La obesidad es causante de infartos, hipertensión arterial, derrame cerebral, osteoartritis, cáncer y diabetes tipo 2, entre otras enfermedades, que se suman a problemas de movilidad, insomnio y depresión.
Definitivamente, se ha convertido en un tema serio para quien la padece y de salud pública. De acuerdo con cifras del Banco Mundial, la obesidad es responsable de al menos 4 millones de muertes en el mundo, cada año y las cifras continúan en aumento.
Según la Organización Mundial de la Salud, en 2016, más de 1.900 millones de adultos de 18 o más años tenían sobrepeso, de los cuales, más de 650 millones padecían de obesidad (13 %). Lo más preocupante es que desde 1975, la obesidad se ha casi triplicado en todo el mundo. En Colombia, según cifras de la última Encuesta Nacional de Situación Nutricional (ENSIN), realizada en 2015, el 52 % de los colombianos tiene sobrepeso u obesidad.
“La obesidad se considera por definición un estado inflamatorio de todo el organismo que predispone a desarrollar enfermedades como la diabetes, la hipertensión y en el peor de los casos enfermedad cardiovascular”, así la define el médico Henry Tovar Cortés, presidente de la Asociación Colombiana de Endocrinología, Diabetes y Metabolismo (ACE).
El exceso de tejido graso hace que se produzcan ciertas sustancias que son tóxicas para el organismo y que afectan la salud cardiovascular, metabólica y promueven el desarrollo de diabetes tipo 2. “Son muchas las razones al considerar que la obesidad es una enfermedad que hay que tratar todos los días. Esta no es no es una consideración estética, va más allá de si le queda la ropa mal, ya pasamos a lo funcional, a lo patológico”, explica el médico endocrinólogo Tovar.
¿Cuándo hay obesidad?
Entre los adultos la Organización Mundial de la Salud -OMS- define la obesidad cuando el índice de Masa Corporal (IMC) que se calcula dividiendo el peso de una persona en kilos por el cuadrado de su talla en metros (kg/m2) es igual o superior a 30.
Según el portal web especializado La verdad de su peso, el IMC se toma como punto de partida para hablar con el médico sobre el peso, salud y opciones de manejo.
Y es que pesarse es clave para prevenir la obesidad. Para el presidente de la ACE, se recomienda que en cada casa haya una báscula y cada semana vigilen el peso corporal, preferiblemente en ayunas.
Cuando la ropa empieza a estrechar y las facciones a agrandarse, son otros signos de alerta para el sobrepeso y la obesidad.
“El manejo inicial es muy económico, simplemente tener una disposición de hacer ejercicio y comer bien. Y cuando estas medidas han fallado, hay que acudir a otras que incluyen tratamientos psicoterapéuticos, de apoyo con grupos que actúan coordinadamente para que la persona pueda tener ese autoconocimiento del organismo y de mejorar estas condiciones”, señala el endocrinólogo.
¿Qué hacer?
La prevención es la mejor fórmula, pero cuando llega la obesidad el primer paso es reconocer en qué se está fallando, y normalmente los dos grandes pecados son la alimentación y el sedentarismo.
Para Tovar Cortés se debe preguntar ¿Cómo está la actividad física? y seguir las recomendaciones que le prescriba el médico.
El consejo para todos es que se debe hacer ejercicio, mínimo 150 minutos a la semana (30 al día), de acuerdo con sus condiciones, pero quienes conviven con la obesidad deben acudir al médico para crear una rutina acorde con su condición particular.
La segunda gran recomendación es revisar la calidad de los alimentos que se están consumiendo: disminuir las comidas ‘chatarra’, es decir, alimentos ultraprocesados con alto valor calórico y escaso aporte nutricional, así como el exceso de harinas y bebidas azucaradas.
“En Colombia, es muy habitual que en un almuerzo consumamos arroz, papa, yuca al mismo tiempo. La idea es que se debe consumir una harina por comida solamente, que el plato de comida sea más verde y esto incluye las ensaladas, algunas legumbres y una porción de proteína que debe acompañar a las otras preparaciones”.
Recomienda también evitar las sopas como el sancocho de gallina y el ajiaco que contienen un alto grado de carbohidratos y calorías que terminan afectando el peso de las personas.
Adicional a lo anterior, es importante tener en cuenta los principios básicos a la hora de alimentarse. Por ejemplo, el desayuno se recomienda acompañarlo de frutas, el queso campesino, una bebida caliente o fría, sin azúcar. Evitar los jugos que tienen un alto contenido de azúcares y preferir la fruta en todas sus presentaciones. “En sí todos los alimentos son buenos, el problema es la cantidad que ingerimos”, agregó el médico.
Para quienes presentan obesidad bajar de peso se convierte en un gran desafío. Sin embargo, señala el endocrinólogo “debemos dejar atrás el concepto de que voy a bajar de peso y luego ya me curaré. La persona con obesidad se debe manejar crónicamente. Puede que yo baje, pero el problema es mantenerse, es una enfermedad que necesita ayuda médica de profesionales como el endocrinólogo, la nutricionista, el deportólogo y un psicólogo para que nos enseñe y nos oriente en el camino de cómo mantenernos en el tiempo”.
La pandemia ha permitido que los casos de obesidad aumentan en el país, y aunque no existe una estadística precisa al respecto, en las consultas médicas lo que deducen los endocrinólogos es que se acentuaron el sedentarismo y los malos hábitos alimentarios, producto de las cuarentenas prolongadas y de la ansiedad generada por el encierro.
Aunque la obesidad se maneja individualmente, el incremento de casos en Colombia ha llevado al Ministerio de Salud y Protección Social a crear lineamientos en diferentes frentes, empezando por la promoción de la lactancia materna.
“Una de las mejores estrategias para prevenir la obesidad en adultos es el inicio temprano de la lactancia materna, la exclusividad durante los primeros 6 meses y la continuación con alimentación complementaria hasta los 2 años o más, por tanto, la ruta incorpora la consulta de valoración y apoyo a la lactancia materna y la promoción de las Guías Alimentarias Basadas en Alimentos”, señalan desde el Ministerio.
En esta misma línea, MinSalud da un especial énfasis en la promoción del consumo de productos naturales y frescos, con guías alimentarias basadas en alimentos para la población colombiana, sustentados en que la evidencia científica ha demostrado que tener una alimentación con base en estos alimentos, disminuye el riesgo de adquirir enfermedades no transmisibles, y de esta manera, también se reduce el consumo de productos ultra procesados, los cuales se conoce pueden aumentar la generación y gravedad de algunas enfermedades como diabetes, enfermedad cardiovascular y diferentes tipos de cánceres.
Organismos internacionales y el sector privado también hacen esfuerzos para disminuir esta epidemia. UNICEF y Novo Nordisk se han comprometido con la promoción de estilos de vida saludable, en entornos donde el 95 % de los casos de obesidad infantil obedecen a dietas altas en calorías y a la baja actividad física.
La alianza entre las dos organizaciones busca aportar a la prevención, generando conciencia en torno al cambio de hábitos y la importancia de la participación de la familia y de la comunidad en general en la transformación de los entornos obesogénicos.
De acuerdo con UNICEF, el 30 % de los niños y niñas entre 5 y 19 años en América Latina y el Caribe están afectados por sobrepeso y obesidad; en Colombia, tres de cada diez escolares de 6 a 12 años tienen exceso de peso y dos de cada diez adolescentes lo presentan, siendo más frecuente el sobrepeso en mujeres adolescentes.
Así mismo, siete de cada diez niñas y niños entre 6 y 12 años permanecen más de dos horas al día frente a una pantalla, siendo un 7 % más en hombres que en mujeres y ocho de cada diez adolescentes permanecen más de dos horas al día frente a una pantalla, en este rango de edad este comportamiento es similar entre hombres y mujeres. “Estos datos nos muestran un panorama preocupante, que debe llamar a muchos más actores a interesarse en esta enfermedad y en sus consecuencias a futuro”.