Como sucede con muchas otras plantas aromáticas, la menta se caracteriza por tener propiedades que generan algunos beneficios para el organismo, pero además es utilizada como aderezo para dar frescura e intensidad a algunas preparaciones gastronómicas.
Mejorar la digestión y disminuir las náuseas son algunas de las bondades que se le atribuyen a esta especia familiar de la hierbabuena. Si bien se trata de dos plantas muy parecidas, la menta, cuyo nombre científico es ‘Mentha piperita’, tiene un olor y sabor más fuerte que la hierbabuena, llamada ‘Mentha spicata’.
La menta puede ser usada en culinaria y para fines medicinales porque posee acción analgésica, antiespasmódica y afrodisíaca. La infusión de esta se recomienda ingerirla después de las comidas porque ayuda en el proceso digestivo.
Además, esta hierba tiene acción antiparasitaria, siendo útil para aliviar los síntomas y combatir la infección por parásitos, como amebiasis y giardiasis, por ejemplo.
La planta tiene propiedades antiinflamatorias, expectorantes, antisépticas, analgésicas, antibacterianas o antitusivas, entre otras. Principalmente está compuesta por agua, fibra y minerales como el calcio, potasio, cobre o magnesio, además de vitaminas A, B, C y D. A esto se suma que contienen un muy bajo nivel de grasa y de carbohidratos.
1. Acción digestiva. Las infusiones de esta planta ayudan a aliviar los procesos digestivos. También es reconocida por reducir la hinchazón abdominal provocada por los gases y las flatulencias, al igual que la irritación intestinal, propia de afecciones como la colitis.
Su aroma activa las glándulas salivales de la boca y aquellas que segregan las enzimas digestivas. Ante este compendio de propiedades, las infusiones de menta son ideales para después de comer.
Según un estudio realizado por la Universidad Urmia de Ciencias Médicas, en Irán, esta bebida natural ayuda a absorber mejor los nutrientes a través del intestino y es indicada para personas que padezcan de cualquier trastorno intestinal.
2. Ayuda al sistema respiratorio. El mentol descongestiona las vías respiratorias y alivia trastornos como el asma o los resfriados. También puede ayudar a controlar la irritación que causa la tos crónica, gracias a su efecto refrescante que enfría y calma la garganta, la nariz y el resto de canales respiratorios.
3. Reduce el apetito. El olor de la menta, además de ser relajante, controla el apetito puesto que los estímulos olfatorios también llegan al hipotálamo (zona del cerebro que produce hormonas que controlan la temperatura corporal y el hambre), controlando la sensación de hambre, según lo afirma un estudio realizado por la Universidad de Liverpool (Reino Unido).
Por otro lado, el aceite de menta es un buen antipruriginoso, que sirve para aliviar la picazón y es antiséptico. Esta planta ayuda a curar las infecciones, mitigar los síntomas propios del acné y aplacar los eczemas, la dermatitis y la urticaria, además de actuar como complemento en los tratamientos contra las picaduras de insectos, la irritación o la hinchazón.
Falta evidencia científica
Si bien se trata de una planta que genera beneficios importantes para algunos padecimientos de salud, Medline Plus indica que no hay suficiente evidencia científica para utilizarla como tratamiento para otras afectaciones concretas.
Por ejemplo, para combatir el deterioro de las habilidades mentales y cognitivas que están normalmente asociadas con la edad. Si bien hay una investigación preliminar que muestra que la ingesta diaria de un extracto de un tipo especial de menta verde podría ayudar a tratar las habilidades cognitivas en adultos mayores, esto no está completamente probado.
Tampoco para el síndrome de colon irritable ni la artrosis, aunque en este caso la investigación preliminar muestra que la ingesta de té de menta verde disminuye levemente el dolor y la rigidez en personas con artrosis en la rodilla.
Tampoco está completamente probada esta planta para controlar náuseas y vómitos después de una cirugía. El uso de aromaterapia con aceites de jengibre, menta verde, menta y cardamomo parece disminuir los síntomas de náuseas en personas que han sido intervenidas quirúrgicamente, pero se requiere más evidencia científica.
Contraindicaciones
Los estudios y análisis recomiendan no excederse en el consumo de las infusiones de menta, pues puede generar efectos secundarios. Además, no se recomienda en las personas que sufren de gastritis, dada su capacidad para estimular la producción de ácidos gástricos.
Puede generar insomnio si se consume en altas cantidades. Por su contenido de mentol, no es recomendable para niños menores de dos años. Consumirla en exceso puede generar náuseas y diarrea, y no debe tomarse durante el embarazo porque puede provocar un aborto espontáneo.
Lo ideal antes de iniciar la ingesta de estas bebidas es consultar al médico y de esta forma evitar posibles complicaciones dependiendo de las condiciones de salud de cada persona.