Una convulsión es un movimiento incontrolable de los músculos que puede suceder cuando las células nerviosas en el cerebro se irritan, se sobreexcitan, o algo pone presión sobre ellas para que no funcionen correctamente.

Se trata de un padecimiento que puede durar unos minutos o menos, pero pueden ir seguidas de somnolencia y confusión, efectos que es posible que tarden varias horas o incluso días. Presentar una o más convulsiones con tan solo 24 horas de diferencia y cuya causa no se puede identificar se considera epilepsia, indica American Cancer Society.

Hay muchos tipos de convulsiones, con síntomas y gravedad que varían según la región del cerebro en la que comienzan y su extensión. La mayoría de las convulsiones duran de 30 segundos a 2 minutos. Cuando este tiempo se excede lo mejor es acudir al médico.

Las convulsiones pueden ser frecuentes y ocurrir después de un accidente cerebrovascular, una lesión en la cabeza, una infección como meningitis u otra enfermedad. Sin embargo, muchas veces se desconocen las causas.

Ante una convulsión, los signos y síntomas pueden variar de leves a graves, de acuerdo con expertos de Mayo Clinic. Algunos de ellos son la confusión temporal, episodios de ausencias, movimientos espasmódicos incontrolables de brazos y piernas, pérdida del conocimiento o conciencia y síntomas cognitivos o emocionales, como miedo y ansiedad.

Generalmente, los médicos clasifican las convulsiones como focales o generalizadas, en función de cómo y dónde comienza la actividad cerebral anormal. Las primeras son consecuencia de actividad eléctrica anormal en un área del cerebro y pueden presentarse con o sin pérdida del conocimiento.

En las de pérdida de conocimiento es posible que la persona parezca despierta, pero que mire fijamente en el espacio y no responda ni realice movimientos repetitivos. Aquí es posible que el paciente no recuerde la convulsión, o que ni siquiera sepa que ocurrió.

Las convulsiones pueden presentarse en personas que sufren de epilepsia. | Foto: Getty Images

Cuando la persona no pierde el conocimiento se pueden alterar las emociones o cambiar la manera de ver, oler, sentir, saborear o escuchar, pero sin perder el conocimiento. Es posible que sienta ira, alegría o tristeza repentina. Hay quienes tienen náuseas o sensaciones poco habituales difíciles de describir. Estas convulsiones también pueden provocar dificultades para hablar, movimientos espasmódicos involuntarios de una parte del cuerpo, como un brazo o una pierna, y síntomas sensitivos espontáneos como sentir hormigueo, tener mareos y ver luces parpadeantes.

Las convulsiones que aparentemente se producen en todas las áreas del cerebro se denominan crisis generalizadas y las hay de diferentes tipos: crisis de ausencia, tónicas generalizadas, generalizadas atónicas, generalizadas clónicas, mioclónicas y crisis tónico-clónicas generalizadas.

Cuando se presentan estas crisis es importante acudir al médico cuando la convulsión dura más de cinco minutos, la respiración o el conocimiento no retornan una vez que finaliza la convulsión, se produce una segunda convulsión de inmediato, hay fiebre alta, la persona está embarazada, tiene diabetes o sufre una lesión durante la convulsión.

Causas

Las células nerviosas (neuronas) del cerebro crean, envían y reciben impulsos eléctricos que permiten su comunicación. Cualquier cosa que la interrumpa puede provocar una convulsión. Algunos tipos de trastornos convulsivos pueden ser causados por mutaciones genéticas.

Las personas que sufren convulsiones pueden perder el conocimiento. | Foto: Getty Images

La causa más común de las convulsiones es la epilepsia. Sin embargo, no todas las personas que tienen una convulsión tienen epilepsia. A veces, las convulsiones pueden ser causadas o desencadenadas, por ejemplo, por fiebre alta, que puede estar asociada a una infección como la meningitis, falta de sueño, bajo nivel de sodio en la sangre, la ingesta de algunos medicamentos, un traumatismo craneal, anormalidades en los vasos sanguíneos en el cerebro o un accidenta cardiovascular, entre otros.

Algunas de las recomendaciones indicadas en un artículo de la Revista Compensar para quienes están presentes cuando una persona presenta una convulsión son:

- Conservar la calma

- No dejarla sola

- Quitar los objetos peligrosos que estén alrededor ya que algunos movimientos y posturas pueden ocasionar lesiones.

- Poner a la persona de medio lado para que no se genere ningún atragantamiento.

- Proteger la cabeza de golpes

- No dar respiración boca a boca

- No introducir nada en la boca

- Observar la crisis para comentarle con más detalle al especialista.