos síntomas como tos, fiebre, fatiga, escalofríos e insomnio, entre otros, mientras que un 39% nunca tuvo síntomas pero fueron diagnosticados con covid-19.
Al hacer el seguimiento, 60 días después, el 32% de los casos asintomáticos presentaron secuelas. Algunos de los síntomas reportados son:
- Dolor de pecho
- Falta de aire
- Ansiedad
- Dolor de vientre
- Tos
- Dolor de cintura, y fatiga
En este caso, las mujeres fueron las más afectadas con las secuelas que los hombres y un 72% de los casos estudiados tenía entre 20 y 50 años.
Ya que se trata de un tema que todavía necesita ser más estudiado, el doctor Huerta asegura que falta mucho por conocer del virus y que, gradualmente, se podrá tener más conocimiento de la incidencia de estas secuelas en las personas afectadas.
Hace un año, la declaratoria de la pandemia de la covid-19 por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sorprendió a la humanidad y la dejó vulnerable sobre un virus que no solo era mortal sino también desconocido para el sector de la salud.
Con más de dos millones de muertos en el mundo y un proceso de vacunación masiva en curso en la mayoría de países, todavía los científicos y epidemiólogos siguen descubriendo datos del virus y las consecuencias y secuelas que deja en los pacientes.
Las vacunas aliviarían las secuelas
Las cifras muestran que una de cada diez personas que han dado positivo tienen un síntoma de esta enfermedad aún meses después de aliviarse.
Entre los síntomas destacan la fatiga, el dolor de cabeza, niebla mental (una especie de amnesia) o dificultad para oler y saborear la comida. Se les llama pacientes de covid-19 de largo plazo y hasta ahora no había nada con qué tratarlo.
Pero según reportes de médicos en países donde hay vacunación avanzada, algunos pacientes con covid de largo plazo están reportando mejoría luego de recibir la inyección.
Según estos indicios algunos parecen tener una dramática recuperación luego de ser vacunados, lo cual ha llamado la atención y ha hecho pensar a los expertos en que la vacuna podría contribuir al tratamiento de estas personas. Por eso, los médicos dicen que el tema debería ser foco de estudio.
Gez Medinger, un cinematógrafo que tuvo esta secuela con la enfermedad, hoy está adelantando en Gran Bretaña un sondeo al respecto, y ya ha entrevistado a 470 personas con esta condición.
Con esa información, que obtuvo a partir de cuestionarios entre las dos y seis semanas después de recibir la vacuna, cerca de 50% de ellos dijo que se sentían igual, pero 32% manifestó estar mejor y 5% señaló haber resuelto su problema.
A pesar de esto, 18% dijo que se sentían peor que antes. Medinger hace hincapié en que hay que leer estas cifras desde la lente de la covid de largo plazo, pues los síntomas son variados e intermitentes.
Otro experto, el profesor Tim Spector, del King’s College London, también está adelantando un proyecto para seguir a 600.000 personas, con lo que espera tener información suficiente para determinar los efectos de las vacunas en la covid-19 de largo plazo.
Las causas de la covid-19 de largo plazo no son conocidas, pero una teoría sostiene que en algunos pacientes el sistema inmune está configurado del tal manera que su respuesta es errada y causa inflamación de largo plazo.
Según los virólogos es posible que las vacunas reseteen las defensas del cuerpo y por eso ese medicamento sería una esperanza, aunque advierten que aún no se puede cantar victoria.