Permanecer mucho tiempo sentado o acostado, haciendo poco o nada de ejercicio, puede resultar muy perjudicial para la salud.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), llevar un estilo de vida sedentario aumenta las posibilidades de muerte entre un 20 % y un 30 %.
Según ese organismo multilateral, se podrían evitar hasta cinco millones de muertes al año si la población mundial fuera más activa, una cifra muy significativa y que pone sobre la mesa la necesidad de realizar actividad física.
Llevar un estilo de vida sedentario afecta de diversas formas el cuerpo. De acuerdo con el portal especializado MedlinePlus, no hacer ejercicio hace que la persona queme menos calorías, lo que incrementa las posibilidades de subir de peso; puede perder masa muscular y resistencia, porque no usa tanto los músculos y los huesos se debilitan y pierden algo de su contenido mineral.
Adicionalmente, el metabolismo puede verse afectado y el cuerpo puede tener más problemas para sintetizar grasas y azúcares, el sistema inmunológico puede debilitarse, tener una mala circulación de la sangre, se puede generar inflamación y desarrollar un desequilibrio hormonal.
Graves riesgos
De acuerdo con los expertos, son muchos los riesgos a los que se enfrentan las personas que no realizan actividad física. Por ejemplo, exponerse a problemas del corazón, incluyendo enfermedad coronaria e infarto, presión arterial alta, accidente cerebrovascular, síndrome metabólico, diabetes tipo 2, osteoporosis y aumento de depresión y ansiedad.
En 2013, un equipo de investigación de la Universidad de Qingdao (China) concluyó, después de revisar 24 estudios elaborados en cuatro continentes, que las personas que siguen conductas sedentarias tienen un 25 % más de probabilidades de sufrir depresión que la gente que mantiene un estilo de vida activo.
Según la Fundación Española del Corazón, en dicha investigación se determinaron diferencias según la actividad: ver la televisión aumenta el riesgo un 13 % y utilizar internet un 22 %.
Tener un estilo de vida inactivo también puede aumentar el riesgo de muerte prematura. Y cuanto más sedentario sea, mayor es el riesgo para su salud.
Científicos de la Universidad de Gotemburgo compararon la mortalidad asociada con el sedentarismo con otros factores de riesgo más comúnmente asociados con problemas cardiovasculares y confirmaron que la inactividad es extremadamente dañina.
¿Cómo empezar a hacer ejercicio?
Si la persona ha sido sedentaria, debe comenzar lentamente y puede adicionar actividad de manera gradual, sin abrumarse. Lo ideal es hacer lo que pueda, sin excederse. Hacer poco ejercicio es siempre mejor que nada.
Hay muchas maneras diferentes de hacer ejercicio, lo importante es encontrar los tipos que sean mejores para cada persona dependiendo de qué tan sedentaria ha sido y la edad, por ejemplo.. También puede tratar de añadir actividad física a la vida en pequeñas formas, como en la casa y el trabajo.
Las labores de la casa y en el jardín son actividades físicas. Para aumentar la intensidad, puede intentar hacerlo a un ritmo más fuerte. Otra recomendación es mantenerse en movimiento mientras se mira televisión. Puede levantar pesas de mano, hacer algunos estiramientos suaves de yoga o pedalear una bicicleta estática. En lugar de usar el control remoto del televisor, levántese y cambie los canales usted mismo, es otra opción.
Realizar ejercicio en casa con un video de entrenamiento también ayuda, así como caminar por el vecindario y ponerse de pie cuando la persona habla por teléfono.
Hay equipos como elípticas que son grandes, y no todo el mundo tiene el dinero o el espacio para adquirirlo o tenerlo en casa. Se puede recurrir a opciones más económicas como las bolas de yoga, colchonetas de ejercicio, bandas elásticas y pesas de mano.
¿Cómo puedo ser más activo en el trabajo?
Puede ser un reto incluir actividad física en medio de un día de trabajo, pero los expertos recomiendan estas alternativas: Levantarse de la silla y moverse al menos una vez por hora, ponerse de pie cuando se esté hablando por teléfono, usar las escaleras y no el ascensor, usar el descanso o parte de la hora de almuerzo para caminar, levantarse y caminar a otra oficina y reunirse de pie cuando las reuniones son cortas, en cambio de hacerlo en una sala de conferencias.