Las endorfinas son pequeñas proteínas que tienen una estructura química muy parecida a la morfina, razón por las que se les denomina “morfina endógena”, es decir, que es producida por el propio organismo.

Funcionan como neurotransmisores, estimulando receptores especializados en el sistema nervioso central, produciendo así la sensación de bienestar o placer. Su estimulación depende de que la actividad que la persona realice resulte agradable.

Especialistas de la Clínica Ciudad del Mar, en Chile, explican que tener un alto nivel de endorfinas es muy positivo para la “felicidad” de las personas, dado que son similares a los opiáceos en su efecto analgésico y de sensación de bienestar, pero lo más importante es que no tienen contraindicaciones.

Así, las endorfinas son capaces de inhibir las fibras nerviosas que transmiten el dolor, además de actuar a nivel cerebral produciendo experiencias subjetivas, como mejorar el estado de ánimo, entregar un efecto antidepresivo y otras acciones conocidas por los deportistas, como son la disminución de la ansiedad y la sensación de bienestar, además de la analgesia y sedación anteriormente mencionada.

La estimulación de dicha sustancia depende de que la actividad que la persona esté realizando sea placentera y es algo que se puede lograr haciendo ejercicio o consumiendo algunos alimentos.

Las endorfinas tienen un efecto relajante, consiguen mantener en niveles estables la presión arterial haciendo que nuestros órganos funcionen correctamente y reducen la ansiedad.

Su ausencia o un bajo nivel de ellas induce sintomatología depresiva y ansiosa, haciendo más difícil superar situaciones aversivas y traumas. Además, facilita la caída o recaída en la adicción de sustancias que puedan simular su efecto.

Las endorfinas promueven la calma, crean un estado de bienestar, mejoran el humor, reducen el dolor, retrasan el proceso de envejecimiento, potencian las funciones del sistema inmunitario, reducen la presión sanguínea y contrarrestan los niveles elevados de adrenalina asociados a la ansiedad.

Una de las actividades que permiten su estimulación es comer. Según el portal Neurología.com, un estudio finlandés afirma que comer hace que el cerebro libere este tipo de proteínas y hay algunos alimentos que tienen gran efecto en este propósito.

1. Chocolate. El cacao aporta un efecto estimulante en el organismo y ayuda a activar el sistema nervioso mejorando el estado anímico. Están compuestos de una sustancia que se llama “fitocannabonoides”, un componente que aporta un efecto placentero.

Además, el azúcar y el cacao hacen que el cuerpo esté más dispuesto a absorber el triptófano, un elemento que ayuda a aumentar la serotonina en el cerebro. Otro componente que contribuye a aumentar la sensación de bienestar es la feniletilamina que aumenta el nivel de azúcar en la sangre proporcionando un efecto excitante.

3. Alimentos picantes. Otra forma de aumentar las endorfinas es consumiendo alimentos picantes, sobre todo, aquellos que contengan capsaicina ya que esta sustancia ayuda a combatir la frustración y la depresión. Pero, en general, cualquier alimento que sea picante puede conseguir que se aumente la sensación de bienestar ya que el cerebro percibe el picante como si de dolor se tratara y, para disminuirlo, libera endorfinas para calmar ese “dolor” ficticio, según el portal ONsalus.

3. Ginseng. Esta planta puede añadirse a las recetas para aprovechar sus propiedades. Se trata de una hierba medicinal idónea para mejorar el estado de ánimo y, de hecho, está recomendado para personas que padecen ansiedad o episodios depresivos ya que consigue estimular el sistema nervioso consiguiendo equilibrar el estado anímico. Tiene la capacidad de aumentar la producción de endorfinas, además de aportar energía extra que ayuda a superar el cansancio tanto físico como mental.

El chocolate es uno de los mejores alimentos para lograr felicidad. Archivo Semana

4. Omega 3. Alimentos como el atún, las sardinas o el salmón son ricos en Omega 3, un ácido graso esencial que contribuye a mejorar el estado anímico y que tan solo puede ingerirse con la alimentación. Las personas que padecen depresión suelen presentar carencia del EPA, un ácido graso eicosapentaenoico que forma parte del grupo del Omega 3 y que si las personas lo consumen logran reducir síntomas como la tristeza, la ansiedad o los trastornos del sueño.

Además de los alimentos, hay otros aspectos que pueden ayudar a mejorar la producción de endorfinas y que las personas se sientan de mejor ánimo durante el día.

El ejercicio físico es clave, pues no solo ayuda a mantener bien el cuerpo, sino que además, practicar deporte hace que el cerebro libere endorfinas de forma natural generando satisfacción y bienestar. Las actividades cardiovasculares son las que más aportan a este efecto ya que estimulan todo el organismo haciendo que la sangre fluya y mejorando el transporte de oxígeno.

Ponerse retos y evitar una vida rutinaria y aburrida también estimula la liberación de estas proteínas, así como reírse. Esto estimula el cuerpo, mejora la respiración, libera el estrés y, además, produce endorfinas.

Rodearse de naturaleza también ayuda. Los iones negativos que se encuentran en zonas naturales consiguen estimular esta hormona y, por tanto, hacer que las personas se sientan más relajadas, tranquilas y con una sensación de bienestar.