Los juanetes son una deformación producida en el dedo gordo del pie. Aunque su origen es bastante común, en la mayoría de los casos no se le da la importancia que requiere hasta que se encuentra en estado avanzado y comienza a generar molestias.

A medida que pasa el tiempo, y como consecuencia también de la edad del paciente, es normal ver cómo su evolución es notoria, causando dolor y en algunos casos más extremos, la necesidad de corregirlo mediante intervención quirúrgica.

Se trata de una molestia producida por un agrandamiento anormal de la articulación en la base del dedo gordo del pie que causa un desplazamiento del hueso, obligando al dedo a inclinarse hacia los otros y creando un doloroso bulto en el hueso.

Esta anomalía se puede dar por factores hereditarios, aunque también pueden aparecer por reumatismos inflamatorios o por otras enfermedades del pie, como el pie plano.

Sin embargo, la aparición de los juanetes también está asociada al uso de un calzado inadecuado. Por ejemplo, puede provocarlos llevar a menudo zapatos de tacón alto o demasiado estrechos o ajustados en la punta, ya que los huesos y los músculos del pie soportan una mayor tensión al caminar y el costado del zapato empuja y tuerce el dedo gordo sobre el de al lado, según indica un artículo del sitio especializado Cinfasalud.

De acuerdo con Mayo Clinic, uno de los síntomas de este padecimiento es que la persona siente dolor sobre la articulación donde se localiza el juanete y empeora con la presión de los zapatos. De igual forma, la piel presenta un aspecto calloso y enrojecido a lo largo del borde interno del dedo gordo y una protuberancia en esta zona.

Usar calzado apretado puede generar que aparezcan los juanetes. | Foto: Getty Images

Hay tratamientos no quirúrgicos que pueden aliviar el dolor y la presión de un juanete y son los siguientes:

Calzado cómodo: es recomendable utilizar zapatos cómodos que brinden suficiente espacio para que los dedos de los pies no queden apretados y se generen deformaciones.

Amortiguación. el relleno o las almohadillas de venta libre para juanetes no medicados podrían resultar útiles. Actúan como un amortiguador entre el pie y el zapato, y alivian el dolor.

Medicamentos. el acetaminofén, ibuprofeno o naproxeno sódico pueden ayudar a controlar el dolor de un juanete. Las inyecciones de cortisona también podrían funcionar.

Plantillas de zapatos: las plantillas acolchadas pueden ayudar a distribuir la presión de manera uniforme cuando la persona mueve los pies, lo que reduce los síntomas y evita que el juanete empeore. Los soportes de venta libre pueden brindar alivio a algunas personas; otras requieren dispositivos ortopédicos con receta médica.

Aplicar hielo: la aplicación de hielo en el juanete después de haber estado de pie demasiado tiempo o si se inflama, puede ayudar a aliviar el dolor y la inflamación. Si la persona tiene problemas de sensibilidad o de circulación en los pies, es mejor consultar al médico antes de aplicar el hielo.

Caminar descalzo puede ayudar a mejorar la condición de los juanetes. | Foto: SEMANA

Algunos ejercicios también pueden ser útiles para reducir el dolor producido por los juanetes. Estirar todos los dedos y ponerlos en punta, después encogerlos por 10 segundos y repetir esto varias veces, es uno de ellos.

También se puede flexionar los dedos varias veces usando el piso o una pared y levantar cosas con los pies como una toalla o ropa, sujetándola por unos segundos y luego soltarla.

También se recomienda caminar descalzo, pues esto puede ayudar hasta a eliminar los juanetes y permitir que el pie tome su forma natural.

Opciones quirúrgicas

Si el tratamiento conservador y de ejercicios caseros no alivia los síntomas, es posible que la persona requiera una cirugía, aunque los expertos no la recomiendan por razones estéticas. Lo ideal es dar este paso cuando un juanete causa dolor frecuente o interfiere en las actividades diarias.

Algunos de estos tratamientos implican extirpar el tejido inflamado de alrededor de la articulación del dedo gordo del pie, enderezar el dedo mediante la extirpación de parte del hueso, realinear uno o más huesos en el antepié a una posición más normal para corregir el ángulo anómalo en la articulación del dedo gordo y unir los huesos de la articulación afectada de manera permanente, explican los especialistas.