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Aroma de gloria

Once Caldas buscará este domingo, ante Porto, coronarse campeón de la Copa Toyota Intercontinental. Dos rivales 'chicos' le dan la despedida a este torneo que llega a su fin.

5 de diciembre de 2004

Cómo olvidar el gol de Evani, jugador del AC Milán, aquel 17 de diciembre de 1989 ante Nacional de Medellín. Higuita, rendido en el Estadio Nacional de Tokio y la alegría italiana por una anotación que liquidó el juego en el tiempo extra del alargue (ver recuadro). Ese gol le quitó al equipo que entonces dirigía Francisco Maturana la opción de coronarse campeón de la Copa Intercontinental, que reúne al ganador de la Liga de Campeones de Europa y al vencedor de la Copa Libertadores de Suramérica desde 1960. Desde 1980 Toyota patrocina el torneo y se celebra en Japón en un solo partido, a diferencia de como se hacía anteriormente en encuentros de ida y vuelta.

Este 12 de diciembre, en el Estadio Internacional de Yokohama, Colombia tiene la segunda y última oportunidad de quedarse con el título pues este compromiso da fin a este torneo que desde el próximo año será reemplazado por un campeonato mundial de clubes. Este hecho también le da un sabor especial a un partido entre dos equipos que sorprendieron tanto en América como en Europa porque ninguno lucía como favorito. Once Caldas dejó en el camino a conjuntos de mucha trayectoria y que antes habían sido campeones de América: Santos y Sao Paulo de Brasil, y Boca Juniors, de Argentina, en la final. Porto hizo lo mismo después de superar a Manchester United de Inglaterra, al Olympique de Lyon de Francia, al Deportivo La Coruña de España y al AC Mónaco.

Sobre el papel, los europeos tienen una nómina mucho más completa: siete de sus jugadores hacen parte de la selección portuguesa, entre ellos hombres de mucha jerarquía como el zaguero Jorge Costa, el arquero Vitor Baia, el volante Maniche y el también mediocampista Ricardo Cuaresma. Además tienen dos refuerzos extranjeros muy hábiles: Diego, el brasileño, como volante de armado, y el delantero surafricano Benedict MacCarthy. Sin embargo, el técnico Luis Fernando Montoya, muy criticado en estos días por el bajo nivel que mostró su equipo en los cuadrangulares finales del campeonato local, sin ninguna duda se aferrará a la fórmula defensiva que lo llevó al título de la Copa Libertadores. Nuevamente, los cuatro defensas y el arquero Henao serán el soporte esencial de un equipo que tiene claras falencias en el juego ofensivo. La venta de Arnulfo Valentierra se sintió en la producción en el medio campo, pero los dirigidos por Montoya saben que el Porto es un equipo 'ganable' y con una nómina menos poderosa que la de otros clubes europeos.

El técnico español Víctor Fernández no ha querido adelantar nada sobre el partido que se jugará a las 5 de la mañana, hora colombiana. Sin embargo, el equipo no se ve tan fuerte como cuando estaba bajo la dirección de Mourinho, el estratega que llevó al equipo al título de la Liga de Campeones y que ahora dirige al Chelsea inglés. Este puede ser un buen antecedente para los colombianos.

Porto podría repetir un título que ya obtuvo en 1987 tras imponerse dos por uno a Peñarol de Uruguay. El partido, de terminar empatado en tiempo reglamentario, se extenderá a dos tiempos extra de 15 minutos cada uno. Si hay un gol, de igual manera se cumplirán los 30 minutos de juego. En caso de que el empate persista, habrá definición desde el punto penal. Desde el próximo año ya no sólo se enfrentarán los campeones de América y Europa sino también los que ganen en los tres continentes restantes. Once Caldas podría ser entonces el último campeón de un torneo que siempre servirá para medir la competitividad de los dos hemisferios. Ojalá esta vez la suerte que no tuvo Nacional hace 15 años esté con el Once Caldas.