La naranja es una de las frutas con mayor número de propiedades y beneficios para la salud, gracias a su aporte en vitamina C, vitamina A, folatos fibra y potasio. Sus beneficios para el organismo son reconocidos en todo el mundo.
Este fruto es rico en vitamina C, un antioxidante que ayuda a combatir los radicales libres que son dañinos para el organismo. Esta vitamina es necesaria para el crecimiento y reparación de tejidos, formando proteínas que componen la piel, tendones y ligamento. También ayuda en la cicatrización de las heridas y participa en la absorción del hierro.
De igual forma, la naranja posee vitamina A, necesaria para el buen funcionamiento de la retina y especialmente para la visión nocturna o con poca luz y para el buen estado de la piel y mucosas. Además, participa en la formación y mantenimiento de dientes, tejido blando y óseo.
Los folatos son otra de las vitaminas destacadas en las naranjas, que se caracterizan por intervenir en la producción de los glóbulos rojos, en el desarrollo del sistema nervioso, participar en la síntesis de material genético y en la formación de anticuerpos. Además, es importante a la hora de prevenir anemias, señala el portal Saludmapfre.es.
Como si fuera poco, contiene fibra soluble e insoluble. La insoluble aporta volumen a las heces y ayuda a que los alimentos pasen más rápido por el tracto digestivo, mientras que la soluble es aquella que capta el agua formando una sustancia voluminosa tipo gel que ayuda en la digestión, suaviza y ayuda a eliminar las heces.
No obstante, por lo general las personas solo utilizan el interior de esta fruta, la pulpa, y el jugo, desechando la cáscara. Según el portal especializado Mejor con Salud, esta parte de la fruta también brinda un sinfín de nutrientes que premian la salud.
Ataca el colesterol malo
Una de sus mayores bondades está relacionada con la ayuda que puede brindar para reducir el colesterol malo. La cáscara de esta fruta posee fitoquímicos y flavonoides que son perfectos para reducir el exceso de colesterol en la sangre. Además, gracias a los antioxidantes, las arterias se mantendrán limpias, por lo que también previenen la formación de la placa lipídica que suele provocar obstrucción y coágulos.
Para preparar una infusión se mezclan unas seis cáscaras de naranja, perfectamente lavadas, con dos litros de agua y se deja hervir de 15 a 20 minutos, luego se deja que se enfríe y luego se cuela. La recomendación es tomar una taza cada día antes de desayunar.
Para bajar el colesterol también se puede consumir la naranja como fruta. Lo ideal es comer de 15 a 20 gajos de naranja todos los días y hacerlo preferiblemente antes del desayuno.
De igual forma, se puede consumir en jugo. Se exprimen dos naranjas y se añaden dos dientes de ajos machacados y se consume una vez al día.
Además de ayudar a controlar los niveles de colesterol, la cáscara de naranja es antibacteriana, debido a que cuenta con una alta concentración de fenoles y antioxidantes. Tiene cualidades antimicrobianas y bacterianas, por lo que puede combatir una serie de patógenos dañinos, incluyendo la E.Coli o la Listeria monocytogenes.
Combate enfermedades respiratorias
La piel de la naranja contiene hasta 10 veces más vitamina C que su jugo, por ello es una de las mejores aliadas para fortalecer el sistema inmunológico. Estos nutrientes impiden la proliferación de virus y bacterias. Además, refuerza los mecanismos de defensa que previenen enfermedades respiratorias como bronquitis, alergias, asma y cáncer pulmonar.
También mejora la salud dental. Esto se logra, según los expertos, masticando la piel de este alimento, así las personas que lo hagan tendrán el aliento fresco, controlarán las bacterias de la boca y evitarán las manchas. Por otro lado, gracias a que contiene aceites esenciales, la cáscara brinda una barrera protectora contra la placa bacteriana.
Otro de los beneficios de la cáscara de naranja es que sus compuestos activos actúan como ingredientes alcalinos que contribuyen a reducir la acidez estomacal. Su consumo en infusión ayuda a equilibrar el pH digestivo y el exceso de ácidos. Los expertos aconsejan mantener un consumo regular en casos de acidez severa.