“Soy una berraca, una guerrera, es por mí y por mis hijas, no me quiero morir”, señala Beatriz, quien repetía constantemente las frases que le decían los médicos y familiares para mantener en firme su decisión de bajar de peso.
Y lo ha logrado. En casi seis meses que lleva de proceso de pérdida de peso ha logrado bajar 70 kilos con mucho esfuerzo, ya que este proceso le implicó cambiarse de ciudad, dejar a sus dos hijas y tener una voluntad de hierro para dejar las harinas, las gaseosas, y las chocolatinas.
No fue fácil salir de Barrancabermeja hacia Medellín, en donde su hermano le ofreció ayuda para iniciar un proceso con una comunidad especializada en obesidad ‘Gorditos de corazón’, tras renunciar a una cirugía bariátrica que le ofrecía la EPS a la cual está afiliada. Su hija mayor no quería que su madre se sometiera a esta intervención por el riesgo que corría.
Alentada por su familia llegó a Medellín y empezó un nuevo camino para lograr una verdadera calidad de vida a sus 44 años. Con sus 200 kilos ya no podía caminar y sentía fuertes dolores de cabeza, de rodillas, sufría de insomnio y su mayor miedo era acostarse y no despertarse. Sumado al estado físico, su salud mental se había visto afectada con el fallecimiento de sus padres que desencadenó en una profunda depresión.
“Yo me sentía muy triste, me la pasaba llorando, no caminaba para nada, si daba dos pasos tenía que coger una silla y sentarme, era terrible para mí, yo podía estar acostada y sentía esa ansiedad que me obligaba a levantarme y buscar comida. Almorzaba y a los cinco minutos ya tenía que buscar algo de comer”, cuenta Beatriz Helena quien dejó hasta de trabajar en su emprendimiento por su condición.
Tenía dudas con respecto al comienzo, como le sucede a muchas personas que desconocen sus opciones para mejorar su vida. “Yo pensaba, ¿y será que no voy a poder con esto? Señor dame fuerzas de sacar a mis hijas adelante, darles un futuro para ellas”.
“Soy una berraca…”
En la primera cita con el médico, a Beatriz Helena le tomaron el peso y las medidas, las cuales evidenciaron su obesidad. Sin embargo, antes de iniciar le solicitaron exámenes de laboratorio para descartar que tuviera altos niveles de azúcar, triglicéridos y colesterol alto, entre otros factores de riesgo que desencadenaran en enfermedades como diabetes, hipertensión, accidente cerebro vascular, cáncer y osteoporosis, entre otros.
En el caso de esta paciente, contra todo pronóstico los exámenes le salieron bien, a excepción de su dolor de rodillas y de cabeza, que han disminuido en la medida que ha bajado de peso.
Ella llegó al médico con muchas inquietudes: ¿Cómo estoy? ¿Me voy a morir? (Su mayor miedo) ¿Podré bajar de peso? ¿Qué tengo que comer? ¿Qué puedo y qué no puedo comer? ¿Cuánto va a durar?
Las mismas fueron resolviéndose una a una, al tiempo que aumentaba su confianza en el equipo médico que la ha acompañado. Aún le falta bajar de peso, la meta es quedar en 80 kilos, pero ya ha logrado bajar 70 kilos que le dan la confianza de que sí lo va a lograr, y más, cuando desde su infancia tuvo problemas con el sobrepeso.
Ahora, come muchas frutas y verduras, no se deja tentar por las gaseosas y las chocolatinas -así la reten-, camina a diario, se toma el té y las gotas recetadas, y se mantiene motivada con su mantra: “Soy una berraca, yo puedo”, repite de manera constante y, lo más importante, logró regresar a Barrancabermeja para ver a sus hijas, que son su principal motivación y responsabilidad.
“Si yo pude usted también puede. Es muy importante la ayuda psicológica, el apoyo del médico y de la familia, y de los seres que lo están apoyando, pero cuando uno se mete en ese propósito seguro que uno puede”, recomienda Beatriz Helena a otros pacientes, que al igual que ella han convivido con el sobrepeso y la obesidad.
Su trabajo continúa, reconoce que no es fácil pero su voluntad es más fuerte. Espera una nueva cita médica, esta vez para definir qué se hará con el exceso de piel, producto de la reducción de peso.
Ser honestos
El manejo integral de Beatriz Helena ha estado a cargo de Salvador Palacio, fundador de la comunidad Gorditos de Corazón, en donde también se desempeña como motivador y terapeuta en hábitos de vida y cambio, después de ser también un paciente que pasó de pesar 200 a 70 kilos. En esta fundación la ha atendido un equipo multidisciplinario, que se enfoca en el cuerpo, la mente y las emociones para establecer el tratamiento a cada paciente.
Para Salvador, es clave sembrar en los pacientes de sobrepeso y obesidad el autocuidado “aprender a comer y a quererse” y que no dependan solo de un sistema de salud, porque se debe crear un estilo de vida, en donde gran parte del trabajo lo hace la persona que convive con esta condición.
Bajo la supervisión de un médico, los pacientes deben tener en cuenta que el manejo incluye citas médicas, exámenes, una desintoxicación, eliminación de grasas, manejo del estrés y la ansiedad, así como ayudarse de un psicólogo o un psiquiatra para detectar los detonantes que inciden en el aumento de peso. Y, no menos importante, saber qué alimentos le convienen y cómo prepararlos, así como su plan de actividad física.
La tarea no es de un solo mes, aunque varía de acuerdo con cada persona. Los procesos para abordar el sobrepeso y la obesidad implican un proceso largo, en donde se requiere de mucha cooperación entre el equipo médico y el paciente. No hay dietas mágicas, ni una cirugía por sí sola puede resolver el problema. Salvador nos comparte el caso de un paciente que se operó y en 10 años volvió a subir el peso que tenía. “El bisturí no entra en su mente”, enfatiza.
Con atención médica, nutricional, física, psicológica y terapia emocional el primer paso es sembrar conciencia del problema y de la capacidad que tiene el paciente para lograr equilibrar la balanza entre lo que come y las calorías que debe gastar.
Muchos llegan al médico, después de haber ensayado muchas fórmulas, por ello, se recomienda a los pacientes contar la historia completa. Entre más sinceros sean los pacientes con el equipo médico, el diagnóstico y el manejo será más acertado. El objetivo es que logren un balance de vida y también sean multiplicadores para otras personas con el mismo problema.
Para Carlos Sarmiento Riveros, médico cirujano general y bariátrico, a la hora de acudir a los galenos por primera vez, se recomienda a los pacientes mucha honestidad: “Realmente decir la cantidad de alimento y calorías que consume diariamente. A veces cree que come poquito, pero uno le hace una encuesta y se da cuenta que las ingestas son altas”.
También el paciente debe ser muy sincero con el médico sobre la actividad física, si es sedentario o no. Para su cita, debe llevar otros diagnósticos de patologías asociadas como hipertensión, diabetes, alteración en grasas, problemas articulares, y especialmente hablar de los antecedentes familiares de obesidad, cáncer y otras enfermedades.
Entre más se conozca mucho mejor. Y si tiene dudas sobre si está en sobrepeso o tiene obesidad, la primera tarea está en manos de la persona. Un primer paso es saber si se tienen kilos de más, y para empezar a resolver dudas, existen herramientas que ayudan a calcular el Índice de Masa Corporal - IMC- que es el primer indicador. Una de ellas, es el sitio web ‘La verdad de su peso’ de gran ayuda cuando se trata de entender a fondo esta enfermedad crónica considerada como la pandemia del siglo XXI, y enfrentarla de la manera correcta.