La inflamación es la respuesta defensiva del cuerpo ante algún agente extraño; microbio, bacteria, químico e, incluso, polen. Esta no solo se manifiesta por distensión abdominal, sino también por alergias en la piel, aftas bucales, erupciones, hinchazón de manos y pies, fatiga, aumento de peso, dolor muscular, dolores de cabeza y problemas gastrointestinales.
Al respecto, la doctora Luz Stella Hidalgo, nutricionista-dietista de Colsanitas, menciona que “la inflamación crónica puede contribuir a la aparición de enfermedades graves relacionadas con autoinmunidad, arterioesclerosis, asma, enfermedades neurodegenerativas, diabetes y cáncer”.
Asimismo, la experta explica que “aunque normalmente la inflamación no es una causa primaria, tiene un papel importante en el desarrollo de estas enfermedades”, por lo que enfocar esfuerzos y generar un “tratamiento dirigido a suprimir la inflamación en muchos casos puede mejorar el cuadro clínico” de las personas.
Dado que mantener una alimentación balanceada puede ayudar a modular la respuesta inmunitaria del cuerpo, a continuación, la doctora Hidalgo brinda algunas recomendaciones para combatir la inflamación.
¿Qué alimentos consumir para reducir la inflamación en el cuerpo?
- Frutas y verduras como tomates, arándanos, fresas, uvas, cerezas, naranjas, piña, duraznos, limones, manzanas, brócoli, kale (un tipo de col), cebolla, zanahoria y espinaca.
- Tubérculos y cereales, como la papa azul o morada, la papa amarilla, el maíz morado; la avena; el arroz y otros granos sin refinar que tienden a tener un alto contenido de fibra que combate la inflamación en el organismo.
- Alimentos fuentes de omega 3 y 9, como el aceite de linaza, el aceite de oliva, las semillas de chía, el aguacate, las nueces, el maní y las almendras.
- En el salmón, atún y aceite de pescado se han encontrado importantes cantidades de ácidos grasos antiinflamatorios.
- Especias como la cúrcuma, el jengibre, la canela, la pimienta cayena y condimentos como el ajo, también tienen propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y astringentes.
¿Qué alimentos evitar?
- Carbohidratos refinados como el pan blanco, la pasta, las galletas, los cereales azucarados que vienen en paquetes.
- Papas fritas, comidas rápidas, alimentos congelados y apanados, helados y tortas.
- Gaseosas, jugos artificiales y, en general, bebidas azucaradas.
- Carnes rojas en exceso y carnes frías.
- Tabaco y bebidas alcohólicas.
- Salsas, sal y azúcares en exceso.
- Alimentos con aceites hidrogenados y grasas trans.
- Los lácteos, en el caso de que se identifique que estos causan inflamación en la persona.
El estilo de vida también es fundamental para prevenir la inflamación. Por ello, se debe realizar ejercicio periódicamente y controlar el estrés. Estas acciones, en conjunto con una alimentación balanceada, ayudan a prevenir enfermedades crónicas y garantizar un estado de salud óptimo.
Por su parte, la nutricionista Beatriz Larrea explicó en su libro “Tu cuerpo en llamas”, que, aunque todas las personas deberían prestar atención a la dieta y hábitos que mantienen con el fin de evitar a toda costa la inflamación en su cuerpo, lo cierto es que después de los 40 estas prevenciones deberían ser mucho más fuertes y conscientes, teniendo en cuenta que la inflamación corporal es uno de los síntomas que mejor explican el envejecimiento en las personas.
“Todavía se desconoce qué sucede primero: ¿nos inflamamos porque envejecemos o envejecemos porque nos inflamamos?”, es la pregunta que se hace Larrea.
Por esto, tal como se mencionó anteriormente, es importante que las personas cercanas a los 50 años puedan controlar sus niveles de estrés y mejorar su alimentación, sumado a una buena rutina de ejercicio. “Desde los 40 a los 65 años el organismo ofrece una gran oportunidad para reprogramar los genes y tu cuerpo”, indica el portal especializado Saber Vivir.