La fibromialgia es un trastorno que se caracteriza por un dolor musculoesquelético generalizado acompañado por fatiga y problemas de sueño, memoria y estado de ánimo. “Los investigadores creen que la fibromialgia amplifica las sensaciones de dolor, porque afecta el modo en que el cerebro y la médula espinal procesan las señales de dolor y de no dolor”, describe Mayo Clinic.

De acuerdo con la entidad sin ánimo de lucro, los síntomas suelen llegar después de algún evento particular en la vida de las personas. Un traumatismo físico, cirugía, infección o estrés psicológico significativo son algunos ejemplos. Ahora, también hay casos en los que los síntomas suelen acumularse progresivamente en el tiempo, sin que se presente un evento puntual.

La fibromialgia es un trastorno que suelen padecer más a menudo las mujeres que los hombres. Dolores de cabeza tensionales, trastornos de la articulación temporomandibular, síndrome de colon irritable, ansiedad y depresión son algunos de los síntomas que también presentan algunos pacientes diagnosticados.

La tristeza no significa depresión, pero la depresión se caracteriza por una profunda tristeza, sin consuelo alguno. | Foto: Juan Carlos Sierra

A la fecha no se conoce una cura para la fibromialgia, aunque hay diferentes medicamentos que pueden ayudar a controlar los síntomas. Mayo Clinic destaca que el ejercicio, la relajación y las medidas para reducir el estrés también pueden ayudar a tratar esta enfermedad.

El dolor generalizado, la fatiga y las dificultades cognitivas son los principales síntomas que se manifiestan en las personas que padecen de fibromialgia. El primero es el más común: el dolor generalizado. Se trata de un dolor que se suele describir como un dolor leve, molesto y constante, que dura al menos tres meses. Llega a considerarse generalizado cuando las personas sienten dolor en ambos lados del cuerpo, por encima y por debajo de la cintura.

En lo que refiere a la fatiga, Mayo Clinic destaca que las personas que padecen fibromialgia con frecuencia se despiertan cansadas, aunque a la vez manifiestan que duermen mucho. “Con frecuencia, el sueño se interrumpe por el dolor y muchos pacientes con fibromialgia tienen otros trastornos del sueño, como síndrome de las piernas inquietas y apnea del sueño”, señala. Frente a las dificultades cognitivas, se conoce un síntoma llamado “fibroniebla”, el cual dificulta la capacidad de enfoque, atención y concentración mental.

Síndrome de colon irritable, síndrome de fatiga crónica, migraña y otros tipos de dolores de cabeza, cistitis intersticial o síndrome de vejiga dolorosa, trastornos de la articulación temporomandibular, ansiedad, depresión y síndrome de taquicardia postural son algunas de las afecciones que pueden coexistir con la fibromialgia.

Ansiedad | Foto: Getty Images

“Muchos investigadores creen que la estimulación nerviosa repetida provoca cambios en el cerebro y en la médula espinal de las personas que padecen fibromialgia. Este cambio está relacionado con un aumento anormal de los niveles de ciertas sustancias químicas en el cerebro que transmiten señales de dolor. Además, al parecer, los receptores de dolor del cerebro desarrollan una especie de memoria del dolor y se hacen más sensibles, lo que significa que pueden reaccionar de manera desproporcionada ante las señales de dolor y de no dolor”, explica la entidad sin ánimo de lucro frente a las causas de este padecimiento.

La genética, las infecciones y los sucesos físicos o emocionales son algunos de los factores que pueden desencadenar en estos cambios. La genética se contempla entre estos factores debido a que la fibromialgia suele ser hereditaria. Podría haber ciertas mutaciones genéticas que probablemente hagan más vulnerables a las personas a desarrollar este trastorno.

Asimismo, las infecciones que acompañan a algunas enfermedades pueden desencadenar o agravar la fibromialgia. Por último, los expertos señalan que la fibromialgia puede desencadenarse por un suceso físico, como un accidente automovilístico, y el estrés psicológico prolongado también puede conllevar el desarrollo de esta enfermedad.

Hay tres factores de riesgo que pueden hacer que las personas sufran de este trastorno: el género, los antecedentes familiares y otros trastornos. El género femenino es más susceptible a padecer de fibromialgia y los antecedentes familiares también pueden cumplir un papel en el desarrollo o “herencia” de esta enfermedad. Si la persona sufre de otros trastornos como la osteoartritis, artritis reumatoide o lupus, es más probable que sufra de fibromialgia.