Con el color verde intenso de sus hojas y su tallo crocante y jugoso, el apio se ha convertido en un sinónimo de vida saludable.
Tradicionalmente, las abuelas confiaban en él para curar el mal de estómago, pero más recientemente se han hecho conocidos muchos otros buenos efectos de esta verdura para la salud.
En particular, se ha descubierto que el consumo de jugo de apio es una manera efectiva y refrescante de aprovechar las bondades de componentes como la fibra, vitaminas, minerales y antioxidantes, además de que es bajo en calorías.
De acuerdo con el portal Gastrolab, el sistema cardiovascular es uno de los más favorecidos por las propiedades del zumo de apio, ya que su aporte de fibra contribuye a reducir la presión arterial, una afección que ha ido en aumento en los últimos años en América Latina y el Caribe, de acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Por su parte, el sitio Hola Doctor asegura que “de acuerdo con el Centro Médico de la Universidad de Maryland, Estados Unidos, el apio es un diurético natural, es decir, ayuda a eliminar el exceso de agua del organismo a través de la orina, lo que a su vez, reduce la tensión contra las paredes arteriales y con ello, la presión arterial”.
Por otro lado, además de mantener la presión bajo control, de acuerdo con el University of Maryland Medical Center, este alimento es bajo en carbohidratos, grasas trans, colesterol, por lo que se recomienda para mantener una dieta saludable, un factor que también contribuye a mantener estable la presión arterial.
Los especialistas, así mismo, explican que el jugo de apio es rico en luteolina y apigenina, dos antioxidantes que previenen la oxidación producida por raciales libres, agente nocivos para la salud, pues destruyen moléculas y deterioran ciertos tejidos.
Los antioxidantes también contribuyen a la prevención de la inflamación, una condición que puede facilitarle el paso a enfermedades graves.
De acuerdo con World’s Healthiest Foods, los fitonutrientes del apio incluyen: ácidos fenólicos, flavonas como luteolina, flavonoles como quercetina y kaempferol, dihidrostilbenoides, fitoesteroles y furanocumarinas.
En este sentido, científicos evalúan los beneficios del apio para tratar enfermedades como el lupus y la artritis reumatoide, el asma, la enfermedad inflamatoria intestinal y la enfermedad de Crohn.
De igual forma, de acuerdo con la dietista y nutricionista, Megan Ware, el alto contenido de agua que posee el apio contribuye a mantener los fluidos necesarios que requiere el cuerpo.
“Debido a su alto contenido de agua, el apio es un gran refrigerio para tener a mano durante los calurosos meses de verano (como los que se viven en estos días en ciertas zonas del mundo) para evitar la deshidratación”, explicó la especialista.
El jugo de apio se puede preparar de varias maneras, pero la siguiente receta básica, del sitio Gastrolabweb, garantiza el aprovechamiento de sus bondades:
Ingredientes
-1/2 ramo de apio.
-1 vaso de agua.
Para variar, se le pueden adicionar otros ingredientes, como manzana verde, espinaca y jubo de limón.
Preparación:
1- Lavar muy bien el apio, en especial si no es orgánico.
2- Ponerlo con el agua en la licuadora, hasta lograr un jugo homogéneo.
3- Hay quienes prefieren colarlo para obtener el mínimo de fibra soluble.
Cómo consumirlo
Se recomienda tomarlo apenas este listo, para que los nutrientes no se pierden y evitar la oxidación.
Se recomienda ingerir 500 mililitros de jugo de apio en ayunas de forma regular.
A las dos semanas, se podrá intercalar con otros jugos.