El café con leche es una de las bebidas más tradicionales y suele ser protagonista en el desayuno. Sin embargo, esta deliciosa mezcla, no es tan buena para el organismo, debido a que puede afectar el normal funcionamiento del sistema digestivo, e inclusive, el inmunológico.
De acuerdo con la Sociedad Española de Nutrición, la caseína de la leche y los taninos del café son moléculas que favorecen la salud. Sin embargo, al combinarlas se convierten en un elemento muy difícil de digerir, teniendo implicaciones para el hígado.
Sobre esto último, el portal El Comercio de Perú destacó en una publicación que “el consumo de café con leche es el verdadero veneno para el organismo”. “Esa indigestión daña tanto al estómago como al hígado. El hígado es el filtro natural, pero se satura con medicación, que lo daña, y con malos alimentos. Un listado que incluye, además del café con leche, es el té, el chocolate, todos los productos excitantes”, expresa el medio de comunicación.
Así mismo, un artículo difundido por El Heraldo señala que tomar café con leche puede generar otros síntomas como “el dolor de cabeza, ya que, un hígado inflamado provoca la tensión de músculos y un giro imperceptible del cuerpo hacia la derecha. Este cambio de posición castiga a los músculos del cuello que estrangulan tanto la circulación sanguínea hacia la cabeza, como las cervicales. De ahí que aparezca el dolor de cabeza y las migrañas”.
Pero ¿qué tanto afecta consumir la mezcla de café y leche en las noches?, los expertos señalan que la cafeína, sustancia presente en el café, puede llevar a que se quite el sueño, lo que provocará insomnio que podría generar cansancio a la persona cuando inicie sus labores habituales el día siguiente.
Sin embargo, los impactos sobre el sueño dependerá de la cantidad que se consuma y también del tiempo que ingesta frente a la hora de dormir. Es decir, si la mezcla se prepara con café descafeinado, las afectaciones para dormir no serían tan fuertes, si se toma con un café que contenga las propiedades del grano, al preservar una mayor cantidad de cafeína, cuyos efectos, no se sienten inmediatamente, sino un par de horas después de haberse consumido la bebida.
Según Coffee Science, una taza de café con 50 calorías adicionales de leche es una opción más viable si se quiere tomar una taza de esta bebida con cafeína y evitar el insomnio al tomarlo por la noche, ya que el café negro (solo) tiene un efecto más potente porque no hay crema o leche que limite los efectos de la cafeína.
Ahora bien, con respecto a la leche, una investigación realizada por el Harvard T.H. Chan School of Public Health, indica que una cucharada de leche entera contiene 9 calorías, que si bien esto no es tanto, al momento de preparar la mezcla con café, las personas no suelen medir las cantidades a consumir, por lo que en la mayoría de las ocasiones, se termina ingiriendo más de lo que inicialmente se planeó. Esto, no es ideal para la noche, debido a que el organismo cuando se encuentra en periodo de descanso le costará procesar la combinación de los dos productos, generando con ello, alteraciones en el sueño o inclusive, dolores estomacales.
En definitiva, lo que recomiendan los especialistas y profesionales de la salud, es que si se va a consumir café con leche en las noches, no se haga con productos puros, y que la ingesta se realice en horarios antes de la hora de dormir, dándole al cuerpo un margen de tiempo para poder digerir bien estos dos alimentos.