Durante muchos años el país se concentró en atender la desnutrición en Colombia y aunque sigue siendo un tema de gran relevancia, en su agenda se sumó el tema opuesto: ¿qué hacer para prevenir y manejar el sobrepeso y la obesidad?
La preocupación por el incremento de personas con exceso de peso ha ido creciendo en los últimos 15 años. El indicador más completo que tiene el país sobre este fenómeno —ya catalogado por algunos expertos como como pandemia— es la Encuesta Nacional de la Situación Nutricional (Ensin) que desde 2005 viene midiendo, cada cinco años, cómo está el nivel nutricional de los colombianos.
En la evolución, se muestra cómo uno de cada dos colombianos (entre 18 y 64 años) presenta exceso de peso, y los niños, así como los adolescentes en los últimos 10 años se han excedido en el peso, por múltiples factores, entre los que se destacan aspectos tanto nutricionales como culturales.
Entre los adultos, el porcentaje de aquellos con exceso de peso pasó de 45,9 en 2005 a 51,2, en 2010 y siguió en aumento en 2015 cuando se detectó que 56,5 % de los colombianos entre 18 y 64 años presentó aumento de peso, por fuera de lo normal (Índica de masa corporal igual o superior a 25).
Esta realidad sigue una tendencia mundial, pues la Organización Mundial de la Salud (OMS) viene monitoreando este fenómeno desde 1975 y detectó que para 2016 la obesidad se había triplicado en todo el mundo. Para ese año, más de 1900 millones de adultos de 18 o más años tenían sobrepeso, de los cuales, más de 650 millones eran obesos. Y en la misma fecha, había más de 340 millones de niños y adolescentes (de 5 a 19 años) con sobrepeso u obesidad.
Esta “acumulación anormal o excesiva de grasa que supone un riesgo para la salud, también es considerada por la misma entidad, como una de las enfermedades que más afecta a las personas de todas las latitudes. Cada año mueren 2,8 millones de personas por causas asociadas a ella”, señala la OMS.
Ante este panorama Colombia tenía que despertarse y los cuestionamientos van principalmente enfocados a la falta de un manejo integral, demoras y barreras de acceso en la atención y la falta de adecuados mecanismos de promoción y prevención. Adicionalmente, desde la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y estudios propios de la Asociación Colombiana de Endocrinología, Diabetes y Metabolismo (ACE) se mide el impacto económico que conlleva la obesidad.
Una política pública más robusta es la solicitud de diferentes actores que van desde los pacientes, hasta las sociedades científicas e incluso algunos congresistas, que han promovido el proyecto de ley de Manejo Integral de Sobrepeso y Obesidad (MISO) que actualice la ley actual de Obesidad 1355 de 2009, que en su momento no contempló el sobrepeso.
Trasladamos las inquietudes al Ministerio de Salud y Protección Social —MinSalud— que nos detalla en SEMANA cómo ven este problema, el abordaje que le están dando y los retos:
Cuatro líneas de acción
“Entendiendo que la obesidad es una enfermedad con múltiples detonantes o factores causales como los culturales, ambientales, sociales, hormonales y genéticos; este Ministerio trabaja en diferentes estrategias como la promoción de la alimentación saludable de manera integral, como factor protector, a través de 4 líneas de acción: Atención primaria en salud, políticas regulatorias, medidas intersectoriales y gestión del conocimiento”, señala el informe compartido a SEMANA.
Basados en que el exceso de peso se puede prevenir, desde las mujeres embarazadas, MinSalud crea el marco para abordar el sobrepeso y la obesidad con la resolución 3280 de 2018: ‘por medio de la cual se adoptan los lineamientos técnicos y operativos de la Ruta Integral de Atención para la promoción y mantenimiento de la salud y la Ruta Integral de Atención en Salud para la población materno perinatal.
Con esta sombrilla se reglamenta y establecen intervenciones de valoración integral, detección temprana, protección específica y educación para la salud, que buscan que los colombianos cuenten con mejores condiciones de salud y calidad de vida, en los cuales se involucran los aspectos nutricionales.
“A través de la ruta de atención materno perinatal y la ruta de promoción y mantenimiento de la salud se incluyen la consulta preconcepcional, las consultas de seguimiento a la gestación, la valoración nutricional de la gestante, en las cuales se hace énfasis en fomentar la adecuada alimentación durante los primeros 1000 días de vida, y tienen un efecto ya comprobado en el control metabólico de madre y feto”, explican desde el Ministerio.
Hacen énfasis en que una de las mejores estrategias para prevenir la obesidad en adultos es el inicio temprano de la lactancia materna, la exclusividad durante los primeros 6 meses y la continuación con alimentación complementaria hasta los 2 años o más, por tanto, la ruta incorpora la consulta de valoración y apoyo a la lactancia materna y la promoción de las Guías Alimentarias Basadas en Alimentos.
Y para impulsar la lactancia materna MinSalud creó la Resolución 2423 de 2018 por la cual se expiden los lineamientos técnicos para las ‘Salas amigas de la familia lactante’, que busca promover la lactancia materna en el entorno laboral y apoyar a las madres trabajadoras en periodo de lactancia, para que cuenten con un espacio adecuado y digno para extraer y conservar la leche materna y posteriormente ofrecerla a su hijo en el hogar.
Más alimentos frescos
Otro de los frentes en los que trabajan desde la cartera de salud es la promoción del consumo de alimentos naturales y frescos, “debido a que la evidencia científica ha demostrado que tener una alimentación con base en estos alimentos, disminuye el riesgo de adquirir enfermedades no transmisibles, y de esta manera, también se reduce el consumo de productos alimenticios ultraprocesados, los cuales se conoce que pueden aumentar la generación y gravedad de algunas enfermedades como diabetes, enfermedad cardiovascular, obesidad y diferentes tipos de canceres”.
La promoción se realiza a través de lineamientos, estrategias y programas en alimentación saludable, como, la implementación de las ‘Guías alimentarias basadas en alimentos’ por medio de la estrategia de información, educación y comunicación en seguridad alimentaria y nutricional, que desarrolla diferentes intervenciones para abordar esta temática en los entornos donde habita el individuo y la familia.
El Ministerio ha puesto un foco de atención a los nutrientes de interés en salud pública (azúcar, sodio, grasas saturadas y trans), y ha trabajado múltiples documentos técnicos y para el consumidor, con definiciones básicas, fuentes dietarias y recomendaciones para disminuir su consumo, teniendo en cuenta que estos nutrientes se relacionan con enfermedades no transmisibles.
Lupa a los alimentos
En la segunda línea para disminuir el sobrepeso y la obesidad en el país, MinSalud, estableció reglamentos técnicos y medidas fitosanitarias para promover una alimentación saludable, “en ese marco, se encuentran todas las resoluciones que tienen que ver con inocuidad de alimentos, por ejemplo, las buenas prácticas de manufactura, derivados lácteos, derivados cárnicos, atún, harina de trigo, bebidas energizantes, entre otras”.
También, el equipo del Ministerio trabaja en la reducción de nutrientes de interés en salud pública (la Resolución 2013 de 2020), con la cual se busca que en 59 alimentos priorizados se disminuya el contenido de sodio de manera gradual, para llegar a un perfil más saludable en la población colombiana, estos 59 alimentos, incluyen: salsas, sopas y bases deshidratadas, cereales para el desayuno, snacks, panadería, galletería, maní, sardinas enlatadas, embutidos, grasas y quesos.
Entre las políticas más recientes está la expedición de la resolución 810 de 2021, en la cual se establecen los requisitos para el etiquetado nutricional y frontal en Colombia. En esta normativa, se definió como obligatoria la declaración de nutrientes en la etiqueta, a través de la tabla nutricional, que ahora será más grande, más visible y entendible, se actualizaron los parámetros para las declaraciones de propiedades nutricionales y de salud, y se establecieron los sellos frontales de advertencia, con los cuales el consumidor puede identificar fácilmente, cuando un alimento contiene altos contenidos de sodio, grasas saturadas y azúcares añadidos y así tomar una decisión de compra más informada.
No están solos
La tercera línea con la que enfrentan el exceso de peso son las medidas intersectoriales. El Minsalud trabaja de la mano con otras entidades para desarrollar e implementar directrices en alimentación saludable, así como la formulación del documento técnico de tiendas escolares saludables y del lineamiento para la elaboración y adquisición de alimentos saludables en los programas de apoyo alimentario a cargo del Estado.
Así mismo, promueven el consumo de frutas y verduras con documentos que buscan, establecer orientaciones técnicas en toda la cadena de elaboración de alimentos, procurando una alimentación completa y balanceada, que pueda cubrir las recomendaciones de ingesta de energía y nutrientes en la población colombiana y evitando posibles deficiencias y excesos.
A través de la Comisión Intersectorial de Seguridad Alimentaria y Nutricional, “se vienen apoyando diferentes estrategias y articulando acciones, por ejemplo, en el sector gastronómico, con la Estrategia Colombia a la Mesa, del sector cultura, con la Política para el conocimiento, la salvaguardia y el fomento de la alimentación y las cocinas tradicionales de Colombia y del sector Salud, con el manual operativo del sector gastronómico. Todo esto con el fin de aunar esfuerzos para fomentar preparaciones saludables, rescatando los saberes y usos tradicionales, promoviendo la cocina colombiana como elemento turístico”.
Y la cuarta línea de esta cartera frente a la obesidad y el sobrepeso es la ‘gestión del conocimiento’ desde donde se formula la cuarta versión de la Encuesta de la Situación Alimentaria y Nutricional (ENSIN).
Con ENSIN se pueden conocer los determinantes sociales, singulares, intermedios y estructurales que se relacionan con el sobrepeso y la obesidad en el país. Igualmente, se trabaja en otras fuentes secundarias de información como los sistemas de vigilancia y la agenda de investigación en alimentación saludable.
Promover la actividad física complementa la estrategia de prevención del exceso de peso, por parte del gobierno nacional En este sentido, el Ministerio participa en Estrategia de Ciudades, Entornos y Ruralidades Saludables (CERS) “como un modelo de planeación territorial en el cual mediante el dialogo y armonización de instrumentos de política pública local se favorezcan infraestructuras, bienes y servicios para la actividad física y se logre la incidencia en planes de desarrollo local, planes de ordenamiento territorial y el mismo plan territorial de salud para incrementar los cumplimientos de las recomendaciones de actividad física por curso de vida, principalmente a través del aprovechamiento del tiempo libre y el transporte activo”.
La coordinación intersectorial lograda se ha realizado con el sector deporte, educación, cultura y transporte ha derivado en gestión e intervenciones colectivas a través de los entornos como: planes, programas y proyectos principalmente para la promoción de la actividad física en el entorno escolar, laboral y comunitario.
En cuanto al manejo de la obesidad, el Ministerio de Salud publicó en 2016 la Guía de Práctica Clínica para la Prevención, Diagnóstico y Tratamiento del Sobrepeso y la Obesidad en Adultos, en la cual se ofrecen recomendaciones basadas en la evidencia para la prevención del sobrepeso y la obesidad en niños, adolescentes y adultos, que sirvan de herramienta para la toma de decisiones por parte de los profesionales involucrados y sus pacientes en el abordaje integral de esta condición.
El documento ofrece recomendaciones para la prevención de sobrepeso y obesidad en niños y adolescentes, resaltando la importancia de intervenciones multicomponente, evitar tiempos de sedentarismo, aumentar los tiempos de juego, vinculación de padres de familia a las rutinas saludables de alimentación, evitar exposición a pantallas, entre otros aspectos clave.
En los adultos, como medidas de prevención, se fortalecen dichas recomendaciones, así como la importancia de que empresas e instituciones educativas ofrezcan oportunidades de consumo de alimentación saludable y promoción de actividad física. Posteriormente la guía aborda el diagnóstico y abordaje del sobrepeso y obesidad en adultos, considerando diferentes opciones de manejo.
A pesar de todos estos avances, aún existen oportunidades de mejora para aumentar la participación intersectorial y se logre un mayor compromiso de todos los actores para frenar esta epidemia en el país y empezar a consolidar este trabajo a nivel nacional y regional. Los frutos solo se verán en la medida en que cada día se sumen más actores involucrados en el tema, para que Colombia se convierta en un verdadero referente de la lucha contra la obesidad y el sobrepeso.