Los riñones son dos órganos en forma de frijol, que cumplen funciones clave para el organismo. Una de las más importantes es filtrar y mantener la sangre libre de productos de desecho provenientes de los alimentos que la persona consume.

De igual forma, estos órganos ayudan a regular la cantidad de agua y de electrolitos como el sodio y el potasio en la sangre, eliminándolos a través de la orina cuando estos se encuentran en exceso. Sin ese equilibrio, es posible que los nervios, los músculos y otros tejidos en el cuerpo no funcionen normalmente, aseguran los expertos. Además, interviene en el control de la presión arterial, la eliminación de ácidos y la producción de glóbulos rojos.

El cuidado de los riñones. | Foto: Foto: Getty Images.

Problemas comunes de los riñones

Cada órgano tiene diferentes enfermedades y este, no se encuentra exento de ello, pues existen afecciones que comprometen su estructura y funcionamiento. La más comunes son:

  • Lesión renal aguda
  • Enfermedad renal crónica
  • Cálculos renales
  • Pielonefritis
  • Glomerulonefritis
  • Nefropatía hipertensiva o diabética
  • Cáncer
  • Enfermedad renal poliquística
  • Hidronefrosis

Es por ello que los riñones son esenciales para el funcionamiento del cuerpo humano. En este sentido, es importante aprender cómo cuidarlos para tener una mejor calidad de vida y evitar las enfermedades anteriormente mencionadas.

Cuidados para mantener riñones sanos

Contar con hábitos saludables es una idea fenomenal para mantener en buen estado este órgano. Sin embargo, aquí podrá encontrar algunos consejos para incluir en la rutina:

  • Tomar suficiente agua: esta bebida trae buenos beneficios para la salud y por eso debe contar con un adecuado consumo. Un estudio de la revista Perinatología y Reproducción Humana, recomienda que la ingesta de agua para las mujeres sea de dos litros al día y para los hombres dos litros y medio. Cabe mencionar que la cantidad puede aumentar en climas cálidos y en las personas que realizan actividad física.
El agua previene enfermedades renales. | Foto: Getty Images
  • Comer equilibrado: la alimentación balanceada ayuda a cuidar los riñones y es aconsejable el equilibrio del consumo de carbohidratos, grasas y proteínas. Es necesario evitar o disminuir comidas ultraprocesadas, comestibles industriales, productos refinados, azúcar, sodio y grasas saturadas; ya que son una sobrecarga para el órgano que puede afectar su funcionamiento.

Esta alimentación la puede reemplazar por las dietas ricas en frutas y vegetales frescos que aportan una gran cantidad de nutrientes y vitaminas.

  • Hacer ejercicio: es la forma más eficaz de quemar grasa, mantener buen tránsito intestinal y bajar de peso. De acuerdo a una publicación de Stat Pearls, la recomendación es hacer 150 a 300 minutos de ejercicio semanales, donde puede incluir: caminar, trotar, montar bicicleta o practicar natación.
  • Reducir los niveles de estrés: un estudio de la revista Kidney International Reports, mostró una asociación lineal entre los trastornos por estrés y el riesgo de desarrollar una lesión renal aguda. Por eso, es necesario aprender a manejarlo o practicar actividades como la meditación y el yoga.
Frotar los ojos. | Foto: Getty Images
  • Controlar la presión arterial: la hipertensión arterial puede conducir al deterioro del funcionamiento renal o al revés. Es fundamental tener las cifras tensionales cerca de su rango de normalidad, estar al día con los chequeos médicos y no olvidar consumir los medicamentos antihipertensivos, si así lo requiere.
  • Evitar medicamentos sin prescripción y drogas: abusar los medicamentos de venta libre puede afectar los riñones, ya sea a mediano o largo plazo. Al consumir en exceso estos medicamentos representa mayor trabajo para el órgano, pues es el encargado de eliminar estas moléculas de la sangre.

La toxicidad inducida por fármacos representa el 20 % de las causas primarias de lesión renal, así lo manifiesta Stat Pearls. Analgésicos como el diclofenaco y el ibuprofeno, causan daño renal y otros problemas de salud que pueden llegar a ser irreversibles.