La obesidad, definitivamente, no es una consideración estética. Desde 2009 con la Ley de la Obesidad esta se cataloga en el país como una enfermedad y se priorizan las enfermedades crónicas no transmisibles asociadas a ésta como una prioridad de salud pública y se adoptan medidas para su control, atención y prevención.
Y aunque en la ‘Ley 1355 de octubre 14 de 2009′ no se incluyó el sobrepeso, a pesar de ser un factorde riesgo para cerca de 195 enfermedades, también debe dársele prioridad y acelerar la prevención ante la llamada “pandemia del siglo XXI”.
Son muchas, pero las más comunes asociadas al sobrepeso y la obesidad son la enfermedad coronaria, diabetes tipo 2, cáncer (de endometrio, de mama y de colon), hipertensión (presión arterial alta), dislipidemia (por ejemplo, niveles altos de colesterol total o de triglicéridos), accidente cerebrovascular, enfermedad del hígado y de la vesícula, apnea del sueño y problemas respiratorios, artrosis (la degeneración del cartílago y el hueso subyacente de una articulación) y problemas ginecológicos (menstruación anómala, infertilidad).
Para Henry Tovar Cortés, presidente de la Asociación Colombiana de Endocrinología, Diabetes y Metabolismo (ACE), la obesidad se considera como “un estado inflamatorio de todo el organismo que predispone a desarrollar enfermedades como la diabetes, la hipertensión y en el peor de los casos enfermedad cardiovascular. Si prevenimos la obesidad evitamos estas enfermedades que tienen un trascurso bastante complicado para nuestra salud”.
En SEMANA ponemos la lupa en 5 de las 195 enfermedades que están asociadas al sobrepeso y la obesidad:
Diabetes tipo 2
La obesidad y el sobrepeso son factores de riego muy claros para la aparición de diabetes mellitus tipo II. “Hay varias publicaciones que muestran que una persona con obesidad tiene cuatro veces más riesgo de presentar diabetes comparado con una persona que tiene el peso normal. Y, de hecho, si una persona con obesidad tiene alguna otra cosa como alteración de los lípidos o hipertensión y además tiene obesidad, tiene ocho veces más riesgo de presentar diabetes comparado con una persona que no tiene obesidad”, así lo indica Miguel Omeara, médico internista y endocrinólogo.
Para el especialista, la razón por la cual la obesidad es un factor de riesgo para desarrollar diabetes es porque “el exceso de grasa abdominal produce resistencia a la insulina, que es la principal hormona que se encarga de ingresar la glucosa al tejido graso y a los músculos.
La obesidad o sobrepeso demanda mayor cantidad de insulina al cuerpo para llevar la glucosa a las células, que forman el tejido graso. Esto produce un sobreesfuerzo en el páncreas que termina debilitándolo y reduciendo la producción de insulina lo que termina en diabetes.
El endocrinólogo Omeara señala que la obesidad es tan compleja de tratar que se subestima, y su manejo “no puede ser desechado solo como haga dieta, realmente hay que entender que esta enfermedad debe tener un abordaje multidisciplinario, y que hay diferentes opciones de manejo, en el cual se debe involucrar al paciente en su entendimiento”.
Hipertensión
El sobrepeso y la obesidad aumentan en dos veces la posibilidad de desarrollar hipertensión arterial, por lo que es necesario un cambio en los hábitos.
La hipertensión es una afección en la que la presión de la sangre hacia las paredes de la arteria es demasiado alta. Se define que hay hipertensión cuando la presión arterial está por encima de 140/90 y se considera grave cuando está por encima de 180/120.
Los síntomas más frecuentes de la hipertensión son cefalea (dolor de cabeza), mareos, zumbido de oídos, alteraciones de la visión y edema (acumulación de líquido en los tobillos y alrededor de los ojos).
Para Gabriel Robledo Kaiser, presidente de la Asociación Colombiana de Obesidad -Funcobes- especialista en cardiología y cardio oncología, la obesidad es un factor de riesgo para la hipertensión y la puerta de entrada a otras enfermedades coronarias.
Esta condición arterial se asocia con mayor prevalencia a los infartos al miocardio, accidentes cerebrovasculares, insuficiencia renal y cardíaca, y enfermedad vascular de las arterias de las extremidades inferiores.
Problemas coronarios
La Organización Mundial de la Salud (OMS) encabeza a las enfermedades cardiovasculares en el listado de las consecuencias comunes del sobrepeso y la obesidad para la salud.
Un índice de Masa Corporal -IMC- elevado, señala esta organización, lleva principalmente a las cardiopatías y los accidentes cerebrovasculares, “que fueron la principal causa de muertes en 2012″.
Según el Dr. Robledo, el sobrepeso y la obesidad “dañan las arterias y el sistema circulatorio... por eso el paciente con obesidad va a tener muchos más riesgos”.
La obesidad representa un factor de riesgo independiente para el desarrollo de enfermedad cardiovascular (ECV) definida como enfermedad arterial coronaria (EAC), infarto al miocardio (IM), angina péctoris, falla cardiaca congestiva (FCC), accidente cerebrovascular (ACV), hipertensión (HTA) y fibrilación auricular. El IMC elevado aumenta el volumen de sangre total y el gasto cardíaco, y la sobrecarga cardíaca es mayor en la obesidad.
De acuerdo con las ‘Recomendaciones de la Asociación Colombiana de Endocrinología, Diabetes y Metabolismo para el manejo de la obesidad (Volumen II)’, la miocardiopatía obesogénica -MCO- se debe reconocer como una entidad independiente de otros factores de riesgo y enfermedades cardiovasculares, como hipertensión, diabetes y enfermedad coronaria.
La MCO se define como los cambios miocárdicos asociados con la obesidad, en ausencia de otras enfermedades cardíacas o factores de riesgo. “Inicialmente se consideró como insuficiencia cardíaca secundaria a obesidad severa; sin embargo, se modificó ante la evidencia de cambios a nivel miocárdico en pacientes con obesidad leve o moderada, los cuales terminan por producir falla cardíaca”, señala el documento de esta Asociación.
Cáncer de mama
Para la Organización Mundial de la Salud -OMS- el sobrepeso y la obesidad son factores de riesgo para el desarrollo de algunos cánceres como el de endometrio, mama, ovarios, próstata, hígado, vesícula biliar, riñones y colon.
La obesidad no es muy buen amiga de las mujeres y la deja más expuesta al cáncer de ovarios y de mama. Así lo señala Ivonne Yamal, ginecóloga y especialista en reproducción y endocrinología ginecológica.
Específicamente, la dupla obesidad y cáncer de mama sigue en estudio, de donde se deduce que los posibles motivos por los que estas enfermedades están relacionadas con el aumento de los niveles de insulina y del factor de crecimiento insulínico tipo 1 (Insulin Growth Factor-1), inflamación crónica subclínica, cantidades más elevadas de estrógenos producidas por el tejido graso.
De acuerdo con el documento ‘El cáncer de mama en América Latina y el Caribe’ de la Organización Panamericana de la Salud, la obesidad incrementa el riesgo de cáncer mamario en las mujeres posmenopáusicas, pero lo reduce en las mujeres premenopáusicas. ”El efecto del peso en el riesgo de cáncer mamario cambia según el estado menopáusico. La obesidad aumenta el riesgo de la enfermedad en las mujeres posmenopáusicas en un factor de 1,0 a 2,7, y hay indicios de que reduce el riesgo en las mujeres premenopáusicas. Este fenómeno puede explicarse por el hecho de que las mujeres con obesidad premenopáusicas son más propensas a la anovulación, lo cual disminuye la exposición de las mamas a la progesterona y quizás el estrógeno, disminuyendo de esa forma la proliferación tisular de la mama”, señala el informe.
También revela el documento que las mujeres con obesidad posmenopáusicas, por otro lado, convierten más andrógenos en estrógeno y presentan una menor concentración de globulina fijadora de hormonas sexuales que las posmenopáusicas sin obesidad, aumentando de esa forma la proliferación de la mama y el riesgo de cáncer.
Alzhéimer
Una nueva investigación de la Universidad de Sheffield (Reino Unido) ha descubierto que el sobrepeso es una carga adicional para la salud del cerebro y puede agravar la enfermedad de Alzheimer.
“Este estudio no demuestra que la obesidad cause el Alzheimer, pero lo que sí muestra es que el sobrepeso es una carga adicional para la salud del cerebro y puede agravar la enfermedad”, según indicó la autora principal del estudio, la profesora Annalena Venneri.
Miguel Sabogal Mejía, médico psiquiatra y presidente de la Asociación Colombiana de Salud Mental, aclara también que “la obesidad no termina en alzhéimer”, pero sí puede llevar a demencia senil y específicamente a las ‘demencias vasculares’ que son producidas por la diabetes, la hipertensión arterial, y el hipercolesterolemia (Aumento de lípido o grasas en la sangre).
Hay tres condiciones de la obesidad que predisponen a la demencia senil que ahora se llama trastorno neurocognitivo mayor, y dentro de éstas se encuentra el alzhéimer, las demencias vasculares y otras como las que se dan por falta de vitaminas, trauma craneoencefálico, y por infecciones virales.
Señala Sabogal Mejía que las demencias vasculares se pueden prevenir llevando un estilo de vida saludable. “La persona con obesidad empieza a tener problemas para dormir, comienza a roncar o a tener apneas obstructivas por el alto peso... al no dormir bien, el insomnio prolongado va produciendo daños neurológicos y también hace que la persona se vuelva resistente a la insulina y se puede volver diabético.”
Muchos de los casos de personas con obesidad, aparte de una ingesta no adecuada, tienen problema de hipercolesterolemia (Colesterol muy alto) lo que conlleva a que empiecen a taparse las arteriolas (ramas pequeñas del sistema arterial) y comienzan a darse multiinfartos que son casi imperceptibles en el cerebro, pero que van dañando las capacidades mentales y lo pueden conducir a una demencia.
Para Francisco Lopera Restrepo, médico y neurólogo clínico de la Universidad de Antioquia, el cuidado del cerebro está en manos de todos porque el 40 % de las demencias, que son un grupo de trastornos caracterizados por el deterioro de, al menos, dos funciones cerebrales, como la memoria y la razón, se pueden prevenir con buenos hábitos de vida y mejorando la calidad del aire que respiramos, entre otras prácticas.
En el manejo de la obesidad y el sobrepeso, la prevención es clave para evitar llegar al desarrollo de estas enfermedades crónicas. Y para ello, el manejo integral por parte de médicos y profesionales de la salud especializados es fundamental, ya que no se trata de un problema estético.
Y aunque los médicos son los grandes aliados, el autodiagnóstico y el autocuidado ayudan a prevenir el sobrepeso y la obesidad y saber en qué nivel de sobrepeso se encuentran. Para ello, el Índice de Masa Corporal -IMC- es el principal indicador y éste se puede calcular en herramientas como www.laverdaddesupeso, en donde además se entregan recomendaciones de expertos para el proceso de pérdida de peso y cómo llevar una vida más saludable.