Una de las primeras rutinas que se aprenden desde pequeños es el lavado de los dientes, para tener una buena salud bucal: cepillar hacia arriba, hacia abajo, a los lados, hacia adelante, hacia atrás, en círculos, todos los días, tres veces al día. A muchos les cuesta y es casi un suplicio para otros pero ahí está la clave para tener dientes sanos y fuertes.

La boca es la puerta de entrada para las vías digestivas y respiratorias, he ahí la importancia de una buena higiene. Varios estudios han coincidido en que de la salud de la boca depende el buen desempeño de la salud en general de cada persona.

De hecho, una investigación reciente de la Facultad de Odontología de la Universidad de Nueva York y Weill Cornell Medicine, publicada en la revista Alzheimer’s & Dementia: Diagnosis, Assessment & Disease Monitoring encontró que hay una conexión entre la enfermedad periodontal (enfermedad de las encías) y el alzhéimer.

Ángela Kamer, profesora asociada de periodoncia y odontología de implantes en la Facultad de Odontología de la NYU y autora principal del estudio señaló: “Hasta donde sabemos, este es el primer estudio que muestra una asociación entre la comunidad bacteriana desequilibrada que se encuentra bajo la línea de las encías y un biomarcador del LCR de la enfermedad de Alzheimer en adultos mayores cognitivamente normales”.

“La boca alberga tanto bacterias dañinas que promueven la inflamación como bacterias sanas y protectoras. Descubrimos que tener evidencia de amiloide cerebral se asociaba con un aumento de las bacterias dañinas y una disminución de las beneficiosas”, agregó la académica.

La enfermedad periodontal, que afecta al 70 % de los adultos de 65 años o más, se caracteriza por una inflamación crónica y sistémica, con bolsas entre los dientes y las encías que se agrandan y albergan bacterias.

Una caries, un diente agrietado o astillado, un empaste desgastado o una enfermedad de las encías son algunos de los problemas que sufren a diario millones de personas en el mundo y si en algo coinciden la gran mayoría es que no hay nada más molesto que un dolor de muelas.

Las bacterias pueden jugarle una mala pasada a los dientes. De hecho, son el causante número uno del sarro, que también es llamado tártaro o calculo dental y que salta a la vista cuando empieza a aparecer en los dientes una coloración amarillenta o marrón o incluso más oscura. Esa coloración suele aparecer en el límite que hay entre las encías y los dientes. En la tecnicidad, el sarro es el endurecimiento de la placa bacteriana debido al depósito de minerales.

De hecho, la aparición del sarro e incluso de la placa en los dientes, pueden desembocar en varios tipos de enfermedades, como la caries dentales, esos agujeros que dañan la estructura de los dientes o la gingivitis, cuando se hinchan, inflaman y sangran las encías. También puede desembocar en la periodontitis, que es la destrucción de los ligamentos y el hueso que soportan los dientes, lo que con frecuencia lleva a la pérdida del diente, la halitosis –mal aliento–, abscesos, dolor, incapacidad de usar los dientes, y otra serie de problemas de salud externos a la boca, desde parto pretérmino hasta enfermedades cardíacas.

Si bien lo recomendable es asistir al odontólogo de confianza para tratar el sarro, hoy por hoy existen varias recetas caseras que pueden ayudar a eliminarlo, acá le contamos algunas que reseña el portal Mejor con Salud.

Limón

Las propiedades antibacterianas que posee este cítrico ayudan a combatir el sarro, además de ayudar a blanquear los dientes. Solo necesita medio zumo de un limón y media taza de agua tibia (125 ml). Primero, debe calentar el agua y cuando esté tibia, verterla en un recipiente con el zumo de limón, luego debe mezclarlos hasta que quede homogéneo. Hecho esto, debe hacer buches por toda la boca antes de ir a dormir y enjuagar muy bien la boca con agua tibia para que no queden rastros de la mezcla.

Debe tener precaución de lavar muy bien la boca porque el contacto con los rayos del sol puede provocar manchas en la piel al rededor de la boca. Esta receta debe ser usada máximo una vez por semana.

Perejil

Un puñado de hojas de perejil (20 g) y una cucharada de agua (10 ml) es todo lo que necesita para esta preparación. Se deben lavar y picar bien las hojas de perejil, las cuales tendrán que ser mezcladas con el agua hasta formar una pasta. Luego, se coloca esta pasta sobre los dientes y se deja actuar por cinco minutos. Esta receta ayuda a combatir la acumulación de sarro en los dientes.

Semillas de sésamo

Una cucharada de semillas de sésamo es lo único que necesita para desprender la suciedad acumulada de los dientes. Esta cantidad debe ser mantenida en la boca y masticarlas durante una o dos minutos, luego debe botarlas y posterior a ello masajear los dientes con el cepillo humedecido con agua. Termine de hacerlo enjuagando muy bien la boca.

Estas semillas son ideales para desprender la suciedad acumulada de los dientes. Tan solo es necesario tomar una cucharada de las mismas y masticarlas lentamente durante uno o dos minutos. Luego, se escupen y, con ayuda del cepillo de dientes previamente humedecido, se masajean los dientes. Finalmente, se enjuaga con agua.

Fresas, manzana y melón

Estas tres frutas y otras más además de ayudar a combatir el sarro, también son excelentes opciones para tener las encías sanas y evitar la acumulación de alimentos. El solo consumo de estos alimentos ayuda a la higiene bucal, además de prevenir el sangrado que aparece cuando se cepillan los dientes. Las fresas y el melón al igual que los tomates pueden ser cordados en rodajas y se frotan sobre los dientes antes de cada comida, mientras que la manzana debe ser consumida con cáscara para obtener resultados.

La naranja y el plátano –o banano– también aportan beneficios, para aprovecharlos, debe frotar la parte interna de la cáscara de estos frutos en los dientes dos o tres minutos antes y después de comer.