“Cuanto más tiempo tenga implantes de seno, mayores serán las posibilidades de que desarrolle complicaciones, algunas de las cuales requerirán más cirugía”, dice la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés).

De acuerdo con la FDA, la vida útil de los implantes de seno no se puede predecir, varía según la persona. De este modo, se entiende que todas las personas que tengan implantes de seno pueden llegar a necesitar cirugías adicionales, sin embargo, nadie puede predecir cuándo es ese momento.

Mayo Clinic señala que entre las razones que motivan a las mujeres para practicarse un aumento de senos están: mejorar su apariencia si considera que sus senos son pequeños o que uno es más pequeño que otro, y esto afecta su forma de vestir o el tipo de sostén que necesita para mejorar la asimetría; adaptar para reducir del tamaño de los senos después del embarazo o de una pérdida de peso significativa; corregir los senos desiguales después de una cirugía de senos por otras afecciones y mejorar la confianza en sí misma.

Carmen Iglesias, jefe de sección de Cirugía Plástica en el Servicio de Cirugía Plástica y Quemados del Hospital Universitario La Paz (Madrid) y vocal de Comunicación y Redes Sociales de la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética (Secpre), dijo a CuídatePlus que “los implantes mamarios son como cualquier material extraño al organismo, interaccionan con él y se van trasformando. Por ello, en general, es preciso cambiarlos. Lo que es variable es el periodo en que esto debe realizarse”.

La vida útil de los implantes de seno no se puede predecir, varía según la persona. | Foto: Getty Images

“No hay que cambiarlos cada ‘x’ años, pero hay que asumir que al llevar implantes es posible que sea necesario hacerlo en algún momento a lo largo de la vida de la mujer”, señala Jesús Benito Ruiz, presidente de la Asociación Española de Cirugía Estética Plástica (Aecep) a CuídatePlus.

Con relación a esto, Iglesias señala que “el tiempo para el recambio es variable y depende del tipo de implante, de la capacidad inflamatoria de cada organismo y de otros factores que desconocemos”.

Entre los riesgos que destaca Mayo Clinic sobre los implantes mamarios están: Tejido cicatricial que distorsiona la forma del implante mamario (contractura capsular), dolor en el pecho, infección, cambios en la sensibilidad del pezón y de las mamas, cambios en la posición de los implantes y pérdidas o ruptura del implante. “La corrección de estas complicaciones podría requerir más cirugías para extraer o reemplazar los implantes”, dice la entidad sin ánimo de lucro.

Iglesias explica que la primera causa de recambio de las prótesis mamarias es el deseo del paciente por las alteraciones inherentes al paso del tiempo, la pérdida o ganancia ponderal o los embarazos y lactancias.

“La contractura capsular es una entidad frecuente (sucede hasta en un 10 % de las prótesis) que depende de la paciente, el tipo de prótesis y el plano en el que ésta se coloca. Aparece como un endurecimiento a la palpación de la prótesis y un ascenso de éstas, en ocasiones doloroso”, señala Iglesias. De acuerdo con la experta, esta complicación es más frecuente con los implantes de superficie lisa, aunque también se produce en los texturizados.

La FDA recomienda la revisión de implantes mamarios cada año, aunque posiblemente cada dos años sea suficiente.

En lo que refiere a la rotura de la prótesis, destaca que esta ocurre por deterioro natural, existen pacientes que pueden permanecer con las prótesis intactas por 20 o 30 años, así como hay otras prótesis que se rompen antes. “Cualquier cambio en la forma o consistencia de éstas nos puede hacer sospechar una rotura. Por ello, es muy importante el seguimiento de todas las prótesis mamarias. A la sospecha clínica debe seguir la confirmación mediante una prueba de imagen, ya sea una ecografía o una resonancia”, advierte.

“En el caso del linfoma anaplásico de célula gigante, la sospecha clínica aparece también por un cambio en el volumen de una de las mamas, que aumenta. Esta entidad tiene una prevalencia muy baja, 1 casi por cada 16.018 mujeres implantadas. Se diagnostica por la aparición de un seroma (acúmulo de líquido alrededor de la prótesis) tardío, generalmente a partir del año de implantación”, precisa la vocal del Secpre. Esta suele ser una enfermedad local que se trata quirúrgicamente.

El presidente de la Asociación Española de Cirugía Estética Plástica concluye que la FDA recomienda la “revisión de implantes mamarios cada año, aunque posiblemente cada dos años sea suficiente. Depende también de la edad del implante”.