Desde el inicio de la pandemia por la covid-19, trabajar desde casa le ha facilitado la vida a millones de personas en el mundo. Esto ha hecho que el hábito de bañarse no sea tan obligatorio como cuando hay que salir de casa y lucir presentable en la oficina.
Si bien algunos señalan que ducharse debe ser un hábito diario, otros afirman que debe ser cada tres días. Un estudio de la Universidad de Columbia, en Estados Unidos, reveló en el año 2018 que bañarse todos los días no es lo ideal para el cuerpo humano, debido a que al bañarse seguido la piel pierde sus aceites naturales, generando resequedad en la dermis.
La respuesta —según la ciencia — es que la frecuencia “ideal” de baño es una o dos veces a la semana, con la salvedad de que vaya ligado estrechamente con el frecuente lavado de manos y el cambio de ropa limpia para mantener una buena salud.
Esta recomendación pudiera cumplirse en las zonas geográficas con climas muy fríos, por debajo de los 10 grados. Pero en el caso de las regiones cálidas, cuyas temperaturas sobrepasan los 30 grados realmente le resultaría difícil a las personas no tomar un baño para quitarse el sudor y refrescarse.
En las ciudades más frías de Colombia, como Bogotá, Ipiales o Tunja, algunos estarían felices con este consejo. Caso contrario de los que viven en regiones calurosas como La Guajira o el Atlántico.
La experta en enfermedades infecciosas, Elaine Larson, argumenta que la ducha constante se realiza principalmente por razones estéticas, debido que desde el punto de vista bacteriológico la gente piensa que darse una ducha es por higiene o para estar limpio, “pero no es el caso”.
Esta teoría es apoyada por el profesor asistente de dermatología de la Universidad George Washington, Brandon Mitchell, quien explica que bañarse diariamente puede alterar la población de bacterias que apoyan el sistema inmunitario.
Por otro lado, el científico James Hamblin, especialista en medicina preventiva y profesor de la Universidad de Yale, aseguró que no es necesario bañarse todos los días para prevenir las infecciones o enfermedades. En su libro ‘Clean: The New Science of Skin and the Beauty of Doing Less’ informó sobre el proceso, mencionando que durante los primeros días se sentía bastante incómodo, pues empezó a sentir que olía mal y su cabello se ponía aceitoso. Además, contó que con el tiempo su cuerpo empezó a acostumbrarse, aunque aseguró que fue un proceso gradual para dejar el desodorante y el jabón.
El médico, además, señaló que los olores que salen del cuerpo son el resultado de las bacterias que viven en la piel y que cuando se aplican productos se altera el equilibrio que existe entre los aceites de la piel y las bacterias que la habitan. Por ello, según Hamblin no es necesario usar jabón o champú.
Lo cierto es que tradicionalmente las familias enseñan a sus hijos a bañarse, por lo menos, una vez al día. También es importante considerar que actualmente existen factores externos que pueden modificar la rutina del baño, ya sea el clima, las actividades laborales o simplemente el pudor ante los demás por la higiene personal.
¿Bañarse una vez al día?
Considere tres aspectos: El primero es el tipo de piel, si es grasa, sin duda alguna tendrá que bañarse a diario, ya que debe retirar todo el sebo que se acumula, tanto en la cara como en el cabello, evitando así que los poros se tapen.
En los climas húmedos o calientes será indispensable que se bañe a diario, ya que el cuerpo producirá mucho sudor. Finalmente, el tercer aspecto es la actividad física que realice, ya sea que salga a correr o vaya al gimnasio debe ducharse después del ejercicio.
¿Un día sí, otro no?
Para tomar esta opción, fíjese que el cuerpo no produzca tanto sudor y grasa, sobre todo si vive en zonas de bajas temperaturas. Finalmente queda a su consideración si se baña con agua muy caliente, ante la advertencia de que puede llegar a irritar y resecar la piel.
El otro motivo para bañarse interdiario es que el agua y los productos limpiadores retiran los aceites naturales que genera el cuerpo, rompiendo la barrera de humectación y protección con la que cuenta la piel. De esta forma, el baño en exceso puede resultar agresivo. Como recomendación, si tiene un tipo de piel sensible y quiere ducharse a diario, simplemente puede darse un “regaderazo” y poner mayor atención en las axilas e ingle.
¿Más de una vez al día?
Esta opción es la menos convencional, pero en ocasiones es necesaria aplicarla cuando la persona tiene una sudoración o actividad física excesiva. Por ejemplo, para aquellos que van al gimnasio en la tarde-noche y tienen cutis graso, será necesario tomar la ducha matutina y una complementaria en la noche. Es importante destacar que el segundo baño tendrá que ser mucho más sencillo que el primero. Evitando lavar el cabello, ya que se puede resecar, irritar o quebrantar, y de igual forma no aplicar productos de limpieza facial, con el agua será más que suficiente.