La dopamina es conocida como la “hormona feliz”, porque a ella se le atribuyen sentimientos de placer en el cerebro, aunque también está relacionada con otras funciones como el movimiento, la memoria, la atención y el humor.
Los niveles bajos de esta sustancia están relacionados con la baja motivación y la depresión. Por lo tanto, asegurarse de tener suficiente, pero no demasiado, es esencial para vivir una vida feliz, saludable y funcional.
Cuando la dopamina llega al cerebro se une a receptores que transmiten el mensaje de una célula a otra. Así es como esta hormona ayuda a sentir placer cuando una persona como algo rico o siente placer por alguna otra razón.
Según información de publicada en el portal NewsMedical.net este neurotransmisor desempeña varias funciones en el cerebro de los seres humanos y otros animales. Por ejemplo, tiene que ver con el comportamiento y la cognición, la atención, el sueño, el humor, el aprendizaje, la memoria, el movimiento e incluso sistemas de recompensa.
Tanto el exceso como la deficiencia de esta substancia química vital son la causa de varias enfermedades. El Parkinson y la drogadicción son algunos ejemplos de problemas asociados a niveles anormales de la dopamina.
En un artículo publicado en Business Insider, el psiquiatra y director del Pacific Brain Health Center del Pacific Neuroscience Institute en el Providence Saint John’s Health Center en Santa Monica, California, David A. Merrill, ratifica que los niveles de esta sustancia deben ser los ideales para el cuerpo. Una escasez de dopamina, por ejemplo, puede afectar directamente el sustento de una persona según un estudio de 2020, que examinó cómo ésta ayuda a las personas a determinar qué tareas valen la pena.
Indica la publicación, que los investigadores encontraron que los participantes con niveles más altos de dopamina tenían más probabilidades de centrarse en las recompensas de una tarea y optaron por completar las tareas con las recompensas más altas. Aquellos con niveles más bajos se concentraron más en la dificultad de la tarea.
Los niveles de dopamina se pueden controlar con cambios en el estilo de vida e intervención médica, si es necesario. Algunas de las recomendaciones para aumentarla de manera natural son las siguientes:
Actividad física: El ejercicio puede hacer mucho por la salud mental de una persona. Solo hay investigaciones limitadas sobre cómo el ejercicio afecta los niveles de dopamina en el cerebro humano; sin embargo, múltiples estudios en animales indican un aumento después de un entrenamiento.
Además, esos estudios sugieren que es posible que ejercicios para mejorar la dopamina pueden ayudar a los pacientes con afecciones como la enfermedad de Alzheimer, la demencia o aquellos con trastornos por abuso de sustancias. Un estudio en humanos, publicado en 2013, mostró que hacer ejercicio en una cinta rodante conducía a un aumento de los receptores de dopamina entre los pacientes de Parkinson, indica Business Insider.
Meditación o Yoga: Algunos estudios han encontrado que la práctica de la meditación desencadena neurotransmisores que ayudan a regular los trastornos psicológicos, como la ansiedad. Y la ansiedad se ha relacionado con niveles más bajos de dopamina. Por lo tanto, las personas que meditan pueden reducir la ansiedad y posiblemente aumentar sus niveles de dopamina al mismo tiempo.
Las investigaciones también evidencian un probable aumento en los niveles de dopamina de los participantes que hacen pilates; especialmente para las personas que se recuperan de trastornos por uso de sustancias.
Alimentarse bien: El consumo de grasas saludables y suficiente proteína juega un papel importante en la regulación de los niveles de dopamina, dice Mullur. Un estudio de 2018 encontró que los niveles bajos de grasas omega-3 y ácidos grasos poliinsaturados (PUFA) son un componente importante de la función cerebral. Y, dicho sea de paso, los niveles bajos de grasas omega-3 y PUFA están asociados con la regulación de la dopamina del cerebro.
La recomendación del especialista es comer muchas verduras, granos integrales como quinua, avena y cebada, grasas saludables como aguacates, aceite de oliva, nueces y mantequillas de nueces, lentejas y fríjoles.
Según los expertos, las personas con afecciones crónicas, como depresión y enfermedad de Parkinson, que involucran niveles bajos de dopamina, pueden necesitar una intervención médica.
Sustancias adictivas como la nicotina y el alcohol pueden aumentar la dopamina, pero las personas deben evitar su exceso. Lo propio sucede con comportamientos adictivos como las apuestas, por ejemplo, también pueden atraer a los sistemas de recompensa del nuestro cerebro y desencadenar un aumento de la dopamina. Esto puede llevar a hábitos peligrosos y destructivos.