Perder peso es una de las metas que se trazan a diario tanto hombres como mujeres en todo el mundo, así como también suele hacer parte de la lista de deseos que escriben las personas cuando va a comenzar el año. Hay diferentes formas de lograrlo y entre las más recomendables está llevar una vida sana, combinando una dieta balanceada y ejercicio, entre otras actividades que beneficien la salud.
Pese a lo anterior, hay ocasiones en las que las personas sufren de pérdida de peso de manera repentina e incluso involuntaria. Al respecto, Mayo Clinic explica que la pérdida de peso sin causa aparente o de forma involuntaria, especialmente en los casos en los que es significativa o persistente, puede ser un signo de un trastorno médico no diagnosticado.
“El momento en el cual la pérdida de peso sin causa aparente se convierte en una preocupación médica no puede determinarse con exactitud. Pero muchos médicos están de acuerdo en que se requiere una evaluación médica si una persona pierde más del 5 por ciento de su peso en seis meses a un año, especialmente si se trata de adultos mayores”, señala la entidad sin ánimo de lucro.
Por citar un ejemplo, Mayo Clinic explica que la pérdida de peso del 5 % en una persona que pesa 72 kilos es de 3,6 kilogramos, mientras que en una persona que pesa 90 kilos, la pérdida es de 4,5 kilogramos. De llegar a marcar esta cifra o una pérdida de peso superior, es prudente consultar al médico para evaluar las causas.
Destaca que el peso se ve afectado por la ingesta de calorías, el nivel de actividad, el estado de salud general, la edad, la absorción de nutrientes y los factores económicos y sociales.
Enfermedad de Addison (insuficiencia suprarrenal), cáncer, celiaquía, cambios en la dieta o el apetito, cambios en el sentido del olfato, cambios en el sentido del gusto, EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) exacerbación, empeoramiento de los síntomas, enfermedad de Crohn (un tipo de enfermedad intestinal inflamatoria), demencia, problemas dentales, depresión (trastorno depresivo mayor), diabetes, insuficiencia cardíaca, VIH/sida, hipercalcemia, hipertiroidismo (tiroides hiperactiva), hipotiroidismo (tiroides hipoactiva), medicamentos, enfermedad de Parkinson, úlcera péptica, abuso de sustancias (alcohol, cocaína, otras), tuberculosis y colitis ulcerosa son algunos de los posibles motivos de la pérdida de peso sin causa aparente.
La diabetes puede causar la pérdida significativa de peso. Se trata de un trastorno metabólico que altera los niveles de azúcar en sangre, y entre los síntomas que destacan está el exceso de sed, exceso de hambre, micciones frecuentes y la fatiga. La tiroides es una hormona que regula el metabolismo del cuerpo y en lo que refiere a la pérdida de peso, esta hormona interviene en la frecuencia cardíaca, la rapidez con las que se quema las calorías y la digestión.
En línea con el sistema digestivo se encuentra la enfermedad de Crohn, una clase de enfermedad intestinal inflamatoria que, valga la redundancia, inflama el revestimiento del tracto digestivo, ocasionando dolor abdominal, diarrea severa y puede provocar desnutrición.
La depresión si bien refiere a un trastorno del estado anímico, también puede provocar la pérdida de peso, toda vez que puede alterar los hábitos alimenticios de quien la padece.
El EPOC es un grupo de enfermedades que bloquean el flujo de aire y dificultan la respiración, y puede provocar la pérdida de peso; las sibilancias, presión en el pecho y disminución del apetito son algunos de sus síntomas.