El Dr. Edgar Espínola, del servicio de neonatología del Hospital Central del Instituto de Previsión Social (IPS), confirmó que el pequeño, de tres días de vida, murió el domingo. El menor, al que llamaron Ángel Salvador, había nacido el jueves en el IPS. Llevaba sólo cinco meses de gestación cuando llegó al mundo y pesaba apenas 580 gramos. Los médicos del IPS no pudieron constatar sus signos vitales, por lo que firmaron su certificado de defunción y lo entregaron a sus parientes dentro de una caja de cartón. Fue esa noche, cuando el cuerpo arribó a casa de los abuelos del niño, que descubrieron que aún seguía con vida. Sorprendidos ante la noticia, los médicos internaron al menor en la unidad de neonatología del IPS donde fue puesto en una incubadora y recibió asistencia respiratoria mecánica. Sin embargo, los expertos advirtieron que varios de los principales órganos del bebé, incluyendo su cerebro y su sistema pulmonar, no estaban aún desarrollados, por lo que no logró sobrevivir. Sorpresa El caso de Ángel Salvador conmovió a la sociedad paraguaya, y fue tapa de todos los principales medios del país. Según el periodista local Eduardo Arce Schaerer, muchos paraguayos consideraron que se trató de un “milagro de resurrección”. “El pueblo paraguayo es muy religioso de modo que en la consideración popular, el pequeño iba en camino a ser considerado un santo”, afirmó. La autoridades sanitarias de Paraguay informaron que abrieron una investigación para establecer si hubo negligencia por parte del personal del IPS.