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Pared con trazos ancestrales en la Serranía del Chiribiquete. Foto: Fernando Urbina.

ARTE RUPESTRE

¿De qué se tratan las representaciones milenarias del Chiribiquete y la Lindosa?

Conversamos con el profesor Fernando Urbina Rangel, experto en arte rupestre de la Universidad Nacional, para desentrañar de qué se tratan los trazos milenarios sobre La Lindosa y el Chiribiquete, ahora que la Serranía fue declarada Patrimonio de la Humanidad.

Felipe Pérez Saffon
9 de julio de 2018

El Parque Nacional Natural Serranía del Chiribiquete, declarada la semana pasada Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, es una meseta rocosa en la región amazónica colombiana que se extiende por la parte occidental del Escudo Guyanés, un antigua formación geológica que bordea la Guayana venezolana, y linda con la llanura amazónica y las sabanas de la Orinoquía. Hasta hace unos años, como consecuencia de las barreras del conflicto armado, sus inmediaciones la frontera entre el Guaviare y el Caquetá a la altura de los municipios de Calamar, Solano, Cartagena del Chairá y parte de San Vicente del Caguán— eran inaccesibles y su riqueza tanto bioecológica como cultural, casi invisibles.

Con el retiro de las FARC a raíz del Acuerdo de paz, la Serranía comenzó a sonar en los medios de comunicación y entre investigadores especializados no solo debido a su desbordante riqueza natural, sino a un descubrimiento que ha deslumbrado a los antropólogos, exploradores e historiadores del mundo: la gran cantidad de pinturas rupestres, petroglifos y pictogramas que esta alberga en sus paredes. Con la ampliación del área protegida (que desde 2013 es de 2’782.353 héctareas y que, según un anuncio del Presidente Juan Manuel Santos llegará a las 4’268.095 hectáreas) ese número de representaciones ancestrales ha aumentado y, según cifras del doctor en Antropología Carlos Castaño Uribe, en la reserva habría aproximadamente 70.000 representaciones gráficas milenarias.

Arte rupestre en La Lindosa. Foto: Fernando Urbina.

Meses antes que el Chiribiquete, la Serranía de La Lindosa, otra joya arqueológica del país, ubicada a 17 kilómetros al sur de San José del Guaviare, ya había sido declarada Área Arqueológica Protegida (AAP). Según el profesor Virgilio Becerra, se calcula que allí hay cerca de 45.000 pinturas rupestres milenarias. Para entender la importancia, el sentido y las implicaciones del afloramiento de estos hallazgos arqueológicos, a propósito de la declaración del Chiribiquete como Patrimonio de la Humanidad, hablamos con Fernando Urbina Rangel, filósofo de la Universidad Nacional dedicado al pensamiento indígena con énfasis en dos frentes: mitología y arte rupestre

Más de cuarenta años de estudios han vuelto a Urbina Rangel una de las voces más respetadas en este ámbito. Conversamos con él para desentrañar de qué se tratan esos trazos milenarios sobre el Chiribiquete y La Lindosa y, de paso, dimensionar su importancia para el país.

¿Qué representan el Chiribiquete y la Lindosa para el arte rupestre y el país?

Son los sitios con mayor número de realizaciones de arte rupestre en Colombia, sobre todo si se suman, pues pasarían de las 100.000 figuras individuales. Según cifras del doctor en Antropología Carlos Castaño, en el Chiribiquete hay aproximadamente 70.000 representaciones y en la Lindosa, contabilizadas por el profesor Virgilio Becerra, se calcula que hay cerca de 45.000 pinturas. Eso nos demuestra que el país tiene una riqueza mucho mayor que Europa, sobre todo que España y Francia, donde se encuentran las más famosas.

¿Y qué es lo que hay en el Chiribiquete?

El Chiribiquete está formado por un tipo de montañas que se conocen como tepuyes; estos quedaron luego de la desaparición del Macizo Guyanés. En el Chiribiquete encontramos las pinturas rupestres que he mencionado antes, que datan desde hace aproximadamente 19.500 años, según Castaño. En el Chiribiquete se da, según él, una preeminencia de la representación del jaguar, como si fuera un sitio en el cual se realizaban ritos o se le rendía homenaje a este animal.

Fernando Urbina en La Lindosa. Foto: Cortesía Fernando Urbina

¿A quiénes se les atribuyen las pinturas del Chiribiquete?

Realmente es muy difícil saberlo. Sin embargo, gracias a algunas de la figuras hemos podido identificar con seguridad que ahí hicieron presencia los caribes, quienes tuvieron una fuerte expansión desde las Guyanas entre los años 1000 y 1500, cuando fueron detenidos con la llegada de los españoles a Abya-Yala (nombre que le dieron los kunas a América). Antes de los caribes, el lugar fue ocupado por tribus que no se han podido identificar y cuyo primer establecimiento se remontaría a hace 24.000 años, según el propio Castaño y Thomas van der Hammen.

En varias ocasiones usted ha manifestado que las representaciones que hay en la Lindosa y el Chiribiquete no son iguales, como las han mostrado en algunos medios de comunicación. ¿Cuál es la diferencia?

La principal diferencia entre las pinturas de la Lindosa y el Chiribiquete reside en que en el segundo, según lo publicado hasta ahora, se nota un predominio de la figura del jaguar y de la representación de guerreros que portan armas o las muestran en actitud belicosa; en cambio, en la Lindosa no se da el predominio del jaguar, si bien hay alguna representaciones de él. Además, la gente aparece en actitudes más lúdicas y en ocupaciones más cotidianas como las de cazar y pescar.

No obstante, en la Lindosa se encuentran hechos de guerra, pero estos fueron ejecutados por los invasores europeos: es el caso de la presencia de caballos, perros de guerra y escenas de aperreamiento. Se ha de tener en cuenta que también hay una diferencia en las fechas, 24.000 años antes del presente para la ocupación del Chiribiquete, y algo más de 18.000 para la presencia humana en la Lindosa, según la investigación de Morcote.

Pictogramas en la Lindosa. Foto: Fernando Urbina.

Ahora todos hablan de “petroglifos”. ¿Estos qué son?

“Petroglifo” significa grabado en la piedra. En la Amazonía es frecuente encontrarlos en las riberas pedregosas de los ríos. Por esa razón solo son visibles en las épocas de verano, pues quedan cubiertos, por lo general, durante ocho o más meses por el agua de estos ríos. Otra diferencia entre Chiribiquete y la Lindosa es que en el último lugar, aunque son muy pocos, sí hemos encontrado petroglifos mientras que en el primero hasta ahora no se han hallado.

Por último, para usted como investigador, ¿cree que la declaratoria de Patrimonio de la Humanidad va a beneficiar el Parque Nacional Serranía del Chiribiquete?

Sí, porque esto concientiza a la gente del valor que tiene este lugar para los colombianos y llama la atención de las autoridades de la necesidad de conservar y proteger este sitio; además, con la inclusión del Chiribiquete, necesariamente la Lindosa también se beneficia, pues como dije antes son los dos sitios con mayor concentración de arte rupestre. Esto podría obligar a que ambos sean protegidos por el gobierno. Pero este beneficio se extiende a todo el arte rupestre nacional, cuyos estudios han sido siempre descuidados por parte del llamado mundo académico.

"La gente representada en La Lindosa aparece en actitudes más lúdicas y en ocupaciones más cotidianas como las de cazar y pescar", dice el profesor Fernando Urbina. Foto: Fernando Urbina.