A lo largo del tiempo, el consumo de carne de pollo ha experimentado cambios significativos. En el pasado, solía ser considerado un manjar ocasional, pero en la actualidad se ha convertido en una de las opciones más populares en todo el mundo, solo superada por el cerdo. Este aumento en su popularidad se debe en gran medida a su amplia disponibilidad y a las diversas formas en las que se puede preparar.
El pollo puede encontrarse entero, troceado, empanado, asado, a la plancha o acompañado de deliciosas salsas, entre otras variantes. Estas opciones ofrecen una gran versatilidad culinaria y permiten disfrutar de esta carne de diferentes maneras.
Sin embargo, es importante destacar que el pollo no solo debe considerarse como un alimento básico de consumo diario, sino también como un producto de calidad y beneficioso para la salud.
Propiedades de la carne de pollo
La carne de pollo se refiere a la carne obtenida de pollos jóvenes sacrificados entre las 5 y las 16 semanas de vida. Por lo general, el peso de las piezas enteras oscila entre 1 y 3 kilogramos.
El pollo es una opción de carne ligera con un alto contenido de proteínas y bajo en grasa. Además, es una fuente interesante de vitaminas y minerales. Se clasifica como carne magra, pero es recomendable retirar la piel para reducir aún más el contenido de grasa.
Desde el punto de vista nutricional, es importante tener en cuenta los siguientes aspectos:
- Las proteínas presentes en el pollo son de alto valor biológico, lo que significa que contienen todos los aminoácidos esenciales en las cantidades adecuadas que el cuerpo no puede producir por sí solo.
- En comparación con la carne roja y otras carnes procesadas, el pollo contiene menos grasas saturadas. Además, destaca por su contenido de ácidos grasos insaturados como el omega 6 y el omega 3. Sin embargo, este último ácido graso solo está presente en aquellos pollos criados en corrales o alimentados con pienso vegetal.
- El pollo es una buena fuente de vitaminas del grupo B, especialmente la vitamina B12 (que solo se encuentra en alimentos de origen animal), la vitamina B3 (niacina) y la vitamina B6.
- También contiene pequeñas cantidades de minerales como hierro, zinc y selenio. Además, es una fuente destacada de fósforo, mientras que el sodio que aporta a la dieta es casi insignificante.
Beneficios derivados del consumo de pollo
La carne de pollo posee una serie de características que la hacen adecuada para una dieta saludable. El portal mejorcosalud.com aseguró que “estudios epidemiológicos realizados en diferentes partes del mundo han analizado su consumo y los resultados muestran una relación positiva entre el consumo de carne de pollo de corral, como parte de una dieta saludable, y buenos indicadores de salud”.
Fuente de proteína de fácil digestión
La carne de pollo es una recomendación adecuada para la mayoría de las personas. Sin embargo, debido a su contenido de aminoácidos esenciales y su alta digestibilidad, resulta especialmente beneficiosa en ciertas situaciones, como para deportistas y personas con alta actividad física, personas mayores, niños y adolescentes.
La proteína es esencial para la construcción y reparación de tejidos, así como para mantener la masa muscular. La falta de ingesta adecuada de proteínas puede ocasionar retraso en el crecimiento, anemia, debilidad física o deterioro del sistema inmunológico. Por lo tanto, la inclusión de carne de pollo en la dieta puede ser de gran ayuda para prevenir estas deficiencias y promover un óptimo estado de salud.
Beneficio cardiovascular
De acuerdo con un artículo publicado en el American Journal of Clinical Nutrition, “sustituir la carne roja en la dieta por otras fuentes de proteína como el pollo, el pescado o las nueces puede ser una estrategia efectiva para reducir el riesgo de enfermedad coronaria”. Por esta razón, es fundamental distinguir entre estos dos tipos de carne.
El colesterol, el hierro hemo y las grasas saturadas (presentes en la carne roja y procesada) están asociados con la presión arterial, disfunción arterial y resistencia a la insulina, factores de riesgo para enfermedades cardiovasculares.