A San Judas Tadeo se acude para pedirle casa, pero Yobany Guzmán lo invocó para que le curara el cáncer de cuello uterino y le diera un bebé. Su fe, los médicos del Instituto de Cancerología de la Clínica Las Américas, de Medellín, y una técnica quirúrgica llamada traquelectomía radical abdominal no sólo la salvaron de esta enfermedad sino que le permitieron, a los 31 años, cumplir el sueño de ser mamá. Por obra de la ciencia médica, ella disfruta a Sara, su hija de apenas 10 semanas, la primera bebé que nace en el país mediante este tipo de cirugía.En el 20 por ciento de los casos el tratamiento para las mujeres que tienen cáncer de cuello uterino consiste en una cirugía para extirpar el cuello y el útero que se conoce como histerectomía radical. Esta alternativa significa la infertilidad inmediata. Con la nueva técnica, que puede practicarse por vía vaginal o abdominal, se eliminan el cuello uterino, los parametrios - que son los ligamentos por los que se disemina usualmente el cáncer- y los ganglios linfáticos regionales. El útero no se extirpa sino que se reimplanta directamente a la vagina (ver gráfica). "La técnica fue diseñada hace varios años, pero en el país apenas comienza a aplicarse. Lo importante es que se trata de una acción médica diferente frente al cáncer de cuello uterino. Ahora el sacrificio de órganos reproductivos no es la única opción", explica el doctor Gonzalo Ángel, miembro del equipo de ginecología-oncológica que intervino a Yobany.La ventaja de este método es que deja una puerta abierta para que la mujer pueda tener hijos en el futuro. En ese caso se requiere una intervención alrededor del tercer mes de embarazo para colocarle una cinta con el fin de apretar el útero, pues, como lo explica el médico René Pareja, sin el cuello uterino el feto puede salirse. Esta cirugía llamada cerclaje consiste en "colocar algo así como un cinturón en el muñón del cuello residual que mantenga cerrado el orificio de salida ".Esta alternativa de tratamiento del cáncer, sin embargo, está limitada sólo a algunas mujeres: aquellas con lesiones poco avanzadas, tumores menores de dos centímetros y en quienes se prevé baja probabilidad de requerir radioterapia. También se parte del interés y de la capacidad de la paciente para ser madre, una posibilidad que va disminuyendo con la edad.La recuperación de una paciente tratada con traquelectomía radical abdominal es igual a la de aquellas sometidas a extirpación del útero. Los controles básicos también son similares. Las experiencias y los seguimientos de casos muestran que entre 30 y 33 por ciento de estos hay una propensión a partos prematuros entre el sexto y el séptimo mes, señala Alan Covens, jefe de la División de Oncología Ginecológica del Sunnybrook Regional Cancer Centre de la Universidad de Toronto, quien hace tres semanas asesoró y practicó en Chile la primera traquelectomía radical vaginal. No se sabe cuál es la razón para que eso ocurra, según el especialista, pero la supervivencia de los niños es alta.El cáncer de cuello uterino registra cada año en promedio 5.900 nuevos casos en el país. La traquelectomía no es una alternativa de solución a un problema de estas dimensiones, pero es una oportunidad excepcional de ayudar a un grupo significativo de mujeres que, sin la técnica, estarían condenadas a la esterilidad. Yobany Guzmán celebra el privilegio de ser la primera paciente de traquelectomía abdominal en el país con una maternidad exitosa. Cada vez que abraza a su pequeña, que ya mide 46 centímetros, recuerda que dos años atrás se había resignado a no tener hijos y a pensar que podía morir. Ahora su optimismo, alentado por los avances científicos de los médicos colombianos, le alcanza para pensar que a Sara le vendría bien un hermanito.