El colesterol y los triglicéridos son diferentes tipos de lípidos que circulan en la sangre. Mientras que el colesterol se utiliza para construir células y ciertas hormonas, los triglicéridos almacenan las calorías no utilizadas y proporcionan energía al cuerpo.
Para comenzar, el colesterol es una sustancia cerosa que se encuentra en la sangre, necesaria para formar células sanas. No obstante, registrar niveles altos de colesterol puede aumentar el riesgo de sufrir una enfermedad cardíaca.
“Con el colesterol alto, es posible que se te formen depósitos grasos en los vasos sanguíneos. Con el tiempo, estos depósitos crecen y hacen que sea más difícil que fluya suficiente sangre a través de las arterias. A veces, esos depósitos pueden romperse de repente y formar un coágulo que causa un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular”, explica Mayo Clinic.
La entidad sin ánimo de lucro explica que el colesterol alto puede heredarse, así como también puede ser el resultado de un estilo de vida poco saludable, en este último caso puede ser prevenido y su tratamiento varía según el caso. Una dieta sana, hacer ejercicio y evitar el consumo de tabaco pueden ayudar a bajar los niveles de colesterol.
Cuando el colesterol llega a niveles altos, no suele manifestar síntomas, la única forma de detectarlo es practicándose un análisis de sangre. Por lo general, en los niños y adultos jóvenes que no tienen factores de riesgo de padecer una enfermedad cardiaca suelen practicarse pruebas de colesterol entre los 9 y los 11 años, las cuales se repiten entre los 17 y los 19 años. En el resto de la población sin factores de riesgo de padecer este tipo de enfermedades, las pruebas de colesterol se practican cada cinco años.
En caso tal de que los análisis de sangre registren niveles de colesterol superiores a los recomendados, si la persona tiene antecedentes familiares de colesterol alto, enfermedad cardíaca u otro factor de riesgo, como diabetes, presión arterial alta o si consume tabaco, las mediciones de esta sustancia suelen practicarse más a menudo.
Existen dos tipos de colesterol, que dependen de qué transporta la lipoproteína, comúnmente conocidos como colesterol bueno (HDL) y colesterol malo (LDL). El colesterol HDL contiene lipoproteína de alta densidad, recoge el exceso de colesterol y lo lleva de nuevo al hígado. El colesterol LDL contiene lipoproteína de baja densidad, transporta las partículas de colesterol por todo el cuerpo y se acumula en las paredes de las arterias, lo que genera su endurecimiento y estrechamiento.
Los niveles de colesterol se miden en miligramos (mg) de colesterol por decilitro (dL) de sangre o milimoles (mmol) por litro (L). Cuando se trata de colesterol HDL, los números más altos son mejores, explica Mayo Clinic. Así las cosas, en el caso de los hombres, el colesterol deseable es de 60 mg/dL (1.6 mmol/L) o más, y se considera en peligro cuando se ubica en menos de 40 mg/dL (1.0 mmol/L). Para las mujeres, el colesterol deseable es de 60 mg/dL (1.6 mmol/L) o más, mientras que si es de menos de 50 mg/dL (1.3 mmol/L), se considera en peligro.
La mala alimentación, la obesidad, la falta de ejercicio, el tabaquismo, la edad y la diabetes, son algunos de los factores que aumentan el riesgo de tener colesterol malo.
Por su parte, los triglicéridos son “un tipo de grasa (lípidos) que se encuentran en la sangre. Cuando comes, el cuerpo convierte todas las calorías que no necesites usar de inmediato en triglicéridos. Los triglicéridos se almacenan en las células grasas. Más tarde, las hormonas liberan triglicéridos para obtener energía entre las comidas”, explica Mayo Clinic.
Establece que si las personas ingieren a menudo más calorías que las que queman, sobre todo en el caso de los alimentos que son ricos en carbohidratos, existe un riesgo latente a tener los triglicéridos altos, cuya patología es conocida como hipertrigliceridemia.
El médico generalmente verifica la presencia de triglicéridos altos como parte de un examen de colesterol, que algunas veces se denomina panel lipídico o perfil lipídico, mediante un análisis de sangre. Un nivel de triglicéridos normal es cuando hay menos de 150 miligramos por decilitro (mg/dl), o menos de 1,7 milimoles por litro (mmol/l), mientras que una persona está al límite de tener triglicéridos altos cuando registra de 150 a 199 mg/dl (1,8 a 2,2 mmol/l).
Un síntoma de que los triglicéridos están altos es cuando se ubican en un rango de 200 a 499 mg/dl (2,3 a 5,6 mmol/L) y muy altos cuando los niveles son de 500 mg/dl o más (5,7 mmol/l o más). “Los triglicéridos altos pueden contribuir al endurecimiento de las arterias o al engrosamiento de las paredes arteriales (arterioesclerosis), lo que aumenta el riesgo de sufrir accidente cerebrovascular, ataque cardíaco y cardiopatías. Los triglicéridos extremadamente altos también pueden causar inflamación aguda del páncreas (pancreatitis)”, reseña Mayo Clinic.
Los triglicéridos altos suelen ser un signo de otras afecciones que aumentan el riesgo de sufrir enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular, donde se debe incluir la obesidad y el síndrome metabólico, entre otras condiciones como demasiada grasa alrededor de la cintura, hipertensión arterial, triglicéridos altos, hiperglucemia y niveles anormales de colesterol.
Sumado a lo anterior, los triglicéridos altos también pueden ser un signo de diabetes tipo 2 o prediabetes, síndrome metabólico, hipotiroidismo y “ciertas afecciones genéticas poco comunes que afectan la forma en que el cuerpo convierte la grasa en energía”.
Por lo general, los triglicéridos altos no suelen manifestar síntomas, explica la doctora Ana Luiza Lima, cardióloga de la Universidad Federal de Pernambuco (Brasil) a Tua Saúde. No obstante, cuando el nivel de triglicéridos circulante es muy superior al valor considerado normal, es posible notar alguna sintomatología.
La aparición de pequeñas bolitas de grasa en los párpados, amarillentas y suaves, llamadas científicamente xantelasma es el primero de los síntomas que puede aparecer, así como también la acumulación de grasa en la región abdominal y en otras regiones del cuerpo. De acuerdo con la cardióloga, el surgimiento de pequeñas bolitas de grasa en la piel, denominadas xantomas, principalmente en las manos, los brazos, pies y articulaciones y la aparición de manchas blancas en la retina, que se puede detectar a través de un examen al ojo, son los otros dos síntomas que un paciente con triglicéridos altos puede presentar.