El mijo se ha ganado su lugar en el grupo de los superalimentos gracias a las bondades que aporta al organismo. Es de aclarar que este grupo de superalimentos no quiere decir que sean milagrosos, como en algunos casos se les ha querido llamar, sino que se trata de alimentos que benefician en gran medida al organismo y que pueden contribuir en el tratamiento y/o prevención de dos o más enfermedades.
Un reciente estudio llevado a cabo por cinco organizaciones, dirigido por el Instituto Internacional de Investigación de Cultivos para las Zonas Tropicales Semiáridas (ICRISAT) y publicado en la revista Frontiers in Nutrition encontró que el consumo de mijo puede reducir el colesterol total, los triglicéridos y el Índice de Masa Corporal (IMC), reseña el periódico dominicano Diario Libre.
Para la elaboración de este estudio tuvieron en cuenta 19 investigaciones sobre casi 900 personas y los resultados aportan un respaldo científico importante para la incorporación y popularización del mijo en la dieta como un alimento básico. Los autores del estudio destacan que el consumo de mijo ayuda a combatir la obesidad y el sobrepeso en todas las etapas de la vida.
El periódico dominicano resalta que la doctora S. Anitha, autora principal del estudio y nutricionista principal del ICRISAT, reconoció que en el marco del estudio les sorprendió en gran medida a los investigadores “el número de estudios que ya se habían realizado sobre el impacto del mijo en los elementos que inciden en las enfermedades cardiovasculares. Esta es la primera vez que alguien ha cotejado todos estos estudios y ha analizado sus datos para comprobar la importancia del impacto. Hemos utilizado un meta-análisis y los resultados han sido muy contundentes al mostrar un impacto positivo significativo en los factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares”.
El estudio en mención evidenció que al consumir mijo, el colesterol se redujo en un 8 %, logrando una baja de este lípido de niveles altos a normales en las personas estudiadas. El colesterol LDL –comúnmente conocido como colesterol malo– también registró disminuciones importantes con la ingesta de mijo. De acuerdo con las revelaciones, hubo una disminución de casi un 10 % en el colesterol de lipoproteínas de baja y muy baja densidad y en los niveles de triacilglicerol en sangre.
Debido a las reducciones ya mencionadas, los niveles de colesterol pasaron de estar por encima del promedio a registrar niveles normales, que no afectan a la salud. Sumado a lo anterior, el consumo de este cereal logró una reducción en la presión arterial: la presión arterial diastólica disminuyó un 5 %.
El profesor Ian Givens, coautor del estudio y director del Instituto de Alimentación, Nutrición y Salud (IFNH) de la Universidad de Reading (Reino Unido) precisó: “Esta última revisión subraya aún más el potencial del mijo como cultivo básico que tiene muchos beneficios para la salud. También refuerza las pruebas de que el consumo de mijo puede contribuir a mejorar la salud cardiovascular al reducir los niveles de colesterol no saludables y aumentar los niveles de cereales integrales y grasas insaturadas en la dieta”.
Los resultados del consumo de mijo se basan en la ingesta de 50 a 200 gramos de mijo al día en el marco de 21 días a tres meses. En ese mismo sentido, el Índice de Masa Corporal redujo en un 7 % en las personas con sobrepeso y obesidad, demostrando de este modo la posibilidad de regresar a un IMC normal.
Entre tanto, la directora general del ICRISAT, la doctora Jacqueline Hughes, destacó que la obesidad y el sobrepeso “están aumentando en todo el mundo, tanto en los países ricos como en los más pobres, por lo que la necesidad de soluciones basadas en dietas más saludables es fundamental. Esta nueva información sobre los beneficios para la salud del mijo respalda la necesidad de invertir más en este cereal, incluso en toda su cadena de valor, desde la mejora de las variedades para los agricultores hasta el desarrollo de la agroindustria”.
Pese a los resultados, el estudio recomienda continuar en la senda de investigación del mijo y los beneficios que aporta el consumo de este cereal para el tratamiento de las enfermedades de tipo cardiovascular y el manejo del sobrepeso.
En ese sentido, la coautora y directora ejecutiva de la iniciativa Smart Food del ICRISAT, Joanna Kane-Potaka indicó que “una recomendación clave del estudio es que los gobiernos y la industria apoyen los esfuerzos para diversificar los alimentos básicos con mijo, especialmente en Asia y África. Dado que el mijo es resistente e inteligente desde el punto de vista climático, volver a este alimento básico tradicional tiene mucho sentido y es una solución crítica que podría ser el punto de inflexión de algunos problemas de salud importantes”.