La leche es uno de los alimentos más reconocidos por sus propiedades nutritivas y aporte de una serie de proteínas y calcio al cuerpo, razón por la cual la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda su consumo habitual. Su ingesta se remonta a tiempos muy antiguos, precisamente por los beneficios que ofrece al organismo.
Sin embargo, no faltan voces que ponen en duda, por ejemplo, los beneficios de la leche de vaca y alertan sobre sus posibles afectaciones a la salud cardiovascular. Es frecuente que este producto se relacione con el aumento de peso, altos niveles de colesterol y la disminución de la tensión arterial, aunque no existen estudios concluyentes sobre el tema.
Una investigación publicada en The New England Journal of Medicine hace una revisión de diferentes estudios relacionados con la leche y su impacto en la salud, que ayudan a despejar algunas dudas sobre sus beneficios.
Algunas afirmaciones hacen referencia a que este alimento engordaría, pero según la investigación lo cierto es que el aporte calórico es muy bajo si se compara con la cantidad de nutrientes que proporciona. Además, la grasa de la leche ayuda a transportar algunas de las vitaminas liposolubles, por lo que resulta beneficiosa.
Aumento del colesterol
Ningún estudio ha demostrado que el consumo de leche aumente el colesterol y los lípidos. Sin embargo, lo recomendable, según los expertos, es tomar leche descremada puesto que las grasas lácteas contienen un mayor porcentaje de grasas saturadas, que pueden incrementar el colesterol LDL, que es el que se considera malo.
Según la Fundación Española del Corazón, la leche, el yogur y los quesos bajos en grasa pueden ser consumidos por las personas que tienen problemas de colesterol.
Otra de las afirmaciones comunes es que esta bebida contribuye a reducir la hipertensión. No obstante, no existe evidencia científica que confirme que tomar leche o sus derivados, descremados o enteros, ayude a mejorar la tensión arterial.
Este objetivo lo logran las personas que siguen una dieta reducida en sal y en grasas saturadas, y rica en vegetales y frutas, pero no es un resultado que se le pueda atribuir exclusivamente al consumo de leche. El consumo de una dieta saludable es clave para reducir los niveles de colesterol.
De acuerdo con información del instituto Mayo Clinic, tanto la leche de vaca como otras bebidas vegetales, incluidas las leches de soja y de almendra, son alternativas sanas. No obstante, las diferencias nutricionales entre ellas son grandes, según el tipo de producto y la marca.
De manera general, al revisar la información nutritiva, se pueden apreciar los beneficios individuales de cada bebida y lo importante, según los especialistas, es fijarse en el contenido de grasa, proteína, calcio y azúcar añadido de cada producto.
En cuanto al contenido de grasa, dice esta institución, la leche de vaca descremada contiene cantidades ínfimas, pero la cantidad de grasa saturada que aumenta el colesterol va subiendo si se trata de leche entera. Por esta razón, es importante prestar atención a este asunto, porque la Asociación Americana del Corazón recomienda limitar el consumo de grasa saturada a máximo el 7 por ciento de las calorías de la alimentación total.
Según la información de los expertos, la leche de vaca hace un importante aporte proteico con un poco más de 8 gramos por taza; en cuanto a calcio contiene alrededor de 300 miligramos por taza y, de manera general, se considera que los productos lácteos son la mejor fuente de calcio absorbible.
Según los especialistas, es difícil superar a la leche de vaca como nutrición balanceada y para la mayoría de los adultos, la leche descremada es la mejor alternativa.
No obstante, hay muchas personas que no toleran este producto y algunos prefieren evitar los productos animales o simplemente desean añadir algo diferente a su alimentación. Aquí es cuando aparecen alternativas como la leche de soya o de almendras que también brindan una serie de beneficios al organismo que que puede ser más tolerable por algunos organismos.