Toser es un mecanismo de protección del cuerpo humano que, aunque puede ser molesto, ayuda a mantener la garganta limpia y las vías respiratorias despejadas, esto en respuesta a la presencia de algún agente externo que esté interfiriendo o afectando el poder respirar adecuadamente.
De acuerdo con expertos, existen tres tipos de tos: la primera, denominada aguda, que es aquella que dura menos de 3 semanas; la segunda, subaguda, que puede durar entre 3 y 8 semanas; y la tercera, conocida como tos crónica, que es aquella que dura más de 8 semanas.
Si se está presentando la última es importante no pasar por alto esta condición, debido a que de prolongarse puede causar afectaciones en el sueño, inclusive, inducir al vómito, y hasta ocasionar fracturas en costillas, como consecuencia de la presión que genera el toser fuerte y de manera repetitiva al tórax.
Según el portal MedlinePlus, servicio de información en línea desarrollado por la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, entre las causas asociadas a la tos crónica está el resfriado común y gripe, alergias que involucran la nariz, asma, Epoc, sinusitis, infecciones pulmonares o bronquitis aguda y enfermedades relacionadas con el reflujo gastroesofágico.
También puede ser consecuencia de reacción a medicamentos utilizados para tratar la presión arterial alta, insuficiencia cardíaca o enfermedades renales. Al igual que el tabaquismo, cáncer de pulmón y en casos aun sin explicación científica, esta condición se genera sin una causa específica.
Entre tanto, Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro con sede en los Estados Unidos, señala que además de la persistencia, otros síntomas que permiten identificar la tos crónica son: el goteo o congestión nasal, ronquera, sibilancias y dificultad para respirar, carraspeo frecuente de la garganta y dolor de garganta, acidez estomacal o gusto agrio en la boca, y en casos raros, tos con sangre.
“Consulta a tu médico si tienes una tos que persiste durante semanas, especialmente una que produce esputo o sangre, perturba el sueño o afecta la escuela o el trabajo”, señala.
Y ¿existe algún tratamiento para la tos crónica?. Para establecer cuál es la solución más adecuada para un paciente, lo primero que indican los médicos es identificar la causa que está provocando esta situación. Para realizar ese diagnóstico, el profesional de la salud ordenará varios exámenes, por ejemplo, radiografías de tórax para establecer cómo se encuentran los pulmones y si hay alguna enfermedad o condición específica en esa zona del cuerpo.
También, se solicitará una exploración por tomografía computarizada, por medio de la cual se buscarán las afecciones que puedan producir tos crónica. Al igual que se pueden ordenar un análisis de función hepática, mediante una prueba de espirometría que se utiliza para diagnosticar el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Incluso, análisis de laboratorio y estudios endoscópicos, se pueden pedir para tener un panorama más detallado frente a esta condición.
Cuando se ha encontrado la causa de la tos crónica, y esta no deriva de alguna enfermedad compleja como cáncer de pulmón, Mayo Clinic destaca los medicamentos que se pueden utilizar para tratar la tos crónica. Entre estos, los antihistamínicos, corticosteroides y descongestionantes, que son recomendados para las alergias y el goteo posnasal.
También están los medicamentos inhalados para el asma, que reducen la inflamación y abren las vías respiratorias; los antibióticos, si existe una infección bacteriana, micótica o micobacteriana está causando tu tos crónica, y los bloqueadores de ácido, si la tos excesiva se relaciona con reflujo gástrico.
“Durante el tiempo en que tu médico esté determinando la razón de tu tos y comenzando el tratamiento, también puede recetarte un supresor de la tos para tratar de acelerar el alivio de tus síntomas”, resalta el portal.