Los alimentos que se ingieren deben transformarse en moléculas más pequeñas de nutrientes para que la sangre pueda absorberlas y transportarlas a las células de todo el organismo. Se trata de un proceso que está a cargo del sistema digestivo, en el que la comida y las bebidas se descomponen en partes más pequeñas para que el cuerpo las pueda utilizar con el objetivo de crear y nutrir células, y para proporcionar energía al organismo, reseña el Stanford Children’s Health.

El colon forma parte del aparato digestivo. El Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos define a este órgano como la parte más larga del intestino grueso, órgano en forma de tubo que se conecta con el intestino delgado por un extremo y con el ano por el otro.

Este es el encargado de extraer el agua y algunos nutrientes y electrolitos de los alimentos parcialmente digeridos. En lo que refiere al material restante, los residuos sólidos, llamados heces, se mueven a través del colon, se almacenan en el recto y salen del cuerpo por el ano.

El cuidado del colon es importante, toda vez que hay diferentes patologías que pueden ser evitadas o tratadas si se actúa a tiempo, pues de lo contrario estas pueden complicarse, desembocando en algún tipo de cáncer, colitis o en el síndrome de intestino irritable, entre otros.

Son varias las cartas que se pueden tomar para mantener un colon saludable. Para lograr este propósito, Mayo Clinic de Estados Unidos destaca cinco consejos. En primer lugar, recomienda ingerir bebidas alcohólicas con moderación y evitar fumar; además, es prudente que incorpore el ejercicio a su rutina diaria, dedicándole por lo menos 30 minutos a esta práctica. También aconseja realizar un examen para la detección de cambios precancerosos y controlar el peso corporal.

Obesidad, ejercicio físico | Foto: Getty Images

El quinto consejo tiene que ver con la adecuada alimentación, incluyendo verduras y grasas saludables para el organismo. El rizoma de la cúrcuma contiene al menos diez componentes anticancerígenos, entre los que sobresalen la curcumina y los betacarotenos. Estos elementos tienen propiedades protectoras ante varios tipos de cáncer, entre los que se encuentran el de colon.

Un artículo publicado en la revista Cancer Prevention Research reveló que un suplemento de raíz de jengibre administrado a un grupo de participantes con colon irritable redujo los marcadores de inflamación en el colon en aproximadamente un mes. Según explicaron los investigadores, al disminuir la inflamación, el riesgo de cáncer de colón también disminuía.

Las lentejas, al ser un alimento rico en fibra, cuando se incluyen en la dieta regularmente estabilizan el metabolismo. La fibra apoya el proceso de digestión de los alimentos y promueve la actividad del intestino para una óptima eliminación de los desechos. Así lo detalló un estudio publicado en World Journal of Gastroenterology, “Effect of Dietary Fiber on Constipation: A Meta Analysis”, en donde se explica que las lentejas también sirven como alimento de las bacterias saludables del colon, algo que ayuda a evitar los episodios de estreñimiento crónicos.

Una dieta alta en fibra puede reducir el riesgo de desarrollar hemorroides y bolsas pequeñas en el colon. Estudios han concluido que una dieta alta en fibra probablemente disminuye el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal.

El consumo de maní también ayuda al colon. Aunque esta legumbre contiene grandes cantidades de grasa, su consumo ayuda al hígado a equilibrar su funcionamiento y al páncreas a procesar más fácilmente el azúcar. También es rico en fibra natural y es especialmente saludable para el corazón y el sistema digestivo, lo que disminuye el riesgo de desarrollar enfermedades cardiacas o de colon.