El boom de cultivar cannabis medicinal ha despertado entre los empresarios del Atlántico un súbito interés y más ahora, cuando el Gobierno firmó un decreto que permitirá la exportación de la flor seca del cannabis como materia prima y no necesariamente como producto transformado.   Pero como dice el dicho, ‘muchos son los llamados y pocos los escogidos’, pues los trámites para los permisos no son sencillos ni baratos. Los casos que ya están andando demuestran que se requiere un músculo financiero robusto para emprender. Inmerso en el corazón del Atlántico, en medio de la zona rural de Campeche, un corregimiento de Baranoa, está una de las siete plantaciones de cannabis para uso medicinal que hay en la costa Caribe. Esta es la nueva apuesta de los inversionistas en el departamento y una de esas empresas es Cannabis Medical Company, que se proyecta y alista para iniciar a exportar este producto.   Diariamente cerca de una docena de mujeres son las encargadas de la producción, todo bajo los estrictos métodos de buenas prácticas agrícolas. En medio del sembradío, siempre con los ojos atentos, está el CEO de la compañía, Frank LaMadrid, un médico joven que visionó en el cultivo del cannabis una oportunidad de negocio que iba muy a fin con su profesión.   “Somos una compañía de cannabis medicinal que aceptó el reto y la responsabilidad de cultivar este producto con altos estándares de calidad; nos regimos por las buenas prácticas agrícolas del ICA y con todos los permisos para producirla”, explica LaMadrid.   Aunque la empresa funciona desde el año 2019 se espera que, con la firma del decreto por parte del presidente Duque, se proyecte internacionalmente. Las estimaciones del Gobierno nacional aseguran que para el 2024 el país ya esté recibiendo unos 64 mil millones de dólares producto de estas exportaciones, especialmente a países como Estados Unidos, Reino Unido, Australia, Israel, Alemania y Suiza.   “A raíz de la firma del decreto presidencial en el mes pasado, nos ha llegado una gran oportunidad que todos los empresarios del cannabis estábamos esperando. Esto nos ayuda a generar mucha mayor inversión en el sector y aparte muchos más interesados en el exterior”, asegura el empresario, quien añade que las arcas públicas también se verán ampliamente beneficiadas por los impuestos que tributará esta industria.  

La produción del cannabis medicianal  en el sembradío está a acargo de mujeres.   Según LaMadrid, su empresa pronto empezará la exportación y lo único que se encuentra esperando es la firma de aceptación de los protocolos por parte de las autoridades y de los compradores, pues ya se cumplieron en su totalidad.   Las plantas de cannabis encuentran en el departamento del Atlántico un clima adverso, muy por encima de los 19 grados que necesitan para crecer de manera óptima. Pero esto, según explican los técnicos, se suple con una producción controlada de manera científica para que las plantas tengan lo necesario para crear un cultivo de calidad.   “Principalmente se maneja como un cultivo normal, es una planta que funciona con el sol, agua y nutrientes, pero al ser un cultivo de un producto medicinal se le dan unos manejos especiales. De hecho, la sanidad del producto la manejamos únicamente con productos biológicos, porque el fin es llegar a personas que la van a utilizar en uso farmacéutico y consumible”, explica el ingeniero Jonathan Maestre, ingeniero agrónomo de la compañía.   Estos manejos especiales permiten mejorar la genética de las plántulas dispuestas en cerca de 30 hectáreas. Con este componente técnico y con el impulso que les da el nuevo decreto presidencial, esperan aumentar la producción en un 600 por cientos en los próximos dos años.   Aunque no es un cultivo tradicional, el cannabis ha traído progreso y ha contribuido a la reactivación económica en la región. De esto dan cuenta las personas que diariamente laboran en la empresa, la mayoría de ellas oriundas del corregimiento Campeche.   “El impacto social en nuestra compañía es muy importante debido a que el 90 por ciento del personal que está laborando en este momento son madre cabeza de hogar de nuestro municipio. Esto genera, aparte del impacto económico, un impacto social en nuestra región”, asegura LaMadrid.   Muchas de estas mujeres ven en este trabajo los ingresos para mantener a su familia y plantearse nuevos proyectos de vida. “En mi hogar este es el único ingreso y de él dependen mis hijos y mi mamá”, dice Kelly Johana Morales, trabajadora del cultivo.   Aunque aún hay mucho por descubrir y mejorar acerca de este tipo de plantaciones, son empresas como Cannabis Medical Company las que impulsan el sector aportando la experiencia y aprendizaje en las prácticas agrícolas de un producto que podría estar en los primeros lugares de exportación en Colombia. Cómo se beneficien los campesinos y los pequeños productores aún está por verse, pero de entrada la industria ya trae grandes ganancias.    

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