El ibuprofeno se ha convertido en uno de los medicamentos que más se usa en todo el mundo con el objetivo de aliviar molestias corporales. Es muy común que las personas consuman estas pastillas para mitigar el dolor de cabeza, por ejemplo.

Dada su eficiencia para calmar estos padecimientos, muchas veces no existe conciencia por parte de los consumidores de que su ingesta deliberada puede tener efectos negativos en la salud.

Está indicado para la fiebre, para tratamientos de dolor de intensidad leve o moderada, pero como cualquier otro medicamento, es importante tener en cuenta los posibles efectos secundarios que puede ocasionar en el organismo.

El consumo constante y sin control de ibuprofeno puede afectar algunos de los órganos vitales del cuerpo como, por ejemplo, el hígado o los riñones.

Según el sitio especializado MedlinePlus, en general, los adultos y niños mayores de 12 años pueden tomar el ibuprofeno de venta libre, según sea necesario, para el dolor o la fiebre. Por regla general, a los niños y los bebés se les puede dar ibuprofeno de venta libre cada 6 a 8 horas para el dolor o la fiebre, según sea necesario, pero no más de 4 dosis cada 24 horas.

Antiinflamatorios como el ibuprofeno consumidos en exceso pueden generar problemas en la salud.

De acuerdo con los especialistas, es importante seguir las instrucciones del empaque o, mejor, pedir instrucciones médicas. Este es un medicamento que debe consumirse según lo indicado, no es recomendable aumentar o disminuir la dosis, ni tomar con más frecuencia que la indicada en la etiqueta del envase o en la receta del médico.

Nefropatía por analgésicos

La ingesta masiva de medicamentos antiinflamatorios no esteroides (ANE), como el ibuprofeno puede causar nefropatía por analgésicos, que implica un daño dentro de las estructuras internas del riñón.

Según MedlinePlus, este padecimiento es causado por el uso prolongado de analgésicos (medicamentos para el dolor), en especial los fármacos de venta libre que contienen fenacetina o paracetamol y los antinflamatorios no esteroides (AINE), como ácido acetilsalicílico (aspirin) o ibuprofeno.

Este medicamento pertenece a la familia de los Antiinflamatorios No Esteroideos (AINES) y puede ser tóxico para los riñones de dos formas: producen lesiones crónicas en estos órganos y eliminan la producción de ciertas sustancias que intervienen en el mecanismo del dolor.

Por lo tanto, si una persona pierde la efectividad del funcionamiento normal de estos órganos, puede enfrentar consecuencias en el futuro.

Las afectaciones ocurren como resultado de la automedicación permanente por algún tipo de dolor crónico. Dentro de los factores de riesgo, que señalan los especialistas, están el uso de analgésicos de venta libre que contienen más de un ingrediente activo, tomar 6 o más pastillas al día por tres años consecutivos, dolores de cabeza crónicos, periodos menstruales dolorosos, dolor de espalda o dolor musculoesquelético, cambios emocionales o de la conducta y antecedente de comportamientos dependientes, como tabaquismo, consumo de alcohol y uso excesivo de tranquilizantes.

El ibuprofeno no debe consumirse en exceso.

Normalmente es una patología que aparece en personas de más de 65 años de edad, aunque cada vez se da más en individuos más jóvenes, según los expertos, para quienes es clave evitar la ingesta masiva de ibuprofeno en cualquier momento del día y por cualquier circunstancia.

Según un estudio británico, publicado en la revista Lancet, consumir ibuprofeno en cantidades excesivas eleva el riesgo de sufrir ataques al corazón, derrame cerebral o daños en el intestino delgado.

Asegura que una de cada mil personas que consume dosis elevadas de este fármaco sufre un ataque al corazón. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha alertado sobre el uso “excesivo” que se hace de estos fármacos entre la población principalmente de los países industrializados.

En el caso de adultos mayores, según Mayo Clinic, los estudios relacionados con el tema hasta la fecha no han demostrado problemas específicos de geriatría que limitarían la utilidad del ibuprofeno en los ancianos. Sin embargo, los pacientes de edad avanzada tienen más probabilidades de tener problemas renales relacionados con la edad, que pueden requerir un ajuste de la dosis en pacientes que reciben ibuprofeno.