Son tiempos difíciles. La humanidad se debate entre una posible crisis económica global, el impacto al medio ambiente, las amenazas de guerra entre diferentes países, la post pandemia del coronavirus y la aparición de nuevas enfermedades. En este contexto, la música desempeña un rol de cambio para la vida de las personas, según explicó un artículo publicado en el Journal of the American Medical Association Network Open.
Una revisión de 26 estudios realizados en países como Australia, Reino Unido y Estados Unidos definió el impacto de las intervenciones musicales en la calidad de vida y la salud. Los resultados intentaron responder la pregunta: ¿cómo la música es beneficiosa para la relajación y la rehabilitación?
Siete de los estudios involucraron musicoterapia, ocho examinaron el canto, 10 analizaron el efecto de escuchar música y uno estudió el efecto del género góspel.
“Esta reciente revisión sistemática y de metanálisis mostró que el uso de intervenciones musicales (escuchar música, cantar y la musicoterapia) puede crear mejoras significativas en la salud mental y mejoras menores en la calidad de vida relacionada con la salud física”, detalló un artículo del Harvard Health Publishing relacionado con los estudios.
Si bien los investigadores encontraron un cambio positivo en la calidad de vida psicológica, no fue posible definir un género musical que sea más beneficioso que otro.
“Como seres humanos complejos de una amplia variedad de culturas, con una variedad de experiencias de vida y necesidades de salud mental y física, nuestra conexión con la música es muy personal. Nuestra relación con la música puede ser un baile muy hermoso, vulnerable y, a menudo, complicado que cambia de un momento a otro según nuestro estado de ánimo, preferencias, situación social y experiencias previas. Hay momentos en los que la música puede tener un impacto claro e inmediato en nuestro bienestar”, añadió el documento.
Los estudios, llevados a cabo con 779 personas, añadieron que la música facilita la transición al sueño con listas de reproducción relajantes, es un factor motivante para hacer ejercicio, es buena para la autoexpresión de las emociones y ayuda a conectarse con las demás personas cuando se asiste a una presentación musical en vivo.
Son necesarias investigaciones futuras para aclarar las intervenciones musicales óptimas y las dosis para su uso en escenarios clínicos y de salud pública específicos, manifestaron los autores de los estudios.
“Cuando siento que las cosas son un poco difíciles, recurro a la música como todos lo hacemos. A veces esa música es un eco deliberado de cómo me siento… sombrío y triste. Pero a veces necesito música de un sentimiento completamente diferente que pueda sacarme de ese espacio. Esta es la verdadera maravilla de la música: que no hay una regla sobre lo que es mejor escuchar. Tenemos que seguir el corazón”, concluyó Kim Cunio, coordinadora de musicología en la Universidad Nacional de Australia, en conversación con The Guardian.