El colesterol es una sustancia cerosa que se encuentra en todas las células y tiene varias funciones útiles, entre ellas construir las células del cuerpo. Esta sustancia transporta a través del torrente sanguíneo unido a las proteínas, que se llaman lipoproteínas. Hay colesterol de lipoproteínas de baja y alta densidad; malo y bueno, reseña Mayo Clinic.
La entidad sin ánimo de lucro explica que los niveles altos de lipoproteína de baja densidad (LDL) en ocasiones pueden acumularse dentro de las paredes de los vasos sanguíneos y estrechar los pasajes. en algunas ocasiones esto puede provocar la formación de un coágulo que queda atorado en el espacio estrechado y causar un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular. Lo anterior explica por qué el colesterol LDL a menudo se conoce como colesterol “malo”.
Entretanto, está el colesterol de lipoproteínas de alta densidad (HDL), comúnmente conocido como el colesterol “bueno” “porque ayuda a eliminar otras formas de colesterol del torrente sanguíneo. Los niveles más altos de colesterol HDL están asociados con un menor riesgo de desarrollar una enfermedad cardíaca”, dice Mayo Clinic. La función como tal del HDL es recoger el exceso de colesterol en la sangre y llevarlo de regreso al hígado, lugar donde se descompone y luego se elimina del organismo.
Los niveles de colesterol se miden en miligramos (mg) de colesterol por decilitro (dL) de sangre o milimoles (mmol) por litro (L). Cuando se trata de colesterol HDL, los números más altos son mejores, explica Mayo Clinic. Así las cosas, en el caso de los hombres, el colesterol deseable es de 60 mg/dL (1.6 mmol/L) o más, y se considera en peligro cuando se ubica en menos de 40 mg/dL (1.0 mmol/L). Para las mujeres, el colesterol deseable es de 60 mg/dL (1.6 mmol/L) o más, mientras que si es de menos de 50 mg/dL (1.3 mmol/L), se considera en peligro.
“Hasta cierto punto, las personas que tienen niveles naturalmente más altos de colesterol HDL tienen menor riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular. Está menos claro si ese mismo beneficio es válido para las personas que aumentan sus niveles de HDL con medicamentos”, señala la entidad sin ánimo de lucro.
Tener un estilo de vida saludable como una dieta sana y balanceada, hacer ejercicio y dejar de fumar son algunas de las claves que permiten aumentar el colesterol HDL y, de paso, disminuir el riesgo a sufrir ataques cardiacos. La entidad destaca que no se ha demostrado que aquellos medicamentos que ayudan a elevar este tipo de colesterol no han logrado reducir la tasa de ataques cardíacos.
Uno de los datos que llama la atención en torno al colesterol es que si bien es conveniente tener altos los niveles de HDL, las personas que logran registrar niveles demasiado altos de forma natural, aquellos que se sitúan por encima de 100 mg/dL [2.5 mmol/L], parecen tener un riesgo más elevado a sufrir enfermedad cardíaca. Al respecto, Mayo Clinic destaca que esto puede ser causado por factores genéticos.
Llevar un estilo de vida saludable siempre traerá beneficios para la salud. Empiece una dieta en la que se evite, en la medida de lo posible, las grasas trans. Este tipo de grasas pueden aumentar el colesterol LDL y reducir los niveles de colesterol HDL. Los pasteles y las galletas, así como los fritos y las margarinas son algunos alimentos que suelen contener grasas trans, trate de evitar su consumo o reducirlo en su máxima expresión. También es recomendable limitar el consumo de grasas saturadas que se encuentran en las carnes y en los productos lácteos que no son descremados.
Es común encontrar los niveles HDL más bajos en las personas que tienen síndrome metabólico, un grupo de afecciones que incluyen obesidad, aumento de la presión arterial y niveles altos de azúcar en la sangre. La actividad física no solo ayuda a las personas a perder peso de una forma sana, sino también puede ayudar a reducir los triglicéridos –el tipo de grasa más común en el organismo– y aumentar los niveles de HDL. Mayo Clinic destaca que “los beneficios pueden verse con tan solo 60 minutos de ejercicio aeróbico de intensidad moderada por semana”.
Dejar de fumar es otra de las claves, no solo para aumentar el colesterol sino que aporta numerosos beneficios para la salud. Fumar reduce los niveles de HDL, especialmente en las mujeres, y aumenta los niveles de LDL y triglicéridos. Si es fumador en la actualidad, busque la forma de dejar este vicio.
Por lo general, cuando se habla del tabaco, también llega a colación el tema del consumo de alcohol. Mayo Clinic asegura que el consumo moderado de alcohol está asociado a niveles más altos de colesterol HDL: “Para los adultos sanos, esto significa hasta una copa por día para las mujeres de todas las edades y para los hombres mayores de 65 años, y hasta dos copas por día para los hombres menores de 65 años”.
Advierte que las personas que no beben en la actualidad no deben empezar a hacerlo para aumentar los niveles de HDL y más bien deben optar por mejorar su estilo de vida. “Demasiado alcohol puede causar aumento de peso y podría aumentar la presión arterial y los niveles de triglicéridos”, aclara la entidad.