Este martes, un chocoano de 44 años se convirtió en miembro de la Comisión de la Verdad. Leyner Palacios, un líder de su región que ha trabajado durante años con víctimas del conflicto y con comunidades afro, fue nombrado para ocupar el lugar que dejó Ángela Salazar, quien falleció en agosto. “Es muy difícil reemplazarla, Ángela no tendrá reemplazo, Ángela tendrá aquí un amigo que continuará su legado, un amigo que se comprometió con las causas y sus tareas, con su verdad", le dijo Leyner a SEMANA justo después de su nombramiento. "Angelita fue una mujer comprometida con los derechos campesinos, afro y de todos los colombianos. Fue una mujer decidida por el esclarecimiento de la verdad, una mujer comprometida con las causas más nobles. Ella siempre nos inspiró paz, nos inspiró sabiduría, nos inspiró conocimiento ancestral. Desde el cielo nos acompañará en esta tarea de construcción de la verdad y nos seguirá iluminando para continuar con este gran desafío que tenemos los colombianos y colombianas, andar por el camino de la reconciliación”. Palacios es un sobreviviente de la masacre de Bojayá. El 2 de mayo de 2002 perdió a 28 familiares cuando las Farc y los paramilitares se enfrentaron por el control de ese municipio y un explosivo cayó sobre la iglesia del pueblo. Murieron 119 personas que se refugiaban allí. Él fue testigo de la explosión y en vez de huir del pueblo y olvidar para siempre ese hecho, decidió liderar todos los procesos de reparación para las víctimas. Así empezó a convertirse en un líder y su labor fue reconocida incluso en la entrega del Nobel de Paz de 2016, a la que asistió como símbolo de resistencia y reconciliación de Colombia después del Proceso de Paz. Sus reconocimientos continuaron: en agosto de 2017 le otorgaron el premio Global Pluralism por representar al Comité por los Derechos de las Víctima de Bojayá.    

© Cortesía Comisión de la Verdad.  Dejar el Chocó En enero de este año este incansable sobreviviente y líder social tuvo que huir de su natal Chocó debido a que las amenazas se convirtieron en una constante no solo de su vida sino también en la de su familia. “Con dolor y nostalgia les comparto que he decidido salir del Chocó, las presiones me hacen tomar precauciones”, informó Palacios a sus allegados. En los primeros días de enero el líder social recibió una llamada de hombres que se identificaron como miembros del Clan del Golfo. “O se va, o lo matamos”, sentenciaron. Con el pasar de los días la situación se volvió insostenible. Llegó a Bogotá precisamente para buscar ayuda no solo para su propia protección, también para Chocó. Se reunió con la ministra del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez; el comandante del Ejército, mayor general Eduardo Zapateiro, y con el director de la UNP, Pablo Elías González. En esa reunión se tomaron algunas medidas. El viceministro del Interior, Daniel Palacios, aseguró que Palacios continuaría con un esquema de seguridad de la UNP combinado con la Policía, el cual sería reforzado. Sin embargo, tres meses despues, Arley Enrique Chalar Rentería, escolta del Palacios, fue asesinado en Cali cuando terminaba de almorzar en un concurrido sector de la capital del Valle. Unos sicarios lo abordaron en la carrera 46 con calle 14b, barrio La Selva, suroriente de la ciudad. Le dispararon en repetidas ocasiones y huyeron en moto. Arley no murió ahí, alcanzó a ser trasladado hasta un centro asistencial, donde falleció minutos después.  

© Made in Chocó   Las amenazas en contra de Palacios se intensificaron luego del estreno del documental ‘Bojayá Entre Fuegos Cruzados’, una producción que desde el relato testimonial de cinco familias sobrevivientes reconstruye los hechos de la masacre y cómo son sus vidas ahora. Sin embargo, Palacios ha continuado firme en su lucha por la verdad y por la paz, la misma lucha que ahora lo tiene haciendo parte de la Comisión de la Verdad. Hasta el lunes, antes de su nombramiento, Leyner se desempeñaba como secretario de la Comisión Interétnica de la Verdad de la Región del Pacífico CIVP, desde donde impulsó cientos de causas y la más reciente, el pacto por la vida para el Pacífico y el suroccidente colombiano. Con el mismo valor que tuvo para soportar la muerte de sus familiares y el valor que ha tenido para defender a las víctimas pese a los ataques, Palacios ahora asume la designación como comisionado y responder así con entrega y dedicación a la confianza que depositaron en él las ocho entidades, entre organizaciones campesinas, afro y eclesiásticas, para que asumiera el cargo que ahora recibe con la misma humildad y alegría que siempre lo ha caracterizado. La entrevista que se reproduce a continuación fue publicada en 2017. Ese año, en medio de la visita del papa Francisco a Colombia, Palacios tuvo un encuentro del pontífice con cerca de 6.000 víctimas del conflicto armado en Villavicencio. Viajó junto a otras familias de Bojayá y cargaron al Cristo mutilado, la escultura que sobrevivió al ataque del 2 de mayo y que a la larga se convirtió en uno de los iconos de la violencia en el país. El torso fue bendecido en el evento. Además de la bendición del Cristo mutilado, Palacios quería que el papa Francisco escuchara de su propia voz la historia de Bojayá y del perdón hacia los grupos armados que los violentaron. Era el propósito del viaje. Pero la organización de la visita eligió a solo cuatro víctimas de distintas regiones para hablar y Leyner no pudo entrar en ese grupo.  SEMANA RURAL habló con Leyner Palacios antes del encuentro con el papa sobre el proceso de perdón con los autores de la masacre y la importancia de la reconciliación para su pueblo. Puede conocer la entrevista completa aquí.  Te puede interesar: Bojayá: de holocausto a laboratorio de paz