Si bien la alimentación de las mujeres que recién han dado a luz se caracteriza por ser saludable, es importante tener en cuenta algunas recomendaciones de los nutricionistas durante la etapa de la lactancia materna.
Los médicos insisten en que la mujer que lacta puede comer “lo que quiera”, aunque no está demás atender a algunas sugerencias, como evitar los pescados con alto nivel de mercurio, limitar la ingesta de bebidas con cafeína y alcohólicas. Además, hay que observar la reacción del bebé ante determinados alimentos que alteran el sabor de la leche.
La revista de salud UnComo recopiló datos sobre algunos alimentos prohibidos durante la lactancia materna:
Los que cambian el sabor de la leche materna:
Algunos alimentos de sabores intensos, como el ajo, los espárragos, los cítricos, los picantes o la cebolla, pueden alterar el sabor de la leche materna. Sin embargo, aseguran experto del Comité de Lactancia de España que esto no quiere decir que de inmediato el líquido sea desagradable para el pequeño. “Para que la leche tenga un sabor demasiado intenso, posiblemente se tenga que consumir mucha más cantidad del alimento de lo que se hace en circunstancias normales”, apuntan estos especialistas.
En este sentido, un estudio de la National Center for Biotechnology Information realizado para comprobar los efectos del consumo de ajo en el sabor de la leche materna demostró que no solo no resulta desagradable para el niño, sino que, además, le incita a succionar más rápido.
No obstante, recomiendan a las madres observar el desagrado o cambios en el comportamiento del bebé tras la lactancia o darle algunos alimentos. “Si se comprueba repetidamente que el niño está incomodo con algún alimento de su dieta, debe eliminarse”, señalan estos especialistas.
Bebidas con cafeína:
El café, el té o incluso algunos refrescos de cola contienen cafeína están contraindicados en exceso durante la lactancia materna. Esta sustancia puede no afectar en gran medida a una persona adulta, pero sí que puede tener efectos nocivos en los bebés.
La cafeína es una sustancia que puede alterar a la persona o incluso ponerla muy nerviosa. En el caso de un bebé esta podría mostrar irritabilidad, o incluso insomnio grave.
Los especialistas explican que no hace falta que eliminar del todo el café de la dieta de las mujeres que están lactando, por lo que recomiendan que lo tomen después de haber dado el pecho. No se puede superar las tres tazas al día. Lo mismo ocurre con el té que también contiene teína, una sustancia muy similar a la cafeína.
Asimismo aconsejan dejar de consumir refrescos con cola. En contraposición es más saludable beber mucha más agua para mantenerse hidratada y a mantener la cantidad de leche suficiente para el bebé.
Evitar las bebidas con alcohol:
Cuando una mujer está dando pecho lo más aconsejable es que evite este tipo de sustancias por completo. Si la madre no hace caso y toma pequeñas copas continuamente, esto puede causarle al bebé irritabilidad, falta de sueño o incluso síndrome de abstinencia.
Estudios afirman que el alcohol suele pasar a la leche entre media hora u hora y media después de haberlo ingerido.
Evitar los pescados ricos en mercurio:
Los grandes beneficios nutritivos del pescado lo convierten en un alimento esencial en la dieta de las madres durante la lactancia. Sin embargo, médicos advierten evitar el consumo de algunas especies.
En concreto, la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición recomienda eliminar de la dieta en esta etapa el pez espada y el atún rojo fresco. Según alertaron la ingesta de estos pescados eleva el riesgo de superar la ingesta máxima de mercurio permitida cuando se está alimentando a un bebé con leche materna.
El mito de los alimentos que causan gases al bebé:
Uno de los mitos más comunes durante la etapa de la lactancia materna es que las madres no pueden consumir ciertas legumbres o verduras como los garbanzos, brócoli y coliflor porque le causan flatulencias y cólicos al bebé.
El pediatra Jesús Martín-Calama, autor de ‘Manual de lactancia materna’, aclara que “ningún alimento consumido por la madre provoca gas en la leche o en el niño”. La explicación es sencilla: los gases que pueden producir estos alimentos se originan a partir de la digestión en el intestino materno, por tanto, no es posible que se transmitan a la leche que beberá el bebé.