La fibromialgia es una enfermedad crónica que se caracteriza por un dolor recurrente en puntos sensibles del cuerpo como el cuello, los hombros, el tórax, las zona lumbar, las caderas, brazos y piernas.
Se presenta con mayor frecuencia en mujeres de entre 20 y 50 años de edad. Las causas de este padecimiento se desconocen con exactitud. Según Sanitas, se especula sobre la existencia de un condicionante genético que predispone a sufrir la enfermedad, aunque aún no se ha identificado.
Así mismo, expertos consideran que está relacionada con ciertos factores de riesgo, como lesiones recurrentes, trauma físico o emocional, una respuesta anormal al dolor, alteraciones del sueño y existencia de ciertas enfermedades tales como depresión, síndrome de fatiga crónica, hipotiroidismo, cefaleas, artritis reumatoide, lupus y espondilitis anquilosantes, entre otras.
El dolor de la fibromialgia tiende a ir y venir por todo el cuerpo. A veces, una de las cosas más difíciles de aceptar es que se trata de un padecimiento que no tiene cura. Si bien los cambios de estilo de vida y los medicamentos pueden reducir la intensidad del dolor y el agotamiento físico asociados con la fibromialgia, siempre habrán días buenos y malos.
Para hacerle frente a este padecimiento y mitigar el dolor que genera, hay algunas estrategias que funcionan mejor para algunas personas que para otras. De hecho, pueden ser útiles un día, pero no otro. Por ello es conveniente contar con una variedad de opciones para tener en cuenta, según especialistas de la Clínica de Mayo. Estos son algunos de sus consejos.
Evitar el diálogo interno negativo
Los estudios han demostrado que lo que las personas se dicen así mismas dentro de sus cabezas puede afectar la percepción del dolor. Convertir los pensamientos negativos en positivos es algo que funciona.
Por ejemplo, se puede cambiar este pensamiento negativo: no puedo hacer nada debido a mis síntomas por uno positivo: puedo hacer muchas cosas, solo necesito tranquilizarme y tomar descansos.
Contar cuando se tenga un día difícil
Es posible que la persona tenga intención de no contarle a nadie que está pasando un mal día. Según los expertos, si bien tener algo de tiempo solo es una buena manera de relajarse y aislarse, si esto se prolonga por días puede terminar haciendo sentir solas a las personas. Es importante contarle a un amigo o familiar comprensivo que está frustrado o agobiado.
Los grupos de apoyo presenciales o en línea pueden ayudar a relacionarse con personas que también estén lidiando con la fibromialgia. Además del consuelo que brinda hablar con otros que se enfrentan a los mismos desafíos, los miembros suelen compartir técnicas de afrontamiento que también pueden dar resultado.
Gastar sabiamente la energía
A veces es útil pensar en la cantidad de energía que la persona tiene y relacionarla con monedas de un centavo en una alcancía. El objetivo es priorizar las tareas para que no quedarse sin centavos antes de que termine el día. Para esto los especialistas recomiendan controlar el ritmo y tomar descansos frecuentes. Esta mentalidad es fundamental en los días en que los síntomas se intensifican.
Mirar los próximos compromisos en el calendario e identificar qué es necesario y qué no. Priorizar las tareas puede ayudar a reducir los niveles de estrés. Las personas que están demasiado estresadas a menudo tienen músculos tensos, lo que suele intensificar el dolor de la fibromialgia.
Pedir ayuda cuando sea necesario
Hacer una lista de las personas que pueden ayudar en los días malos. Por ejemplo, algún familiar puede estar dispuesto a preparar comidas o hacer mandados durante un día. Si bien muchas veces estos pacientes no quieren ser una carga, es importante que tengan claro que sus amigos y familiares lo quieren y desean lo mejor.
Otra opción es dividir las tareas en partes pequeñas que se pueden repartir entre todos en la casa. Por ejemplo, si todos ayudan un poco a cocinar y a limpiar, después nadie se agota.
Encontrar distracciones
Identificar aquellas actividades que distraigan de los síntomas como, por ejemplo, ver películas divertidas, tomar libros de lectura rápida, salir con amigos, visitar los museos favoritos y escoger senderos bonitos para caminar.
Relajarse
Destinar un tiempo en la agenda diaria para la relajación. Una recomendación es agregar más tiempo de relajación los días en que los síntomas de fibromialgia se intensifican. Algunas técnicas incluyen las siguientes:
- Ejercicios de respiración profunda. Respirar lenta y profundamente por la nariz contando hasta seis. Mantener el aire en los pulmones contando hasta uno y luego exhalar lentamente por la boca contando hasta seis.
- Relajación muscular progresiva. Contraer y luego relajar las partes del cuerpo una a la vez, comenzando por la cabeza o los pies.
- Meditación. Concentrarse en el momento presente, con calma y sin ansiedad, puede ayudar a la persona a calmar la mente y relajar los músculos.
- Visualización. Hacer un viaje imaginario a un lugar hermoso. Usar todos los sentidos para experimentar el lugar lo más plenamente posible. Sentir el calor del sol y escuchar el canto de los pájaros, puede ayudar.
La práctica hace la perfección
Cuanto más seguido las personas utilicen las estrategias de afrontamiento, más fáciles se volverán. Para los expertos, es importante que el paciente se convenza de que funcionan para él y entender que puede cambiar día a día.
Si la persona padece de fibromialgia, es inevitable que tenga días difíciles, pero planificar con anticipación puede ayudarle a tomar el control de los días malos para que el dolor no la controle a ella.