Una de las joyas ambientales y más biodiversas del municipio de San Antonio del Tequendama en Cundinamarca es el Parque Chicaque, una reserva natural de la sociedad civil creada hace 17 años con el fin de evitar la desaparición del bosque andino debido al aceleramiento de actividades como la tala indiscriminada y la ganadería. Hoy en día, las 312 hectáreas de Chicaque, palabra muisca que significa montaña grande y poderosa, son una mancha de verde espeso conformada por más de 3.000 especies de árboles y arbustos, que brinda hogar a cerca de 250 especies de aves endémicas y migratorias, cinco clases de serpientes, ardillas rojas, roedores y otros mamíferos. Este parque es visitado a diario por centenares de amantes de la naturaleza, en su mayoría extranjeros, quienes hacen largas caminatas por los 18 kilómetros de senderos empedrados y los siete tipos de bosque que alberga, como el bosque de robles, repleto de helechos, musgos y bromelias, mientras aprecian las tres quebradas que bajan desde lo alto de la montaña: La Playa, Chicaque y Vélez. Chicaque cuenta con 312 hectáreas, una mancha verde donde habitan más de 3.000 especies de árboles y arbustos nativos y cerca de 250 especies de aves endémicas y migratorias.
El Parque Chicaque fue creado como reserva natural en 2002 con el fin de evitar la pérdida de sus bosques. Hoy en día es un sitio visitado por los amantes de la naturaleza ©Jhon Barros Te puede interesar: Siembran 1.100 árboles nativos en Tocancipá, uno de los epicentros industriales de Cundinamarca Aunque Chicaque no ha sido víctima de los incendios forestales que actualmente azotan al país, los cuales han calcinado más de 120.000 hectáreas de bosque, recientemente sí padeció por el comportamiento del clima. Los fuertes vientos registrados en los meses de julio y agosto destruyeron gran parte del vivero del parque, un sitio de 75 metros cuadrados creado hace cuatro años para producir árboles de 30 especies, los cuales son utilizados en la restauración ecológica de la reserva y en proyectos de investigación científica. Las afectaciones en la estructura del vivero, en especial el techo, dejaron sin hogar a más de 1.000 árboles de especies como chuguaca, matabuey, palma caña víbora, arrayán, gomo, lechoso, gaque, huesillo blanco y mortiño, los cuales podrían morir si no son sembrados pronto. La destrucción de gran parte del vivero del Parque Chicaque dejó sin hogar a más de 1.000 árboles nativos, los cuales podrían morir si no son sembrados pronto.
Los fuertes vientos acabaron con gran parte del vivero del Parque Chicaque. Más de 1.000 árboles quedaron desprotegidos y deben ser sembrados lo más pronto posible. ©Parque Chicaque Manos amigas Nelly Maldonado, ingeniera forestal del Parque Chicaque, aseguró que los árboles están desprotegidos y deben ser reubicados rápidamente. “Pero no podemos sembrarlos en la reserva, ya que ésta atraviesa por unas condiciones climáticas extremas: un fuerte verano que terminaría matándolos. Además, actualmente no contamos con el terreno suficiente para hacer ese enriquecimiento forestal. La mayoría de especímenes rondan los 90 centímetros, es decir ya son aptos para la siembra”. Ante este panorama, el personal del parque empezó a buscar aliados para poder sembrar los más de 1.000 árboles y reconstruir el vivero. “Ya encontramos el sitio: varios terrenos de la represa del Sisga, ubicada en el municipio de Chocontá, donde esperamos consolidar un bosque andino”, apuntó Maldonado.
Con la participación y los aportes económicos de la ciudadanía, Chicaque pretende reconstruir el vivero y sembrar sus más de mil árboles en predios de la represa del Sisga. ©Jhon Barros «Hacemos un llamado a las personas que quieran ayudar al planeta sembrando estos 1.000 árboles y aportando a la reconstrucción del vivero”. Nelly Maldonado, ingeniera forestal del parque “1.000 en un día”, una fundación creada en 2018 con el fin de hacer restauración ecológica, decidió apoyar la causa del Parque Chicaque y lanzar una campaña conjunta para sembrar el millar de árboles en el Sisga el próximo sábado 5 de octubre, una jornada que necesita de la activa participación ciudadana y varias manos amigas para que sea una realidad. “Para poder llevar a cabo esta actividad necesitamos de la participación y el aporte económico voluntario de los colombianos. Si un ciudadano solo quiere ayudar con la causa, es decir no ir a la siembra, puede donar 20.000 pesos. Si quiere participar en la jornada el precio es de 45.000 pesos, monto que cubre la ida y regreso desde Bogotá hasta Chocontá, seguro de todo riesgo, servicio de guianza de los expertos ambientales, brigadistas y refrigerio”, complementó la ingeniera forestal de Chicaque. Además de sembrar, los participantes podrán acampar en el Sisga y participar en actividades lúdicas sobre la historia de los muiscas, indígenas que gobernaron la sabana de Bogotá. Según Maldonado, con esta jornada el Parque Chicaque busca sembrar conciencia ambiental. “Hacemos un llamado a las personas que quieran ayudar al planeta sembrando estos 1.000 árboles y aportando a la reconstrucción del vivero”. Te puede interesar: La apuesta de 30 ganaderos de Yopal para salvar los bosques
El vivero del Parque Chicaque es fundamental para seguir reverdeciendo las 300 hectáreas de la reserva, cuyos bosques fueron afectados en los 80 y 90 por la ganadería y tala indiscriminada. ©Nicolás Acevedo Con los recursos obtenidos, el Parque transportará los 1.000 árboles desde San Antonio del Tequendama hasta la represa del Sisga, pagará el personal para abrir los huecos y contará con el dinero para iniciar la reconstrucción del vivero. “Solo el reemplazo del plástico del vivero, que desapareció por los fuertes vientos, cuesta más de 1.500.000 pesos. Ese valor no incluye la mano de obra y las otras infraestructuras que se vieron afectadas, como las vigas y sitios al interior. En los cuatro años que lleva el vivero, hemos producido más de 10.000 árboles. Es de suma importancia recuperarlo para continuar restaurando y reforestado”, dice la experta.
En los últimos cuatro años, el Parque Chicaque ha producido más de 10.000 árboles nativos en su vivero. Hoy necesita de manos amigas para su reconstrucción. ©Nicolás Acevedo El Parque Chicaque espera la participación de 300 personas en la campaña “1.000 en un día”, una actividad que aporta a la lucha contra la deforestación en Colombia. “Lo que está ocurriendo en la Amazonia es una tragedia que nos debe unir como sociedad para tomar medidas. Con este tipo de siembras damos nuestros aportes a la conservación de los recursos naturales del país”, concluye Maldonado. Para mayor información sobre esta jornada, participar o dar sus aportes económicos, la ciudadanía puede ingresar al siguiente link: http://1000enundia.org/helpchicaque/
Así lucía el vivero del Parque Chicaque antes de los fuertes vientos de mitad de año. Hoy perdió todo su techo y parte de la infraestructura. ©Parque Chicaque