El consumo de bebidas alcohólicas tanto en jóvenes como en adultos es un tema que normalmente genera preocupación. Su uso habitual en momentos de tristeza, soledad o exaltación puede causar graves afectaciones a la salud.
El cerebro, el hígado, el corazón o los metabolismos celulares pueden verse afectados por la ingesta en exceso de productos que contengan alcohol.
Según MedlinePlus, la cantidad y tipo de alimento que la persona tenga en el estómago puede cambiar la rapidez con la que el alcohol haga efecto en el cuerpo. Por ejemplo, los alimentos ricos en carbohidratos y en grasas pueden hacer que el cuerpo absorba el alcohol más lentamente.
Ciertos tipos de bebidas alcohólicas ingresan al torrente sanguíneo más rápidamente. Las bebidas más fuertes tienden a absorberse en menos tiempo.
El alcohol puede causar varios efectos en el cuerpo. Por ejemplo, disminuye la frecuencia respiratoria, la frecuencia cardíaca y el buen funcionamiento del cerebro. Esto puede darse al cabo de 10 minutos y alcanzar su punto máximo en alrededor de 40 a 60 minutos después.
El alcohol permanece en el torrente sanguíneo hasta que el hígado lo descompone. La cantidad de alcohol en la sangre se denomina nivel de alcoholemia. Si la persona consume alcohol más rápido de lo que el hígado puede descomponerlo, este nivel se elevará. El nivel de alcohol en la sangre se utiliza para definir legalmente si la persona está o no embriagada.
Según los especialistas, no hay formas de acelerar el proceso de metabolización del alcohol. El cuerpo lo elimina de tres maneras: evaporación (sudoración), de la orina y del metabolismo. El hígado tan sólo es capaz de metabolizar 0,12 gramos por litro (g/l) de alcohol en la sangre cada hora, con lo cual el proceso de eliminación, dependiendo del alcohol consumido puede tardar horas, según el portal Estilosdevidasaludable.sanidad.gob.es.
El alcohol comienza a ser detectado en la sangre a los cinco minutos de haber sido consumido. Los niveles máximos de alcohol en sangre se alcanzan entre los 30 y los 90 minutos posteriores a la ingesta. Esto se refiere a la ingesta de una muestra, porque si, por ejemplo, la persona consume alcohol durante una noche entera y mezclándolo con bebidas gaseosas, los niveles de alcohol en sangre continuarán elevados durante varias horas.
Existen algunos trucos para reducir los niveles de alcohol de la sangre de manera más rápida, a pesar de que no tienen base científica.
Ejercicio después de descansar unas horas
Si bien el ejercicio físico no es recomendable justo después de haber consumido alcohol, al día siguiente y después de haber descansado unas horas, la práctica deportiva puede ayudar a eliminar con más rapidez el alcohol del cuerpo.
El ejercicio provoca que la persona sude, una de las formas que utiliza el organismo para bajar el alcohol en la sangre. Además, el esfuerzo físico hará que el metabolismo se acelere consiguiendo que el alcohol absorbido por los alimentos desaparezca con la expulsiones que realice el cuerpo.
Alimentarse bien antes de beber puede funcionar porque los alimentos tienen la capacidad de absorber el alcohol que la persona ingiere. Los productos que se consuman deben ser saludables y abundantes.
Beber mucha agua ayuda a diluir el alcohol en la sangre, sobre todo al día siguiente de haberlo consumido. Con esta práctica, quien consumió alcohol podrá ganarle tiempo al ciclo natural del alcohol en el organismo.
Hay quienes recomiendan beber un vaso de agua por cada bebida alcohólica que la persona tome. Si se ha bebido 4 cervezas, lo indicado sería beber 4 vasos de agua, por ejemplo. Esto mantendrá el cuerpo hidratado y ayudará a descomponer el alcohol más fácilmente.
El 10 % del alcohol que la persona toma es excretado por los riñones y tan solo el 1 % se elimina por la evaporación; la mayor parte, por eso, se metaboliza y se expulsa mediante el trabajo que realiza el hígado, por lo que el proceso se hace más lento.
Lo ideal entonces es no consumir o reducir significativamente la ingesta de alcohol para evitar causar daños y malestar al organismo.